El verano ya está aquí, época muy esperada por todos, y cómo cada año la comida se convierte en la protagonista con los aperitivos y tapas, comidas y cenas en terrazas, refrescos, helados y picoteo constante, descontrol de horario… lo que lleva a cambiar hábitos alimenticios y digestiones pesadas, que resulta difícil mantener una alimentación sana y equilibrada, especialmente durante las vacaciones.
No es extraño que el exceso estival de dulce y salado se transforme en un aumento de masa grasa y un mayor volumen abdominal. Para evitar que estas vacaciones pasen factura a nuestra salud, con la ganancia de unos cuantos kilos de más, se debe tener en cuenta algunos consejos y recomendaciones para compensar los excesos y aligerar los platos.
Consejos para comer fuera de casa
• Comer con lentitud y saborear los alimentos.
Intentar no comer pan.
• Seleccionar aquellos platos del menú con menor contenido en grasas (asados, plancha, cocido, vapor, papillote, grill, microondas, vapor, parrilla, brasa). Evitar fritos, rebozados, salsas, guisos y estofados.
• Consumir preferentemente más pescado que carne.
• No tomar comidas con sabores o aromas fuertes.
• Controlar la cantidad de comida que se consume, sin excesos.
• Evitar comer alimentos precocinados.
• Evitar todo tipo de postres azucarados y sustituirlos por fruta fresca.
• La bebida de elección será el agua, evitando el alcohol y refrescos azucarados.
• Evitar cenas demasiado copiosas, intentando que sean ligeras.
• Elegir barbacoas de verduras y pescado.
• Preparar helados, granizados, sorbetes, batidos y zumos con las frutas de temporada, evitando usar azúcar, si es necesario utilizar edulcorante.
• Té o infusiones de postre o entre horas.
• Incrementar el ejercicio físico o alguna actividad al aire libre.
Consejos para comer en buffet libre
• Planificarse las comidas con antelación, así se irá a buscar la comida prevista para ese día.
• Coger platos pequeños y servirse todo de una vez, sin volver a levantarse.
Ideas saludables y sabrosas
• Legumbres: El calor y el bochorno que acompañan a muchos días veraniegos ocasionan que las legumbres pierdan presencia en los menús semanales. El secreto para incluirlas como plato de verano es cambiar su forma de presentación y elaboración. Los estofados y guisos, que en los días fríos calientan el cuerpo y resultan tan contundentes, se sustituyen en verano por otras propuestas, tales como, ligeras sopas de legumbres, como garbanzos, lentejas o alubias, entre otras; sabrosas cremas frías o templadas, ya sean de guisantes o alubias rojas; ensaladas frías de legumbres.
• Barbacoas vegetarianas y de pescado. Las barbacoas son, en verano, el pretexto más buscado para el encuentro familiar o con amigos. Algunas opciones para ello son las barbacoas vegetarianas (verduras carnosas a la parrilla, escalibada, calabacines, etc.) y deliciosas propuestas de pescados asados a la parrilla (sardinas de temporada, bonito a la plancha, lomos de rape, brochetas de pescado, de langostinos o gambas). Estas propuestas para quienes prefieran optar por comer más ligero que en las tradicionales barbacoas.
• Helados naturales y de frutas. La gama de helados que ofertan tiendas y chiringuitos es de sobra conocida. El nexo común es: muchas calorías, grasas y azúcares en un pequeño, aunque delicioso, bocado. La propuesta más sana consiste en preparar helados, granizados, sorbetes, batidos y zumos bien fríos con las frutas de temporada.
• Té frío de postre o entre horas. Los tés, en toda su amplia gama (blanco, verde, rojo, negro), resultan refrescantes, calman la sed si se sirven también fríos, acompañados de hielo picado en forma de granizado o mezclados con jugo de limón.