Un viaje internacional, puede exponernos a incidencias o enfermedades que supongan un riesgo para nuestra salud y seguridad. Es posible minimizar estos riesgos tomando las medidas adecuadas antes, durante y después del viaje, lo que nos permitirá disfrutar con mayor tranquilidad de nuestras vacaciones.
ANTES DEL VIAJE
¿Qué llevar en el botiquín?
Los pacientes que sigan un tratamiento crónico deben llevar medicación necesaria para todos los días que dure el viaje, ya que no siempre le será posible encontrar sus medicamentos en países extranjeros o sin receta médica. Su médico de familia le realizará las prescripciones necesarias para cubrir sus necesidades durante el viaje. Es recomendable llevar distribuidas sus medicaciones en distintos bultos: equipaje facturado, equipaje de mano… para que en caso de pérdida de alguno de ellos, cuente con medicación suficiente para un tiempo. Lleve los medicamentos en sus envases originales. En el caso de los diabéticos que precisen insulina, conviene recordar que puede congelarse por las bajas temperaturas en las bodegas de los aviones, por lo que debe llevarse en el equipaje de mano. Además, necesitará un informe de su médico que justifique portar material con agujas y lancetas para presentarlo en los controles de aeropuertos y aduanas.
Es muy importe que lleve consigo un informe donde figuren sus enfermedades y tratamientos crónicos para entregar a los sanitarios en caso de precisar asistencia médica. En este informe debe constar el nombre de su médico y un teléfono de contacto de su centro de salud.
Además de su tratamiento habitual, es recomendable llevar un botiquín con medicación básica como analgésicos , antitérmicos (paracetamol), sueros de rehidratación oral, medicación para alergias (antihistamínicos, pomadas con corticoides), inhaladores, incluso antibióticos si su médico lo considera necesario, por lo que conviene consultar con él los medicamentos a incluir en su botiquín. Si usa anticonceptivos, calcule los envases va a necesitar. También puede incluirse material para realizar curas sencillas: povidona yodada, apósitos, gasas, suero fisiológico… y ¡termómetro! Algunos materiales de higiene íntima, como los tampones, pueden ser difíciles de encontrar en algunos países, llévelos si cree que va a necesitarlos.
¿Dónde acudir para vacunarme?
Los Centros de Vacunación Internacional son centros especializados donde le asesorarán y administrarán las vacunas y/o tratamientos preventivos que necesite según el destino, la duración y las características del viaje, teniendo en cuenta su estado de salud previo y sus tratamientos crónicos. Para ser atendido, deberá solicitar cita previa, es preferible que lo haga con al menos un mes y medio de antelación al viaje. Si le administran vacunas, le entregarán una cartilla de vacunacion internacional que puede serle requerida para la entrada en algunos países. Dado que la atención que le proporcionarán será personalizada y adapatada a su estado de salud, es muy recomendable que cuando acudan a estos centros, lleve consigo un informe médico donde figuren sus enfermedades y tratamientos crónicos además de su cartilla de vacunación revisada. Para esto deberá acudir previamente a su médico de familia. Además, será su médico quien le recomiende si es necesario o no acudir a un centro de vacunación internacional, ya que no todos los viajeros necesitan acudir a un centro especializado.
¿Necesito un seguro médico?
No hay que olvidar que la causa más frecuente de fallecimiento durante un viaje son los accidentes de tráfico además de accidentes por prácticas deportivas de riesgo. Resulta por ello muy aconsejable contratar un seguro de viaje que incluya la atención médica en los centros adecuados en caso de producirse algún incidente. Entre algunos países existe convenio de sus sistemas sanitarios para la atención médica a extranjeros, por lo que deberá informarse adecuadamente en su caso y contratar un seguro si no tiene cobertura sanitaria garantizada en el país de destino.
DURANTE EL VIAJE
¿Cómo puedo protegerme de contraer enfermedades?
La enfermedad más frecuente del viajero es la diarrea por ingestión de agua o alimentos contaminados. Para prevenirla, hay que evitar alimentos crudos lo que incluye los elaborados por vegetales y frutas que no hayan sido pelados y lavados por usted mismo (ensaladas, postres con frutas, helados, zumos, batidos). Es muy importante lavarse las manos con frecuencia y antes de tomar algún alimento. El agua y otras bebidas deben consumirse embotelladas y sin cubitos de hielo (pueden estar preparados con agua contaminada)
Muchas de las enfermedades endémicas de los países en vías de desarrollo se transmiten mediante la picadura de mosquitos , como la malaria, el dengue, el chikungunya, o el virus zika. Por lo tanto, la medida de prevención primordial es protegerse de las picaduras de mosquitos. En el caso de la malaria, tomar la quimioprofilaxis disminuye la probabilidad de desarrollar la enfermedad pero el riesgo no desaparece completamente , por lo que el tratamiento no exime de protegerse frente a las picaduras. Deben usarse repelentes de mosquitos adecuados que contengan alguno de estos principios: DEET (Dietiltoluamida), Icardina, Citriodiol o IR3535. Ayuda el uso de ropas claras, pantalones y camisas de manga larga, además del uso de mosquiteras. Evite el contacto con animales domésticos o salvajes.
Hay que tener especial precaución si se toman baños en ríos o lagos puesto que en algunos lugares existen parásitos que pueden introducirse en su organismo a través de la piel o las mucosas, por lo que debe informarse en las agencias locales antes de realizar actividades acuáticas.
Conviene recordar que el uso de preservativo es el único método para evitar enfermedades de transmisión sexual.
No olvide la protección solar, como mínimo de factor 20,sobre todo en caso de exposiciones prolongadas.
DE VUELTA A CASA
En caso de que haya enfermado durante el viaje, debe acudir a su médico para revisar su estado y entregar informes respecto a asistencia médica recibida en el extranjero. Algunas enfermedades tienen un período de incubación más largo, y a pesar de haber sido adquiridas durante nuestro viaje, pueden manifestarse varias semanas después de haber vuelto. Ante la aparición de síntomas de enfermedad con posterioridad a un viaje, como fiebre o diarreas, debemos acudir al médico e informarle de lugar, duración y fecha de finalización del viaje para que pueda hacer una valoración adecuada.
Y sobretodo… ¡no deje para última hora los preparativos sanitarios de su viaje!