La importancia de la dignidad al final de la vida


María Montero García. Médico Interno Residente. Geriatría. Hospital Nuestra Señora de Gracia. Zaragoza.

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A menudo cuando vemos a un ser querido enfermo en el momento de final de vida, nos genera sufrimiento saber si conforme se acerca al momento del fallecimiento está teniendo una muerte digna y los cuidados necesarios.
Morir con dignidad supone vivir dignamente hasta el último momento. Ello requiere la consideración del enfermo como ser humano hasta el momento de la muerte, el respeto a sus creencias y valores, así como su participación en la toma de decisiones mediante una relación cercana y sincera con el equipo que le asiste.

En ocasiones, no se tiene en cuenta todo lo anterior y se asocia el hecho de morir con dignidad a la ausencia de sufrimiento como único elemento importante. También hay que tener en cuenta otros factores humanos, como la presencia de los seres queridos y la creación de un entorno amable. Debemos abordar y cuidar la esfera física, psíquica, espiritual y social; los cuidados paliativos realizan un abordaje integral de la persona y no solo de la enfermedad.

A continuación, presentamos una recopilación de algunos factores a tener cuenta para respetar el morir con dignidad:

– Los pacientes en fase terminal tienen derecho a recibir una atención individualizada que reconozca y respete sus necesidades únicas, garantizando un trato humano y personalizado que les haga sentir valorados y comprendidos durante su proceso de enfermedad.

– La intimidad del paciente debe ser respetada, lo cual representa un desafío en el entorno hospitalario.

– La presencia de la familia y seres queridos es esencial durante el proceso de morir, ya que representan un apoyo emocional crucial. Es necesario brindar apoyo a las familias que se enfrentan a desgaste emocional, duelo anticipado u otras dificultades, para que puedan realizar un acompañamiento adecuado y ser parte activa en este proceso.

– El paciente tiene derecho a morir en paz y con el mayor nivel de bienestar. Es necesario que la persona siga siendo en cierto modo agente y no mero paciente, para lo cual es positivo que conozca y comparta las medidas terapéuticas y de cuidados a los que será sometido o sobre el modo de pasar el tiempo de vida que le queda.

– El acompañamiento espiritual es importante previo al momento del fallecimiento. Es importante atender a las necesidades espirituales que demande el paciente. Dentro de este acompañamiento podríamos incluir los aspectos relacionados con la religión, como, por ejemplo, la unción de los enfermos. Espiritualidad y religión no es lo mismo, la espiritualidad va más allá, es una dimensión del ser humano que supone una búsqueda personal para encontrar el sentido de la vida, la enfermedad y la muerte, y la relación con lo trascendente. Dentro de la espiritualidad podríamos analizar, por ejemplo, el sentido y propósito de vida de la persona enferma.

Es importante un enfoque humanizado en el cuidado de pacientes terminales, promoviendo la dignidad, el respeto y el bienestar integral durante las etapas finales de la vida.