Fracturas en rodete


Carlos Sanz García. MIR Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario de Navarra. Jon Marti Ayerdi. FEA Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario de Navarra

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Las caídas durante la infancia son muy frecuentes y las visitas a las Urgencias de Traumatología por este motivo son muestra de ello. La gran mayoría de los traumatismos no desembocan en fracturas durante la infancia a pesar de la hinchazón y el dolor tras la caída que puedan manifestar.

Las características del hueso en la infancia son diferentes a las del adulto y la capacidad de consolidación del hueso es mucho mayor y más rápida en los niños.
Los huesos de los niños están recubiertos por un periostio de mayor calibre que en el adulto, lo que permite una mayor capacidad de formar hueso.

Dentro de las fracturas en la infancia están las fracturas en rodete que traducen la elasticidad que tienen los huesos de los niños.
El hueso al sufrir el traumatismo sufre una compresión pero dada la elasticidad que posee, se deforma y se ensancha, sin llegar a romperse del todo. El periostio se mantiene íntegro y se produce un abombamiento de la cortical del hueso afectado.
La mayoría de fracturas en la infancia se localizan en el antebrazo; que está formado por 2 huesos, radio y cúbito; y más concretamente a nivel de la muñeca.
La mayoría de fracturas en rodete que vemos se localizan en la muñeca, aunque podemos encontrarlas en cualquier otro hueso. Las fracturas en rodete de la muñeca se producen cuando el niño se cae con el brazo extendido y apoya la mano.
Para diagnosticar estas fracturas nos basamos en la exploración (dónde le duele, movimientos que no puede realizar) y las radiografías.
No son fracturas graves y son fracturas estables que no necesitan cirugía.
El tratamiento consiste en inmovilizar la articulación afectada con una férula de yeso para controlar el dolor durante 3-4 semanas y analgésicos.
Es posible que durante los primeros días los dedos se hinchen por la inflamación y el hematoma de la fractura, sin embargo con el paso de los días y con la aplicación de frío local y manteniendo la pierna/brazo elevada, la inflamación desaparece.
Una vez que ha pasado el tiempo establecido de inmovilización, la férula de yeso se retira y el niño puede empezar a mover la articulación afectada.