La esofagitis eosinofílica (EoE), es una enfermedad inflamatoria del esófago de carácter crónico mediada por el sistema inmune y caracterizada por síntomas de disfunción esofágica e inflamación, con infiltración eosinofílica en el esófago. Las personas con esta enfermedad tienen en el tejido esofágico niveles altos de eosinófilos que son un tipo de glóbulo blanco.
Es más frecuente en el sexo masculino y su prevalencia actual es de alrededor de 1 de cada 1000 habitantes en Europa y Norteamérica. Se encuentra representando en estos momentos, la segunda causa de esofagitis crónica tras la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la principal causa de disfagia e impactación alimentaria en niños y adultos jóvenes.
Causas
Aunque los expertos no están seguros de las causas exactas de la esofagitis eosinofílica, creen que la afección está relacionada con una reacción alérgica a desencadenantes alimentarios principalmente. Además, también se han descrito casos de personas que pueden tener una condición genética que puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Síntomas
Esta inflamación del esófago provoca su mal funcionamiento y en algunos casos se producen estrechamientos en el calibre del propio esófago. Los síntomas varían con la edad: en niños pequeños se manifiesta con vómitos, dolor abdominal y problemas con la alimentación y en niños mayores y adolescentes con disfagia e impactación alimentaria.
Diagnóstico
Para llegar a su diagnóstico, ante la sospecha clínica está indicada la realización de una gastroscopia con toma de biopsias, donde se mostrará un aumento de eosinófilos en el tejido del esófago.
Tipos de tratamientos
Los principales tipos de tratamiento son cambios en la dieta y medicamentos.
Respecto a la dieta, el estándar actual en la práctica clínica son las dietas de eliminación empírica. En esta modalidad se eliminan los alimentos con más frecuencia relacionados con la EoE. Inicialmente se usaban dietas marcadamente restrictivas con eliminación de hasta seis grupos alimentarios o dieta de 6 alimentos (leche de vaca, huevo, trigo, soja, pescado-marisco y frutos secos) hasta los esquemas actuales, donde se inicia retirando leche de vaca en niños o los dos alimentos más comunes en adultos (leche de vaca y trigo), y se escala en el nivel de retirada progresivamente según la respuesta clínica. De esto modo, la dieta de mantenimiento con la que permanezca el paciente será diseñada de manera individualizada según su respuesta.
Por otro lado, el tratamiento médico, se usan los Inhibidores de bomba de protones (IBPs), como coadyuvantes a la dieta y en algunos casos se observa remisión clínica y resolución de la inflamación.
Otro tratamiento son corticoides tópicos, pero no se contemplan como tratamiento crónico. En un porcentaje de los pacientes se pueden desarrollar estenosis (estrecheces) del esófago, en esos casos, los médicos pueden realizar un procedimiento mínimamente invasivo llamado dilatación esofágica donde se estira la estenosis esofágica y así se mejora la disfunción de la deglución que presentaba el paciente.
Actualmente, se están investigando medicamentos más nuevos que se dirigen a partes específicas del sistema inmunitario del cuerpo, pero aún no forman parte de la atención de rutina del paciente.
AUTORES
Mª Carmen Deza Pérez. Médico de Familia. C. Salud Picarral-Zalfonada. Zaragoza
Luis Mariano Domínguez Barcelona. Médico de Familia. C. Salud Picarral-Zalfonada. Zaragoza
Marta Pastor Sanz. Médico de Familia. C. Salud Muniesa. Teruel.
Raquel Rodríguez Herrero. FEA Geriatría. H. Sagrado Corazón de Jesús. Huesca.