Durante la gestación, no es necesario “comer por dos”. Dado que la dependencia del feto del organismo es absoluta, la dieta de la madre debe ser suficiente para asegurar la salud materna y fetal. La alimentación es un pilar muy importante durante la gestación, puesto que debe responder a las necesidades del organismo materno con un aporte calórico adecuado; para ello se aconseja una dieta variada y equilibrada. Es recomendable que la gestante haga cinco comidas al día, manteniendo estables los niveles de glucosa durante el día.
Se recomienda un incremento ponderal durante la gestación entre los 10 y los 16kg, aunque esta ganancia ponderal debe ir relacionada con el IMC pregestacional, de manera que cuanto mayor sea el IMC antes del embarazo menor debe ser la ganancia ponderal y viceversa.
La nutrición tiene una importancia vital para el crecimiento y las funciones corporales en los primeros estadios de la vida. Se han relacionado enfermedades cardiovasculares y metabólicas en la edad adulta con el peso al nacer y durante el primer año de vida y estos están directamente relacionados con la alimentación materna durante la gestación. El aporte energético extra supone unas 200-300kcal/día durante el embarazo y 500kcal/día en el periodo de lactancia.
Necesidades nutricionales
Respecto a las necesidades nutricionales, las proteínas deberán aportar entre el 10-35% de la energía, los hidratos de carbono entre el 45-65% y las grasas entre el 20-35%. Se recomienda un aumento de consumo de fruta, verduras, legumbres, cereales y fibra. Se aconseja ingerir entre medio litro y un litro de leche o productos lácteos, preferiblemente desnatados. Durante el embarazo se intentarán reducir los alimentos ricos en grasas animales y aquellos con alto contenido de azúcar. La sal que acompañe a los alimentos deberá ser yodada. Se aconseja consumir pescado, rico en proteínas y omega 3 y bajo en grasas saturadas. Respecto al aporte hídrico recomendado, oscila entre 2-2,5l diarios.
En algunos casos, las gestantes requieren una valoración individualizada respecto a la nutrición. Es el caso de las adolescentes, pacientes dependientes, desnutridas con bajo peso u obesidad preconcepcional, antecedentes de fetos con bajo peso, embarazo múltiple, diabéticas, trastornos digestivos, trastornos de alimentación, etc…
Dieta vegetarianas
En el caso de dietas vegetarianas durante el embarazo, hay que tener en cuenta que pueden ser insuficientes los aportes de hierro, aminoácidos esenciales, calcio, lípidos complejos, vitamina D o B12 entre otros, por lo que se deberá valorar cada caso individualmente por si fuera necesario realizar suplementos.
Respecto a madres con enfermedad celiaca, hay estudios que sugieren que aquellas que no siguen una dieta estricta libre de gluten tienen más tasa de fallo reproductivo, por lo que la dieta deberá ser libre de gluten.
Aquellas embarazadas con intolerancia a la lactosa pueden ser susceptibles de no cubrir las necesidades suficientes de calcio por lo que habrá que valorar el añadir suplemento si se considera necesario.
Existen infecciones transmitidas a través de los alimentos que pueden causar enfermedad materna y riesgo fetal. Para reducir estos riesgos se recomienda:
• Buena higiene personal, lavado de manos frecuente.
• Lavado de frutas y hortalizas crudas con lejía apta para desinfección de alimentos.
• Cocinar completamente las carnes, pescados y huevos.
• Evitar productos no pasteurizados.
• Moderar el consumo de cafeína.
• Evitar productos de herboristería, no se tiene información sobre la seguridad y podrían causar efectos secundarios o potenciales efectos perjudiciales.
• Mantener buena higiene de las superficies donde se prepara la comida.
En concreto, la listeriosis y la toxoplasmosis son dos infecciones con posibilidad de transmisión vertical que pueden evitarse siguiendo normales y cuidados en la alimentación.
Listeriosis
• Consumir alimentos pasteurizados
• Evitar patés.
• Evitar ingestión de pescado o crustáceos frescos.
• Lavar bien frutas, verduras y hierbas aromáticas.
• Lavarse bien las manos después de manipular alimentos crudos.
• Limpiar bien la nevera con agua y lejía y mantener una temperatura de 4º.
Toxoplasmosis
• Consumir carne hecha, no cruda.
• Lavar bien frutas y hortalizas.
• Lavado de manos después de manipular carne cruda o tierra de jardín.
• Evitar contacto con gatos.
• La congelación de los alimentos destruye al parásito.
• Utilizar guantes para trabajos de jardinería.
AUTORES
Ligia Gil Melgosa, Marta Benito Vielba, Cristina Luna Álvarez, Marta Castellá Segarra, Victoria Pallarés Arnal y Verónica Gómez García
Servicio de Ginecología y Obstetricia, Hospital de Barbastro