Llega la primavera, ¿por qué estoy tan cansado?


Dr. Ignacio Mata Pastor. Psiquiatra. Director General de Fundación Argibide

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Cuando se acerca el inicio de la primavera, muchos de nosotros desarrollamos una serie de síntomas que configuran lo que comúnmente se denomina “astenia primaveral”. Estos síntomas incluyen: cansancio, falta de energía, dificultades en el sueño, tristeza, ansiedad, falta de motivación, irritabilidad, y disminución del apetito.

Las causas de la astenia primaveral no son del todo conocidas. Sin embargo, resulta evidente que su aparición guarda relación con los cambios ambientales que se producen en esta época del año, fundamentalmente la subida de la temperatura y de la presión atmosférica, el aumento de las horas de luz diurna, y el incremento de nuestra actividad diaria como consecuencia de lo anterior.
Parece que estos cambios ambientales repercuten en el organismo alterando los ritmos circadianos, definidos como los cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un patrón diario en respuesta a la luz, a través de cambios en la secreción de distintas hormonas y neurotransmisores. Esto se traduce en una dificultad del organismo para adaptarse a las nuevas circunstancias ambientales, más exigentes por la mayor duración del día. Por ello, la astenia primaveral puede conceptualizarse como un cuadro adaptativo, por lo general de carácter leve, y que se resuelve de forma espontánea en un breve periodo de tiempo sin necesidad de tratamiento.

Acciones que disminuyen su aparición

Pese a tratarse, por lo general, de cuadros de escasa gravedad, y que en la mayoría de los casos no pueden ser definidos como verdaderos trastornos o enfermedades, se pueden implementar una serie de acciones que disminuirán el riesgo de aparición, o que reducirán la intensidad de los síntomas. Entre estas, podemos mencionar las siguientes:
• Realizar ejercicio físico moderado para liberar el estrés y mejorar la calidad del sueño.
• Ingerir alimentos frescos, como frutas o verduras, y aquellos ricos en fibra y sales minerales.
• Hidratarse regularmente para evitar la pérdida de líquidos por el aumento de la sudoración.
• Mantener una adecuada higiene del sueño, tratando de llevar un horario regular tanto para acostarse como para levantarse por las mañanas, reduciendo el consumo de alcohol y cafeína, evitando las cenas copiosas, manteniendo condiciones ambientales correctas en el dormitorio, y priorizando las actividades relajantes sobre las estresantes antes de acostarse.
Si bien, como se ha dicho, la astenia primaveral suele tener un carácter benigno, las personas afectadas de un trastorno psiquiátrico o psicológico pueden experimentar un agravamiento de la sintomatología durante esta época del año. Tal y como se ha dicho, durante esta época del año, el organismo puede experimentar ciertas dificultades para adaptarse a los requerimientos de la mayor duración del día y del aumento de la temperatura ambiental. Es por ello por el que, aquellas personas que ya están experimentando dificultades para adaptarse a los requerimientos de la vida diaria por estar sufriendo un trastorno psiquiátrico o psicológico, pueden experimentar todavía mayores dificultades en esta época del año. En estos casos, ante la aparición de los síntomas antes mencionados, es recomendable consultar a un profesional sanitario, quien valorará de un modo adecuado su situación, y aplicará las estrategias necesarias para lograr una mejoría.