Epicondilitis


Mayra Medrano Cid. Fisioterapeuta. HCU Lozano Blesa

Print Friendly, PDF & Email
La epicondilitis (también conocida como codo de tenista) es la causa más frecuente de dolor en el codo en la población general. Es una lesión que provoca dolor en la parte externa del codo, que puede extenderse por el antebrazo hacia la muñeca.

Los movimientos repetitivos de extensión de muñeca y supinación de antebrazo provocan dicha lesión. Al usar repetitivamente estos músculos (extensor común de los dedos, supinadores largo y corto, primer y segundo radial, cubital posterior…) se producen microlesiones en el tendón. Si esto se mantiene en el tiempo se produce irritación y dolor en la parte externa del codo.

Aunque se llama comúnmente codo de tenista, no solo pueden sufrirla los jugadores de tenis sino también cualquier persona que lleve a cabo trabajos que impliquen movimientos repetitivos de extensión y flexión de antebrazo y muñeca. Un ejemplo son los profesionales pintores, mecánicos, obreros o quienes trabajen muchas horas delante del ordenador manejando el ratón.
Hay algunos síntomas característicos que pueden hacer sospechar de sufrir una epicondilitis:
1. Dolor en la parte externa del codo (en el epicóndilo) en reposo, al presionarlo, o bien al realizar algunos movimientos cotidianos como abrir un grifo, escurrir un trapo…
2. Dolor a la prono-supinación de la muñeca.
3. Dolor irradiado al antebrazo, muñeca, y dorso de la mano.
4. Dolor a la extensión de muñeca contra resistencia.

¿Se puede prevenir?

La epicondilitis solo se puede prevenir cuidando la higiene postural, si se realizan movimientos adecuados durante la práctica deportiva o durante el trabajo hará que los tendones no estén sometidos a tensiones excesivas.
Descansar el codo después de haber realizado sesiones de gran actividad permite evitar la epicondilitis. En este sentido son prácticos los estiramientos y los masajes.

Ejercicio de estiramiento para prevenir la epicondilitis

Tratamiento

En una situación aguda el tratamiento consiste en reposo y tratamiento con frío local (unos minutos cinco o seis veces al día) y antiinflamatorios. La aplicación de ultrasonidos y masajes también pueden reducir el dolor.
En casos de dolor agudo muy localizado puede ser eficaz la inyección de corticoides en la zona.
Tras ceder el dolor se debe realizar rehabilitación con fortalecimiento y mejoría de la flexibilización de los músculos locales.
Se debe estudiar si la postura o la técnica de la actividad que ha motivado la epicondilitis es errónea y debe ser modificada.
Para reducir la tensión sobre los músculos de la zona se puede colocar una banda o cincha epicondílea. Ésta debe colocarse dos centímetros por debajo del codo.

La cincha debe colocarse de manera que en ningún momento limite la flexo-extensión del codo. La presión se deberá regular valorando el efecto de descarga mecánica que produce y evitando que su colocación provoque isquemia (falta de circulación sanguínea).
Esta cincha reduce la fuerza de tracción que ejercen los músculos sobre la inserción tendinosa permitiendo así aliviar la inflamación y eliminar el dolor.