La fractura de pene no solo existe, sino que es una emergencia urológica que, aunque poco frecuente, puede presentar serias complicaciones para el varón. El pene consta de dos cuerpos cavernosos y un cuerpo esponjoso, estructuras vasculares cuya finalidad es la erección del mismo (Imagen 1).
Imagen 1
La rotura de los cuerpos cavernosos es una entidad cuya frecuencia real se desconoce a pesar de tener consecuencias morfológicas y funcionales graves. La principal causa de que muchos de los casos no se documenten se debe a que bastantes pacientes no consultan por considerar la patología una entidad embarazosa. Según nuestra experiencia esto hace la anamnesis dificultosa siendo complicado que el paciente revele el origen del cuadro.
En la fractura de pene se produce lesión en cuerpos cavernosos con o sin afectación de la capa fibrosa que los rodea. Ello se debe a una fuerza excesiva en el dorso del mismo durante la erección, generalmente durante el coito.
Son factores que facilitan esta lesión las infecciones periuretrales o traumatismos peneanos previos, en los que, por mecanismos de cicatrización se reduce la elasticidad del pene con mayor rigidez y riesgo de rotura.
¿Cómo lo debo sospechar?
La clínica es llamativa y fácil de identificar, el traumatismo peneano suele acompañarse de la audición de un chasquido seguido de detumescencia rápida (desaparición de la erección), dolor o no, incurvación del pene hacia el lado contrario a la fractura y aparición de hematoma genital, que será exclusivamente peneano si la fascia de Buck mantiene su integridad; mientras que será inguinoescrotal cuando es contenido por la fascia de Colles.
La fractura proximal es más frecuente, y en el caso de que el agente responsable sea el coito, la localización será ventral. Igualmente, la rotura del cuerpo cavernoso derecho es más frecuente que la del lado izquierdo. La aparición de uretrorragia (sangrado a través del pene que proviene de la uretra), hematuria macroscópica (sangrado en la orina), dificultad miccional o retención urinaria sugieren lesión uretral.
El diagnóstico, ¿es difícil?
En absoluto. Basta con la exploración física e historia clínica para sospecharla, si bien en determinados casos precisarán la realización de alguna prueba de imagen para determinar el grado, localización y extensión de la rotura, así como para intentar establecer la certeza sobre la existencia de lesión uretral. La prueba fundamental de estudio, por su accesibilidad en los servicios de urgencias principalmente, es la ecografía. La resonancia magnética es superior en precisión diagnóstica pero su alto precio y escasa disponibilidad urgente no la establecen como alternativa válida sino como un complemento ante casos dudosos.
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Tratamiento
Respecto al tratamiento, la cirugía es la opción fundamental sobre todo en casos de rotura de cubierta o túnica albugínea de los cuerpos cavernosos, así como en los casos en los que existe lesión uretral.
En el resto de los casos también ayuda a una recuperación más rápida y reduce el riesgo de complicaciones como son la deformidad del pene permanente, impotencia, erección dolorosa, amputación por gangrena o alteraciones psicológicas.
AUTORES:
Dra. Patricia López Llorente. Residente Urología. Hospital Royo Villanova. Zaragoza.
Dr. Adib Antonio Reyes Figueroa. Adjunto Urología. Hospital Royo Villanova. Zaragoza.
Dra. Berta María Mañas Lorente. Residente Neumología. Hospital Royo Villanova. Zaragoza.
Dr. Jorge Aranda Lozano. Jefe de Servicio Urología. Hospital Royo Villanova. Zaragoza.