La neumonía es una infección en uno o en los dos pulmones, caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alveolos, lo que provoca que aparezca una inflamación con daño pulmonar asociado.
La Neumonía provoca entre 9000 y 10000 muertes cada año. Además, el incremento en la esperanza de vida y la mayor supervivencia de pacientes con enfermedades crónicas y/o con inmunodeficiencias hace prever que la población susceptible continúe en aumento en los próximos años.
La neumonía puede afectar a cualquier persona, pero suele ser más frecuente en los dos extremos de la vida del ser humano, menores de 5 años y adultos mayores de 65 años.
Las personas con más probabilidad de padecer una neumonía son personas con enfermedades respiratorias crónicas, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
También tienen más riesgo de padecer una neumonía personas con cardiopatías y pacientes diabéticos, enfermos renales o neurológicos. Un grupo especial de riesgo son las personas trasplantadas porque precisan medicación con inmunosupresores que les debilitan las defensas y también las personales con tratamientos para el cáncer.
¿Qué causa una neumonía?
Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea.
Las bacterias constituyen la causa más común de neumonía y especialmente la bacteria Streptococcus pneumoniae, conocida como neumococo.
Los virus también son una causa común de neumonía, como es el virus de la gripe.
¿Qué sintomas produce?
Los síntomas más comunes de neumonía son
• Tos que con frecuencia viene asociada a expectoración amarillenta o verdosa o incluso moco con sangre.
• Fiebre que puede asociarse a escalofríos y temblores así como sudoración profusa.
• Dificultad para respirar.
• Confusión especialmente en personas mayores.
• Inapetencia, baja energía y fatiga.
• Dolor en el pecho de carácter punzante que empeora con la respiración profunda y la tos.
Otras neumonías llamada atípicas tienen síntomas mas graduales que consisten en décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración y el dolor torácico menos intenso.
En personas con edad avanzada los síntomas pueden ser más inespecíficos y aparecer como cuadros con menos manifestaciones. En estos casos puede cursar como confusión, malestar general y disminución de nivel de conciencia.
Tipos
• Neumonía Adquirida en la Comunidad: es la neumonía más corriente, la que puede tener cualquier persona fuera del ámbito hospitalario. Son en general menos graves y se pueden tratar de forma ambulatoria sin precisar ingreso
• Neumonía Nosocomial: es aquella que se adquiere en el hospital como complicación de algún proceso que se haya realizado allí, como un ingreso o una intervención quirúrgica.
Diagnóstico
La prueba diagnóstica cuando hay sospecha clínica de neumonía es la Radiografía de tórax. Esta prueba es obligada no solo para establecer el diagnostico sino también para ver la localización, extensión, posibles complicaciones y para descartar otros procesos diferentes que cursan con síntomas similares
Otras pruebas tras el diagnóstico serian analítica de sangre donde analizaremos estado de defensas, marcadores de infección así como muestras tanto de sangre y si es posible de esputo para realizar un cultivo microbiológico con el fin de intentar aislar al microorganismo responsable del cuadro.
Tras el diagnóstico se valorara la gravedad del cuadro para decidir el lugar del tratamiento (en domicilio, hospitalizado en planta o UCI).
Normalmente las personas que presentan neumonía adquirida en la comunidad y presenten estabilidad clínica, pueden recibir tratamiento en sus domicilios sin precisar ingreso hospitalario.
Sin embargo hay condiciones que obligan a realizar un ingreso hospitalario (bien en planta o en Unidades de Hospitalización a Domicilio) para tratamiento y observación como son, entre otras, las siguientes:
• Personas mayores de 65 años.
• Tensión arterial sistólica por debajo de 90mmHg.
• Frecuencia respiratoria mayor de 30 respiraciones por minuto.
• Necesidad de aporte de oxigeno.
• Falta de apoyo social/familiar en domicilio.
Tratamiento
La neumonía se cura en la mayoría de los pacientes sin dejar ningún tipo de secuela física ni radiográfica.
Una vez diagnosticada se indica inmediatamente un tratamiento antibiótico. Cuando hay sospecha de que está presente el virus de la gripe se añade también un tratamiento antivírico (más habitual en invierno)
La duración del tratamiento antibiótico varía en función de cada caso, aunque el promedio está en una semana. Una vez que ya pasado la neumonía lo habitual es que la recuperación sea completa.
Si tengo que ingresar, ¿cuánto tiempo tengo que estar hospitalizado?
La duración es muy variable y dependerá si existen complicaciones graves. Lo habitual es que el promedio este entre 5 y 7 días de hospitalización.
Posteriormente tardaran al menos unas 3 semanas en recuperar ritmo de actividad habitual.
La evolución de la neumonía y por tanto del ingreso depende de la resolución de los parámetros infecciosos, de sus complicaciones y de las alteraciones de otras enfermedades del paciente.
Los primeros días se alcanza la estabilidad clínica, después hay un periodo progresivo de recuperación y por ultimo desaparecen las imágenes radiográficas.
Es importante que el paciente este estable antes del alta, pero no es necesario que haya resolución de las imágenes radiológicas ya que este proceso es más lento.
Qué debo tener en cuenta al volver a casa
En la vuelta a casa hay que tener en cuenta que, aunque el periodo crítico ha pasado, la neumonía normalmente no se ha resuelto completamente.
El cuerpo tiene una recuperación progresiva y lo normal es que el paciente se encuentre cansado y con menos vitalidad de lo normal.
Por ello es conveniente una buena alimentación e hidratación e ir recuperando la actividad habitual poco a poco.
¿Cómo puedo prevenir la neumonía?
La vacuna antigripal es la única medida preventiva que ha demostrado la disminución de la incidencia y de la morbimortalidad por neumonía en personas de edad avanzada y en los afectados por enfermedades cardiorrespiratorias crónicas.
Debe realizarse según las recomendaciones y pautas anuales de la Organización Mundial de la Salud.
Está indicada en mayores de 60 años, enfermos crónicos o inmunodeprimidos y en todos aquellos que al ejercer su actividad profesional (personal sanitario, fuerzas de seguridad, profesores, cuidadores de residencias de ancianos etc.) entren en contacto con personas de alto riesgo.
La Vacuna contra el neumococo es eficaz para la prevención de complicaciones como la enfermedad invasiva por neumococo y el empeoramiento pronostico en neumonías hospitalarias. Está indicada en mayores de 65 años (según el calendario vacunal de cada comunidad autónoma) y en personales entre los 2 y 65 años con enfermedades crónicas e inmunosupresión.
La pauta de vacunación antineumococica desde el nacimiento está incluida en el calendario vacunal de gran parte de las comunidades autónomas españolas. En Navarra la inclusión de la vacuna antineumococica en el calendario oficial de vacunación infantil fue en 2016.