Humanización de la atención al enfermo crítico


Ana Esteban Molina. FEA Medicina Intensiva. Universitario Miguel Servet. Zaragoza. Celina Balint Ilie. MIR Medicina Interna. H. Obispo Polanco. Teruel.

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Un gran reto en la atención sanitaria siempre ha sido humanizar la relación entre los profesionales y el ser humano enfermo, que se encuentra en un momento biográfico complejo.

Los enfermos críticos son especialmente vulnerables, ya no solo desde el punto de vista físico por su estado de gravedad, sino por los factores estresantes a los que se ven sometidos durante el ingreso. El entorno familiar también sufre las consecuencias y en muchas ocasiones sus necesidades físicas y emocionales no son cubiertas de forma óptima.

Los avances científico-tecnológicos han mejorado de forma evidente la atención sanitaria, pero este progreso no se ha visto acompañado con la misma intensidad en sus aspectos humanos. Las características organizativas y arquitectónicas de las UCI hacen que en muchas ocasiones se conviertan en ambientes hostiles para los enfermos y sus familias, e incluso para los propios profesionales.

Humanizar los Cuidados Intensivos es centrarnos en la persona a la que atendemos, preservando su dignidad y valores, cuidando en base a la mejor evidencia científica disponible, haciendo uso racional de recursos, incluyendo a los familiares y haciéndolos parte del proceso, recordando que la salud es un derecho fundamental de todo ser humano.

En 2014, nació el “proyecto HU-CI: Humanizando los Cuidados Intensivos”. Se trata de un proyecto de investigación multidisciplinar internacional que intenta mejorar la situación actual poniendo al “ser humano” en el centro del escenario y así cambiar el paradigma de la atención, mediante la creación de 8 líneas estratégicas sobre las que trabajar.

  • UCI de Puertas Abiertas. Presencia y participación de familiares en los cuidados del paciente mediante la flexibilización de los horarios.
  • Comunicación. Entrenamiento del personal sanitario en la transmisión de la información tanto entre profesionales, paciente y familia. Facilitar tecnología para mejorar la comunicación de pacientes que no pueden hablar.
  • Bienestar del paciente, físico, psicológico, ambiental, así como cuidar el descanso nocturno. Siendo fundamental la implantación de protocolos de analgesia y sedación.
  • Cuidados al personal sanitario, para prevenir el “síndrome de desgaste profesional”.
  • Prevención, manejo y seguimiento del Síndrome Post-UCI, definido como un conjunto de síntomas físicos, mentales y emocionales que persisten tras dejar la UCI.
  • Infraestructura humanizada, con presencia de ventanas con acceso a luz natural, box individual, medición de ruidos, regulación de la temperatura y la luz, decoración que facilite la orientación en tiempo y espacio.
  • Cuidados al final de la vida. Incorporación de protocolo de cuidados al final de la vida y limitación de tratamientos de soporte vital.

Actualmente las UCI españolas, se encuentran en una situación de progreso y mejora en cuanto a la humanización, con avances en los últimos años gracias a la investigación y la puesta en marcha de medidas, planes y protocolos. El objetivo común es conseguir la unificación de toda la Asistencia Sanitaria bajo la premisa de la Humanización de los Cuidados con una atención centrada en los pacientes, los familiares y los profesionales como principales impulsores del cambio.