La contaminación ambiental como elemento distorsionador de nuestra salud


Dra. Tina Herrero Jordán. FEA Neumología Hospital Reina Sofía. Tudela. Dra. Susana Clemos Matamoros, Dra. Adriana Ger Buil y Dra. Mª Jesús Igúzquiza Pellejero. FEA Medicina Interna. Hospital Reina Sofía. Tudela

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La contaminación ambiental es el término empleado para denominar a toda aquella sustancia orgánica o inorgánica que durante su creación o manipulación puede llegar hasta la atmósfera e incorporarse a la misma (tomando forma de polvo, humo, gas o vapor) y que, alcanzando niveles suficientes, es capaz de generar algún tipo de efecto deletéreo en nuestra salud. Cualquier sustancia.

El origen de la contaminación ambiental, ya sea directa o indirectamente, es siempre la acción del ser humano. Y, si bien la contaminación ambiental existe desde que lo hace el propio ser humano, no es hasta la aparición de la revolución industrial y todas las transformaciones que trajo consigo que los niveles de contaminación empiezan a crecer hasta alcanzar los desproporcionados niveles que encontramos hoy en día.

Actualmente las principales fuentes de contaminación ambiental a nivel global son: las fábricas y edificios que albergan industrias, los vehículos a motor que emplean combustibles fósiles para su funcionamiento, los incendios forestales y los sistemas de calefacción.

Clasificación de contaminantes

Cuando hablamos de contaminantes ambientales lo más habitual es subdividirlos en dos categorías: contaminantes primarios y contaminantes secundarios. Los primarios son aquellos que se emiten al aire de forma directa y que sin sufrir ningún tipo de transformación son capaces de alterar la salud humana. Por otra parte, los secundarios son aquellos que se crean en la propia atmósfera cuando diferentes sustancias, contaminantes primarios, interaccionan entre ellos dando lugar a la aparición de nuevas sustancias.

De esta forma los principales contaminantes quedarían clasificados de la siguiente manera:

Contaminantes primarios:
Monóxido y dióxido de carbono: proviene principalmente de la combustión incompleta de carbón, petróleo, madera y gas natural.
Óxidos de azufre: provienen principalmente de la combustión de azufre que se realiza a nivel industrial.
Óxidos de nitrógeno: secundarios a la quema de combustibles fósiles (tráfico, fábricas…).

Contaminantes secundarios:
Ozono: es el principal contaminante atmosférico y su aparición resulta de la interacción entre el dióxido y/o el monóxido de carbono con otros compuestos volátiles orgánicos.
Material particulado: se identifican con las siglas PM seguidas de un número que representa su tamaño, dependiendo del tamaño de la partícula son capaces de crear daño a un nivel u otro del cuerpo humano (PM10 se depositan en nariz y vías respiratorias altas, PM 2.5 se depositan en el árbol bronquial y el parénquima pulmonar).

Principales efectos sobre la salud de la contaminación ambiental

En cada respiración introducimos en nuestro organismo 500 mililitros de aire, o lo que es lo mismo, cada día llegan a nuestros pulmones y árbol bronquial, aproximadamente, 10.000 litros de aire. El aire está compuesto principalmente por nitrógeno y oxígeno pero también contiene, aunque en cantidades muy inferiores, dióxido de carbono y otros contaminantes. Es decir, cada respiración que hacemos constituye una puerta de entrada a nuestro organismo para la contaminación ambiental. Otros mecanismos de entrada de la contaminación a nuestro organismo incluyen: la lluvia ácida, contaminación del agua que bebemos, contaminación del suelo y los alimentos…

Las poblaciones más expuestas al efecto de la contaminación ambiental son, por una parte, mujeres y niños, en este caso principalmente por el efecto de la contaminación en ambientes cerrados, y, por otra parte, los trabajadores al aire libre, en este caso fruto de la contaminación en ambientes abiertos.

Las estimaciones más recientes de la organización mundial de la salud hablan de 13 fallecimientos cada minuto, en todo el mundo, como consecuencia de la contaminación ambiental. O lo que es lo mismo, 7 millones de personas fallecen en todo el mundo cada año a causa de la contaminación ambiental en espacios abiertos o cerrados, acercando el foco a España encontramos que la cifra se sitúa en las 50.000 muertes anuales.

Las principales causas de muerte secundarias a la contaminación ambiental son las siguientes: cardiopatía isquémica (34% de los fallecimientos), neumonía (21% de los fallecimientos), accidentes cerebrovasculares isquémicos (20% de los fallecimientos), enfermedad pulmonar obstructiva crónica, EPOC, (19% de los fallecimientos) y cáncer de pulmón (7% de los fallecimientos).

Contaminación ambiental y enfermedades respiratorias

Tal y como hemos indicado previamente, la respiración es el principal mecanismo de entrada de las sustancias contaminantes a nuestro organismo, es por ello que el aparato respiratorio será el principal damnificado por los efectos de la contaminación ambiental. Encontramos múltiples patologías en las cuales la contaminación ambiental tiene un papel relevante, pero en las que existe mayor evidencia es en: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asma.

EPOC
Está ampliamente demostrado que la contaminación ambiental aumenta el riesgo de aparición de EPOC tanto en personas fumadoras, actuando en sinergia con el tabaco, como en no fumadoras. En este último grupo la contaminación ambiental es capaz de ser responsable único de que el paciente desarrolle la enfermedad. De hecho la contaminación ambiental por combustión de carbón y biomasa en cocinas y estufas, muy habitual en países en vías de desarrollo, constituye la segunda causa de desarrollo de EPOC a nivel mundial, siendo especialmente relevante en el caso de las mujeres.

No solo es capaz de provocar la aparición de la enfermedad, además la contaminación ambiental es capaz de alterar y empeorar la evolución de la misma. Múltiples estudios han demostrado que en aquellos días donde se producen picos de contaminación en el ambiente, también se producen agudizaciones de la enfermedad y empeoramientos generalizados en los síntomas de los pacientes.

Los principales contaminantes que han demostrado tener relación con el desarrollo y la evolución de la EPOC son las micropartículas, el dióxido y el monóxido de carbono.

ASMA
Los pacientes asmáticos son, sin lugar a dudas, los pacientes que presentan mayor sensibilidad a cualquier pequeño cambio ambiental, es por ello que la contaminación es capaz de alterar de innumerables formas la evolución de su enfermedad.

Al igual que ocurría con la EPOC, la contaminación ambiental es causa conocida de aparición de asma, de hecho múltiples estudios han demostrado que, en zonas insdustrializadas con alta carga de contaminación, la incidencia de asma es hasta 10 veces mayor. No solo eso, estudios realizados en población infantil sitúan a la contaminación ambiental como responsable de casi el 40% de los casos de asma en niños.

Además la contaminación ambiental y el cambio climático, principal consecuencia de la contaminación ambiental, alteran de forma notable la evolución de todas las enfermedades alérgicas y, por tanto, del asma bronquial. La polinización se ve alterada cada año por las alteraciones del clima, y además, cada vez los niveles de alérgenos en el ambiente son mayores y se prolongan durante más tiempo, lo cual se traduce en incrementos de síntomas y crisis en los pacientes asmáticos. Por otra parte los contaminantes son capaces de, además de aumentar los niveles y el tiempo de los alérgenos en el aire, trabajar de forma sinérgica con ellos para potenciar el daño en el árbol bronquial y en la calidad de vida de los pacientes.

En el caso del asma los contaminantes ambientales que por ahora se ha demostrado más influyen en la enfermedad son: ozono y micropartículas.

Situaciones con niveles elevados de cualquiera de estas dos sustancias se han relacionado con: pérdida acelerada de función pulmonar, empeoramiento franco de síntomas (especialmente tos, falta de aire y autoescucha de ruidos respiratorios) e incremento de ingresos hospitalarios y visitas a urgencias.