Se ha demostrado en numerosos estudios que el tabaco es la principal causa de enfermedad y mortalidad en los países desarrollados, por problemas cardiovasculares, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. El tabaco provoca más del 21% de las muertes por cáncer en todo el mundo. Aproximadamente la mitad de los fumadores mueren de una causa relacionada con el tabaco. Fumar es el principal factor de riesgo para padecer un cáncer de pulmón y está implicado también en el desarrollo de leucemia y de otros muchos cánceres como son el de vejiga, cavidad oral, esófago, cérvix y otros muchos.
Fumar daña las arterias produciendo infartos de corazón, ictus y problemas renales y en el riego de las extremidades.
Dejar de fumar no es fácil ¿Por qué?
• Por la dependencia física a la nicotina: cuando al organismo le falta la cantidad diaria necesaria, reacciona apareciendo unos síntomas denominados síndrome de abstinencia.
• Por la dependencia psicológica y social. El tabaco forma parte de las actividades cotidianas de los fumadores, sin el tabaco notan que les falta algo. Muchas actividades pueden asociarse al hecho de fumar (tomar un café, hablar por teléfono, el descanso en el trabajo, relacionarse con los amigos… o simplemente tener algo en la mano).
• Las consecuencias graves sobre la salud suelen aparecer a largo plazo. Efectivamente, los problemas más graves no se observan hasta varios años después, por lo que no se tiene la sensación de riesgo o perjuicio, muchas veces hasta que ya es demasiado tarde.
Motivos para dejar de fumar
Cada persona comenzó a fumar por unas razones concretas y tiene unos motivos diferentes para dejar de fumar. La motivación es esencial para dejar de fumar.
• Salud. Como ya hemos dicho el tabaco es la principal causa de enfermedad y mortalidad en los países desarrollados, por problemas cardiovasculares, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. Dejar de fumar reduce el riesgo de todas estas enfermedades y disminuye la mortalidad. El beneficio de dejar de fumar se da en todas las edades, incluso en personas que llevan fumando muchos años.
• Calidad de vida. Además de evitar enfermedades, el dejar de fumar disminuye el cansancio, mejora la respiración, la agilidad, el sentido del gusto y del olfato, el aspecto de la piel y de los dientes e incluso desaparecerá el mal aliento.
• Economía. No fumar ahorra dinero. Un fumador de un paquete diario puede gastar aproximadamente 90-130 euros al mes en tabaco. Al año son unos 1000-1600 euros.
• Fumadores pasivos. El tabaco no es sólo perjudicial para la persona que lo fuma, sino también para las que conviven con ella. El humo del tabaco puede dañar a familiares, compañeros de trabajo y a otros que lo respiran, sobre todo enfermos respiratorios, niños y mujeres embarazadas.
Conocer y planificar: claves para el éxito
Cada persona fumadora tiene una dependencia física y psicológica diferente, mayor o menor motivación, unos hábitos de vida concretos y una historia personal. El tener todo esto en cuenta nos puede ayudar a tener mayor éxito en nuestro intento.
• Dependencia. Test de dependencia física de Fagerstróm (Ver Tabla I).
Si tu puntuación es mayor o igual a 5 probablemente necesites ayuda para dejar de fumar.
• Síndrome de abstinencia. El síndrome de abstinencia tiene su pico en los tres primeros días tras dejar de fumar y posteriormente se va haciendo menos intenso hasta desaparecer a las 3-4 semanas. Los síntomas más frecuentes son: dificultad para dormir, irritabilidad, rabia/enfado, ansiedad y dificultad para concentrarse.
El deseo intenso de fumar puntualmente en situaciones concretas que realcionamos con el tabaco, muy especialmente al consumir alcohol, puede durar durante meses. Este es un motivo frecuente de recaída una vez superada la fase inicial. Debemos saber que si conseguimos ignorar este deseo desaparecerá y cada vez será menos intenso y frecuente. Sabiéndolo lo mejor este tener un plan para cuando aparezca.
• Apoyo en su Centro de salud. La Enfermera o Médico de Atención Primaria puede servir de guía y apoyo a la hora de dejar de fumar, valorar el grado de dependencia y ver si estaría indicado algún tratamiento farmacológico o por el contrario no va a ser necesario o está contraindicado siguiendo las preferencias de cada persona. Existen diferentes tipo de de medicamentos disponibles:
• Productos sustitutivos de la nicotina (parches, chicles o spray nasal). Aportan nicotina pero sin fumar. De esta manera se puede ir reduciendo la dosis de nocotina poco a poco y controlar mejor el síndrome de abstinencia. El tratamiento completo dura habitualmente 3 meses.
• Bupropión.Este medicamento, aunque no sustituye a la nicotina, puede ayudarle a reducir la ansiedad que produce el hecho de no fumar. El tratamiento completo dura entre 2 y 3 meses y debe iniciarse una semana antes de dejar de fumar.
• Vareniclina. Disminuye las ganas de fumar y el síndrome de abstinencia. Además reduce los efectos gratificantes y de refuerzo del fumar. El tratamiento completo dura 12 semanas, que puede prolongarse otras 12 semanas si no se ha abandonado el hábito totalmente. Se comienza a tomar la medicación 1-2 semanas antes de la fecha fijada para el abandono del tabaco.
• Planificación. Una vez tomada la decisión hay que poner una fecha y elegir el mejor tratamiento y seguimiento, individualizado para cada persona. En el siguiente decálogo se recogen los pasos que más pueden ayudar.
Decálogo para dejar de fumar
1. Busque un buen motivo para dejarlo. Estar motivado es fundamental. Escribir sus motivos en un papel y llevarlo a mano para releerlo en cualquier momento puede ayudar en los momentos más difíciles.
2. Comunique a las personas de su entorno que va a dejar de fumar en pocos días y pida su apoyo y colaboración (especialmente que no fumen en su presencia).
3. Elija un día concreto, preferiblemente uno que vaya a estar especialmente activo u ocupado. No elija fechas en las que vaya a estar especialmente estresado o tenga muchos eventos sociales. Durante los primeros días, dedíquese a alguna actividad que le mantenga ocupado mucho tiempo.
4. Tire a la basura todo lo relacionado con el tabaco (cigarrillos, ceniceros, mecheros…).
5. Evite en la medida de lo posible los lugares y situaciones que le recuerdan o le den deseos de fumar.
6. Empiece a practicar alguna actividad física que pueda hacer regularmente (pasear, ir en bicicleta, etc.).
7. Tenga en cuenta que el deseo de fumar aparecerá y tenga pensado que va hacer cuando eso ocurra (Si extraña no tener algo en la boca, pruebe con un chicle sin azúcar o un palillo. Si extraña no tener algo en la mano, tome un bolígrafo, un lápiz o cualquier cosa menos un cigarro. Hacer ejercicios de relajación puede ayudar a controlar la ansiedad).
8. Cuando le ofrezcan tabaco conteste “no gracias, no fumo”. Pronto se verá como una persona no fumadora.
9. Calcule cuánto se ahorra al no comprar tabaco y piense en que va a invertir ese dinero.
10. Sea optimista. Si recae y se fuma un cigarrillo no se desanime, y recuerde los motivos que le impulsaron a intentarlo. Busque apoyo médico y vuelva a intentarlo.