Hipertension y obesidad en la actualidad


Sofía Pascual Dena. Enfermera del Hospital de Barbastro

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Hoy en día, el paciente que sufre de obesidad e hipertensión ha visto limitadas sus rutinas diarias debido a la situación a la que nos enfrentamos.

Se ha comprobado que el paciente hipertenso o con obesidad tiene más riesgo de que se agrave la enfermedad en el caso de contagiarse por COVID. Por ello, debe mantener unos buenos niveles de tensión arterial e intentar mantener un peso adecuado.

¿Qué se considera un buen nivel de tensión arterial y de peso?

En el caso de los adultos, la OMS define el sobrepeso y la obesidad como se indica a continuación:
• Sobrepeso: IMC igual o superior a 25. Obesidad: IMC igual o superior a 30.
• HTA: TAs mayor 140 y TAd 90.

Un IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como las siguientes:
• Las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares).
• La diabetes.
• Los trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis).
• Cánceres (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).

El riesgo de contraer estas enfermedades no transmisibles crece con el aumento del IMC, entre ellas COVID.
En el plano individual, las personas pueden optar por:
• limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares,
• aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos,
• realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).
La responsabilidad individual solo puede tener pleno efecto si las personas tienen acceso a un modo de vida sano. Por consiguiente, en el plano social, es importante ayudar a las personas a seguir las recomendaciones mencionadas, mediante la ejecución sostenida de políticas demográficas y basadas en pruebas científicas que permitan que la actividad física periódica y las opciones alimentarias más saludables estén disponibles y sean asequibles y fácilmente accesibles para todos, en particular para las personas más pobres. Un ejemplo de una política de ese tipo es un impuesto sobre las bebidas azucaradas.

Recomendaciones para hipertensos

Es muy importante que los pacientes hipertensos mantengan unos hábitos saludables con alimentos que ayuden a combatir el coronavirus y a fortalecer el sistema inmune.
Adultos: Cuando la tensión sistólica es igual o superior a 140 mm Hg y/o la tensión diastólica es igual o superior a 90 mm Hg, la tensión arterial se considera alta o elevada. La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma.
Entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol, y el sobrepeso o la obesidad. Por otro lado, existen factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares de hipertensión, la edad (más de 65 años) y la concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda:

1. Disminuir el consumo de sal
• Recomendación: 5g de sal = 2 g de sodio al día.
• Conocer el contenido en sodio de los alimentos y cocinarlos con muy poca sal.
• Consumir preferentemente alimentos frescos.
• Sazonar los alimentos con hierbas, especias y otros aderezos sin sal (aceite de oliva, vinagre, limón).
• Consumir los alimentos enlatados o procesados bajos en sodio.
• Aclarar las conservas vegetales con alto contenido en sodio.
• Limitar el consumo de embutidos,  encurtidos y aperitivos con alto contenido en sal.

2. Seguir una dieta variada y equilibrada
• Recomendación: cinco o seis raciones diarias de frutas y verduras. El aceite de oliva tiene importantes beneficios cardiosaludables, ayuda prevenir y reducir la hipertensión.
• Aumentar el consumo de fruta, verdura, hortalizas y legumbres.
• Elaborar y aderezar las comidas con aceite de oliva.
• Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (pescado azul).
• Añadir a la dieta frutos secos sin sal.

3. Hacer ejercicio con regularidad
Recomendación: en adultos 150 a 300 minutos /semana de actividad física aeróbica moderada (bailar, caminar, pedalear, jardinería, patinar, nadar…) o 75 a 150 minutos de actividad física más vigorosa (nadar, correr, deporte…). Combinar ambas actividades.
Realizar al menos 30 minutos casi todos los días de actividad física moderada, como caminar a paso ligero.
Incorporar la actividad física en la vida cotidiana (subir las escaleras, desplazarse andando al trabajo, bajarse una parada antes del autobús).
Utilizar el tiempo de ocio para realizar actividades que requieran movimiento (bailes, gimnasia, senderismo, deporte, excursiones en bicicleta, patinar…), y si es posible en familia.

4. Mantener un peso saludable: IMC MENOR 25
Reducir el consumo de azúcar (bebidas azucaradas, chucherías) y grasas saturadas (bollería industrial, embutidos, carnes grasas).
Desayunar todos los días frutas, lácteos y cereales y realizar cinco comidas al día.
Practicar actividad física de intensidad moderada todos los días.
Limitar las horas de actividades sedentarias (televisión, videojuegos, ordenador).

5. Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco
Moderar el consumo de bebidas alcohólicas (vino, cerveza y las de alta graduación),  máximo dos unidades o consumiciones en hombres y una en mujeres. No fumar, y nunca hacerlo en presencia de no fumadores ni en lugares cerrados.