Patologia del suelo pélvico: incontinencia urinaria


Ligia Gil Melgosa, Verónica Gómez García, Cristina Luna Álvarez, Marta Castellá Segarra, Victoria Pallarés Arnal y Marta Benito Vielba

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La patología de suelo pélvico que con más frecuencia se atiende en las consultas de ginecología son el prolapso de órganos pélvicos y la incontinencia urinaria. Aunque es una patología muy frecuente son muchas las pacientes que no consultan al especialista.

Incontinencia urinaria

La incontinencia de orina se define como la pérdida involuntaria de orina, que implica un problema social y de higiene y que afecta a la calidad de vida. La incontinencia urinaria es un cuadro muy frecuente y su prevalencia está estrechamente ligada a la edad. En mujeres menores de 50 años la prevalencia se sitúa en un 25%, mientras que aumenta al 33% en mujeres de 60 años.
Hay varios tipos de incontinencia urinaria (IU):
• IU de esfuerzo: es la perdida involuntaria de orina que coincide con un aumento de la presión abdominal, desencadenado por la actividad física. Ocurre con la tos, el estornudo, el ejercicio, etc.
• IU de urgencia o vejiga hiperactiva: es la pérdida urinaria que se asocia a un fuerte deseo de orinar, suele acompañarse de un aumento de la frecuencia urinaria diurna y nocturna.
• IU Mixta: es la que combina ambas, la de esfuerzo y la de urgencia.
• IU por rebosamiento: perdida involuntaria que se manifiesta por goteo, asociada a retención urinaria.
• IU continua: es la pérdida involuntaria de orina en ausencia de deseo miccional.

Entre los factores predisponentes para desarrollar incontinencia urinaria se encuentran los siguientes: el embarazo y el parto, la obesidad, el envejecimiento, el déficit estrogénico, el tabaquismo, la toma de determinados fármacos así como enfermedades del sistema nervioso central o musculoesqueléticas que pueden contribuir a la aparición de incontinencia.
Para el diagnóstico es fundamental una anamnesis completa y una exploración física detallada, identificando los factores de riesgo, la gravedad de la incontinencia y sobre todo el tipo de incontinencia del que se trata. En determinados casos algo más complejos, pueden ser necesarios estudios adicionales como los test urodinámicos.
El tratamiento de la incontinencia va a ser diferente en cada tipo de incontinencia puesto que la fisiopatología de cada una de ellas es diferente. A continuación nos centraremos en el tratamiento de la IU de esfuerzo y de la IU de urgencia, las que se ven más habitualmente en las consultas de ginecología.

Tratamiento de la IU de esfuerzo

Se basa en dos pilares fundamentales: tratamiento conservador y quirúrgico. El tratamiento farmacológico no ha demostrado utilidad en la incontinencia de esfuerzo.
• Conservador: es el indicado en casos leves o moderados. Comenzará con cambios en el estilo de vida, intentando limitar los factores de riesgo conocidos, como por ejemplo el tabaco o la obesidad. Dentro del tratamiento conservador se incluyen también los ejercicios de la musculatura del suelo pélvico, útiles tanto en la prevención como en el tratamiento.
• Quirúrgico: el objetivo es estabilizar la uretra en los casos de hipermovilidad o coaptarla en casos de una disfunción intrínseca de la uretra. Aunque se han descrito numerosas técnicas, la más utilizada y de elección es la cinta suburetral de material sintético. Consiste en la colocación de una malla libre de tensión bajo la uretra media. Se coloca la malla por vía transvaginal, se puede fijar retropúbica (TVT) o a través de los agujeros obturadores de la pelvis (TOT). Son técnicas mínimamente invasivas y que han demostrado tasas de curación cercanas al 90%.

Tratamiento de la IU de urgencia

• Conservador: Fundamentado en los cambios de estilo de vida, fisioterapia y reeducación vesical. La electroestimulación también ha conseguido buenos resultados.
• Farmacológico: el objetivo de los fármacos es inhibir las contracciones involuntarias del músculo detrusor de la vejiga. Hay numerosos fármacos que pueden ser útiles. Actualmente en primera línea se encuentra el mirabegrón, un agonista β3 adrenérgico. Otros fármacos con efectos antimuscarínicos y anticolinérgicos pueden ser también útiles.

AUTORES

Ligia Gil Melgosa, Verónica Gómez García, Cristina Luna Álvarez, Marta Castellá Segarra, Victoria Pallarés Arnal y Marta Benito Vielba.
Servicio de Ginecología y Obstetricia, Hospital de Barbastro