La Insuficiencia Venosa Crónica o IVC, es la incapacidad de las venas para realizar el adecuado retorno de la sangre al corazón, lo que provoca la acumulación de ésta en las piernas, dando lugar a diferentes síntomas y problemas


Sonia Matarranz Rípodas. Enfermera Especialista Familiar y Comunitaria. Centro de Salud de Alsasua. Marina Beroiz Salaverri. Técnico de Laboratorio. Hospital Universitario de Navarra. Ainara Baines García. Médico adjunto de Aparato Digestivo. Hospital Reina Sofía. Tudela

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La Insuficiencia Venosa Crónica o IVC, es la incapacidad de las venas para realizar el adecuado retorno de la sangre al corazón, lo que provoca la acumulación de ésta en las piernas, dando lugar a diferentes síntomas y problemas.

Se caracteriza por ser una enfermedad crónica y progresiva, que sin un tratamiento adecuado puede derivar en complicaciones que afectan la calidad de vida.

Inicialmente cursa de manera asintomática, pero con el tiempo pueden ir apareciendo una serie de  síntomas como son:
• Pesadez, cansancio y/o dolor en las piernas que irán en aumento conforme avance el día.
• Varices o venas varicosas.
• Arañas vasculares: dilataciones de los capilares superficiales.
• Hinchazón o edema sobre todo en tobillos.
• Sensación de calor, enrojecimiento, sequedad y picor constante en la piel.
• Calambres nocturnos.

La aparición de las úlceras venosas supone el estadio más avanzado de la enfermedad.

¿Qué hacer para poder prevenir y controlar la IVC?

Uno de los principales tratamientos para la IVC es la terapia compresiva. La terapia de compresión graduada trabaja ejerciendo una compresión decreciente desde el pie hasta la pantorrilla o hasta la zona superior de la pierna, con el objetivo de mejorar el retorno venoso y reducir la acumulación de sangre en la extremidad.

Un tipo de terapia compresiva sería el uso de medias terapéuticas. Las medias de compresión no son iguales a los calcetines normales. Por lo general, estas se prescriben con ciertas especificaciones y requieren que un profesional las mida y pruebe.

Las medias se clasifican según su medida y tipo de compresión:
• Según el largo de la media encontramos: los panty (que van desde el pie hasta la cintura), la medias largas (que llegan hasta la mitad del muslo) y las medias cortas (que llegan hasta la rodilla).
• Según el grado de compresión encontramos cuatro tipos o grados de compresión: la compresión ligera, normal, fuerte o muy fuerte en función del estadío de IVC a tratar.

Existen diferentes tallas según la marca comercial y las encontramos en una gran variedad de colores. Además estas pueden tener o no puntera en la zona de los dedos del pie en función de si se prefiere llevar el pie completamente cubierto, o por el contrario, llevar los dedos al aire.

A la hora de escoger unas medias se deben tener en cuenta las características de cada persona, con el fin de escoger el tipo y talla de media adecuada a su caso y situación. Se deberá recurrir a un profesional para tomar las medidas de la pierna o piernas a tratar. El momento ideal para realizar la medición es por la mañana al levantarse o, al menos, tras haber estado unos 20 minutos con las piernas elevadas, para evitar que los tobillos estén hinchados.

Además de las medias de compresión será fundamental la adopción de hábitos de vida saludables ya que tienen un papel fundamental en el desarrollo y prevención de IVC, y pueden suponer, así mismo, una vía para aliviarla.