Contrariamente a lo que pensamos, la copa menstrual (CM) no es un producto novedoso, nació en EEUU en la década de los años treinta, aunque el auge de su comercialización se produjo a principios del siglo XXI. En España su uso se ha visto incrementado exponencialmente durante la última década.
En ocasiones la falta de información sobre cómo utilizarla junto con los tabús que despiertan inquietudes negativas sociales, morales y religiosas han sido los grandes impedimentos a la hora de utilizarlas.
La CM es un recipiente fabricado de un material muy flexible, antialérgico y adaptable como silicona, látex o plástico quirúrgico, que en los últimos años se presenta como una alternativa al uso de productos higiénicos tradicionales, como paños higiénicos, tampones y compresas.
La CM no absorbe, sino que recoge el fluido, de allí su forma, es ecológico y no daña el medio ambiente, es reutilizable y económico a largo plazo, ya que tiene una vida media de 10 años. Además de las mencionadas, posee otras muchas ventajas, el riesgo de producir lesiones mecánicas en la vagina y en el cuello uterino durante su colocación y uso son casi nulos.
Proceso educativo
Gracias a los materiales con los que están fabricadas no producen alteraciones dérmicas ni alergias, permiten mantener el equilibrio de PH vaginal, ayudan a mantener los microorganismos vaginales en niveles adecuados.
Otra ventaja es que garantiza el almacenamiento de la sangre durante 10/12 horas, sin producir sequedad ni olores desagradables.
La utilización de la copa menstrual es compatible con el uso de anticonceptivos de barrera, algunas marcas comerciales garantizan que pueden utilizarse simultáneamente durante el coito.
Es necesario realizar un proceso de educativo para familiarizarse con el uso durante varios ciclos, ya que en caso contrario puede aparecer incomodidad, presión interna y dolor durante su colocación, esto desaparece con el uso continuo del producto y se considera normal dentro de la curva de aprendizaje.
No todo en la CM son ventajas, existen inconvenientes como la aprensión de algunas mujeres ante la sangre, la falta de acceso a instalaciones adecuadas que garanticen la higiene correcta del producto cuando se haya de vaciar en baños públicos, la desconfianza ante el riesgo de fugas y la dificultad para insertarla los primeros usos.
La copa menstrual requiere de un mantenimiento que garantice las cualidades del producto, hay que realizar una higiene de manos correcta antes y después de su manipulación y hervirla antes y después de cada uso.
El riesgo de sufrir el síndrome de shock tóxico producido por el crecimiento excesivo del “Staphylococcus aureus” en la vagina es mínimo si se realiza un mantenimiento correcto de la CM mediante la técnica de hervido, ya que está bacteria es resistente al agua fría. También se reduce el riesgo de prurito, erupciones o infecciones producidas por la humedad de compresas, toallas o tampones.
AUTORES
Ana Belén Mongio Pardo. Enfermera de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Lucía Rivarés Garasa. Enfermera de Especialidades Médica. H.G. San Jorge. Huesca
Óscar Sambía Novellón. Enfermero de Especialidades Médicas. H.G. San Jorge. Huesca
Esmeralda Lobera Salvatierra. Enfermera de Urgencias. H.G. San Jorge. Huesca
Blanca Vizcaíno Bricio. Enfermera de Urgencias. H. Barbastro. Huesca
Nieves Otín Guarga. Enfermera de Especialidades Médica. H.G. San Jorge. Huesca