Los vómitos son un motivo frecuente de consulta. Se trata de la expulsión, con fuerza, del contenido del estómago por la boca (alimentos, jugo gástrico, bilis). Suelen ir precedidos por náuseas. En los lactantes hay que diferenciarlos de las regurgitaciones. Son pequeñas bocanadas de leche que se echan después de las tomas sin ningún esfuerzo que no tienen apenas significación clínica.
Los vómitos son muy frecuentes en los niños y NO suelen ser una enfermedad en sí. En la mayoría de los casos aparece como un síntoma más en el transcurso de cualquier patología. Las causas son diferentes según la edad.
En el recién nacido y el lactante:
- Puede tratarse del síntoma principal de un proceso banal como: una mala técnica en preparar el biberón (muy concentrado), sobrealimentación (exceso de cantidad), posición inadecuada a la hora de la toma. Situaciones que no se acompañan de otros síntomas y en las que los niños tienen buen aspecto.
- Otras causas de mas importancia: reflujo gastroesofágico, intolerancia a las proteínas de la leche de vaca, estenosis hipertrófica de píloro (enfermedad que requiere una intervención quirúrgica), infección en cualquier localización (infección de orina, otitis, meningitis, sepsis, gastroenteritis aguda…), etc.
En el niño mayor:
- Son más frecuentes las causas digestivas (gastroenteritis aguda, apendicitis aguda, ulcera gastroduodenal, etc.). Cuando hay una infección-irritación del aparato digestivo, el organismo se defiende expulsando lo que le molesta o le hace daño en forma de vómitos y/o diarrea.
- Los vómitos también son un síntoma frecuentemente asociado a enfermedades infecciosas típicas en la infancia tales como catarros, otitis, anginas, infecciones urinarias. Otras menos frecuentes pero de más gravedad como son: las meningitis, neumonías, etc.
- Otras causas pueden ser: la migraña, los vómitos psicógenos (como reacción a una circunstancia adversa o para conseguir algún propósito), los vómitos cíclicos (de origen incierto se presentan en ataques de 24 horas de duración acompañados de cetósis e hipoglucemia).
¿Qué podemos hacer en casa?
Observar las características del vómito: número de veces, cantidad y contenido, intensidad del vómito, cuándo aparecen, relación o no con la ingesta, color y aspecto, etc.
Hay que evitar la deshidratación ya que con vómitos y/o diarrea se pierden abundantes cantidades de agua y minerales. Para ello debemos comenzar a dar líquidos tras esperar 15-30 minutos después del vomito:
En niños con lactancia materna se debe continuar con sus tomas habituales sin forzar. Si el niño está con fórmula adaptada no es necesario cambiarla ni diluirla salvo indicación médica.
En niños más mayores iniciar tolerancia con líquidos azucarados (zumos, agua) en cantidades pequeñas, aproximadamente una cucharada cada cinco minutos; si es bien tolerado aumentar la frecuencia y cantidad progresivamente.
Si no hay diarrea se aconsejan líquidos fríos, porque se toleran mejor.
Si se acompaña de diarrea es preferible utilizar soluciones de rehidratación de venta en farmacias.
NO es recomendable utilizar soluciones caseras (limonadas alcalinas) ni refrescos comerciales en niños.
Transcurridas 4-6 horas sin vomitar y si el niño tolera correctamente los líquidos, se puede empezar a darle alimentos sólidos. Ofrecerle comida suave, en pequeñas cantidades y sin forzarle. Se puede comenzar con alimentos de fácil digestión: arroz, pechuga de pollo, pescado a la plancha, tortilla francesa, zanahoria y patata cocida, manzana, plátano, etc. Evitando aquellos alimentos muy azucarados y grasos (bollería, galletas, chocolate, chucherías…)
Conviene reintroducir la alimentación normal para la edad del niño lo antes posible.
Medidas higiénicas
Dado que las manos son el principal vehículo de transmisión de las infecciones, es muy importante el lavado de las mismas para evitar el contagio.
Tratamiento con fármacos
Normalmente NO hay que administrar ningún fármaco para cortar los vómitos.
Si tiene fiebre utilizar antitérmicos habituales según la dosis pautada por el pediatra.
¿Cuándo acudir al pediatra o al servicio de urgencias?
- Si el niño tiene menos de 3 ó 4 meses.
- Si el niño vomita mucho y no tolera sólidos ni líquidos.
- Si los vómitos son verdosos, contienen sangre o parecen posos de café.
- Si presenta fiebre mayor de 38,5º C o fiebre persistente.
- Si presenta algunos de los siguientes síntomas de deshidratación: está decaído o confuso, tiene mucha sed, labios muy secos, los ojos hundidos, llora sin lágrimas u orina poco.
- Si cursa con otros síntomas como: manchas en el cuerpo que antes no tenia, mucho dolor abdominal o de cabeza, dolor al orinar, empeoramiento del estado general, niño muy irritado o adormilado…
- Si el niño presenta alguna enfermedad crónica: diabetes, cardiopatía, inmunodeficiencias…