Herpes genital, las preguntas más frecuentes en la consulta


Patricia Arbués Espinosa, Inés Vallespí Puyol, Juan Monte Serrano, Pablo Villagrasa Boli, Manolo Ramírez Fabian y Jorge Subirá Ríos

Print Friendly, PDF & Email
El herpes genital es una infección de transmisión sexual muy frecuente causada por los virus del Herpes Simple Humano tipo 1 y 2 (VHS 1 y VHS 2). Se estima que en todo el mundo hay 3700 millones de personas menores de 50 años (67%) infectadas por VHS-1 y 491 millones (13%) infectadas por VHS-2.

El contacto sexual por vía vaginal, anal, oral o por contacto genital estrecho con una persona que tiene la infección, es la principal vía de propagación del virus.

¿Qué es el virus del herpes simple?

Hay dos tipos de virus del herpes simple que pueden causar herpes genital:
• Virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1). Está asociado con más frecuencia al herpes labial. Se contagia por contacto cutáneo, y puede extenderse a la zona de los genitales a través del sexo oral. Las reapariciones son mucho menos frecuentes que las de las infecciones por el virus del herpes simple tipo 2.
• Virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2). Es la causa más frecuente de úlceras genitales en nuestro medio. El virus se propaga a través del contacto sexual y el contacto con la piel. El contagio es posible incluso cuando han desaparecido las lesiones.

¿Cómo se contagia?

Puede contagiarse al tener relaciones sexuales vaginales, anales u orales o por contacto genital directo con la persona infectada. Es importante recordar, que el virus puede contagiarse, aunque las lesiones no sean visibles en el momento del contacto.
Como el virus muere rápidamente fuera del organismo, es difícil infectarse a través del contacto con inodoros, toallas u otros objetos utilizados por una persona infectada.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas y manifestaciones clínicas varían en función del tipo de virus, sexo, edad, estado inmunitario del paciente y exposición previa al virus.

Hasta el 80% de los pacientes son asintomáticos o tienen síntomas muy leves. Por ello, es probable que la persona no sea consciente de que padece la enfermedad o que confunda los síntomas con una infección de piel (un grano, un pelo infectado, etc).

Las lesiones típicas del herpes se manifiestan como pequeñas vesículas o ampollas únicas o agrupadas, que aparecen en los genitales, y que cuando se abren, producen ulceraciones o llagas dolorosas que pueden tardar semanas en cicatrizar. En las zonas más sensibles y de mayor roce, las vesículas se rompen antes de que se noten, pudiendo aparecer costras. Los síntomas más habituales son dolor, picor, quemazón, inflamación de los genitales, fujo vaginal distinto, molestias al orinar y ganglios aumentados de tamaño, dolorosos, en las ingles.

En persona inmunodeprimidas la infección puede ser más grave, llegando a generalizarse y afectando a otros órganos.

¿Qué complicaciones puedo tener?

Las complicaciones asociadas con el herpes genital comprenden:
• Recurrencia. Después de la infección inicial, el virus permanece inactivo en el cuerpo y puede reactivarse. La recurrencia es uno de los principales problemas de esta enfermedad y ocurre más frecuentemente en los pacientes portadores del virus herpes simple tipo 2.
• Otras infecciones de transmisión sexual. Las llagas genitales aumentan el riesgo de transmisión o contagio de otras infecciones de transmisión sexual.
• Infección del recién nacido. Los bebés nacidos de madres infectadas pueden estar expuestos al virus al atravesar en canal del parto (herpes neonatal).
• Inflamación de la uretra (uretritis). En algunos casos, las llagas asociadas con el herpes genital pueden provocar inflamación en la uretra.
• Meningitis. En raras ocasiones, la infección por el virus herpes simple produce la inflamación de las membranas y el líquido cefalorraquídeo que rodean el cerebro y la médula espinal.
• Inflamación rectal (proctitis). El herpes genital puede provocar una inflamación del revestimiento rectal, en especial en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

¿Cómo se diagnostica?

En primer lugar, se realiza una exploración física mediante examen externo e interno de los genitales, búsqueda de ganglios aumentados de tamaño y lesiones del virus en otras zonas (boca, ojos, etc). Además, el estudio se complementa con algunos análisis de laboratorio:
• Prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de virus del herpes simple. Esta prueba se utiliza para copiar el ADN a partir de una muestra de sangre, tejido de una llaga o líquido cefalorraquídeo y se analiza para establecer la presencia del virus del herpes simple y determinar el tipo.
• Cultivo viral. Se toma una muestra de tejido o se hace un raspado de las llagas para examinar en el laboratorio.
• Análisis de sangre. Esta prueba analiza, en una muestra de sangre, la presencia de anticuerpos IgG e IgM contra el virus del herpes simple.
La IgM positiva indica una infección activa en el momento del análisis, mientras que la presencia de IgG positiva manifiesta una infección ya pasada que ha creado anticuerpos. Un resultado serológico negativo puede indicar tanto la ausencia de contacto previo con VHS como ausencia de respuesta inmunitaria.

¿Cómo se trata?

El tratamiento del herpes genital no es curativo sino que ayuda a que desaparezcan las llagas más rápidamente durante un brote inicial, disminuye la gravedad y la duración de los síntomas, reduce las recurrencias y minimiza la posibilidad de transmisión.
Los casos leves, pueden tratarse únicamente con analgésicos y antibiótico en crema para evitar la sobreinfección y favorecer la curación de las lesiones. En casos graves, con muchas lesiones, o en pacientes inmunodeprimidos, es necesario usar tratamiento antiviral sistémico por vía oral, siendo los más usados para el herpes genital el Aciclovir (Zovirax) y el Valaciclovir (Valtrex).

¿Cómo puedo evitar el contagio?

La única manera totalmente eficaz de evitar el contagio es abstenerse de cualquier tipo de relación sexual, vaginal, anal, oral o contacto genital estrecho.
Las relaciones íntimas con varias parejas sexuales incrementan el riesgo de contagio. Es imprescindible utilizar de manera correcta el preservativo, aunque es importante recordar que no todas las llagas del herpes se presentan en las áreas cubiertas, por lo que éste ayuda a reducir el riesgo de transmisión, pero no protege por completo de contraer el virus. Además, el virus del herpes puede liberarse de áreas de la piel que no tengan una llaga de herpes visible.

¿Existe vacuna para prevenir o tratar el herpes genital?

Hasta el momento no existe ninguna vacuna profiláctica que estimule el sistema inmunitario para prevenir la infección primaria ni para reducir las recurrencias.

¿Cómo afecta el herpes al embarazo?

El herpes puede pasar al bebé durante la gestación o, más frecuentemente, en el momento del parto vaginal (herpes neonatal). Por ello, las embarazadas deben comunicar lo antes posible a su médico la infección activa por herpes simple, así como si lo han tenido anteriormente, para establecer las medidas oportunas (tratamiento farmacológico, planificación del parto, etc.).

AUTORES

Patricia Arbués Espinosa. Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. C.S Delicias Norte. Zaragoza
Inés Vallespí Puyol. Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. C.S Delicias Sur. Zaragoza
Juan Monte Serrano y Pablo Villagrasa Boli. Residentes de Dermatología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza
Manolo Ramírez Fabián y Jorge Subirá Ríos. FEA Urología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza