Los fisioterapeutas generalmente preguntamos a los pacientes si realizan algún deporte/actividad física en su tiempo libre, ya que es una información muy útil para dar forma al diagnóstico médico y al enfoque del tratamiento. Como respuesta, en muchas ocasiones escuchamos que no les hace falta, ya que “se mueven mucho en el trabajo”. Es posible que te sientas identificado con esta respuesta, pero a continuación te explicaremos por qué no es válida.
Muchas profesiones requieren esfuerzo físico, y puede llevar a pensar que con esa actividad es suficiente para mantenerse saludable y activo, pero numerosos estudios han demostrado lo contrario. El trabajo a menudo requiere carga estática, levantamiento de objetos pesados, posturas de trabajo mantenidas incómodas y otras actividades físicas realizadas durante largos períodos sin el descanso suficiente. La actividad física en el tiempo libre incluye movimientos dinámicos a niveles de intensidad adecuados para mejorar el estado físico cardiorrespiratorio y metabólico, realizada de forma voluntaria durante períodos cortos de tiempo con suficiente tiempo de recuperación.
Capacidad cardiorrespiratoria y salud cardiovascular: La mejora de la aptitud cardiorrespiratoria requiere una alta intensidad de actividad física durante períodos breves. En el caso de la actividad física ocupacional, tiene una intensidad baja y una duración demasiado prolongada para mantener o mejorar el estado cardiorrespiratorio y la salud cardiovascular.
Aumento de la Frecuencia Cardíaca: La frecuencia cardíaca se eleva durante y después de la actividad física. La actividad física ocupacional, en el transcurso de largos períodos, aumenta la frecuencia cardíaca durante 24 horas, y si se prolonga puede ser un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad.
Aumento de la presión arterial: Las contracciones musculares durante la manipulación de objetos pesados y las posturas estáticas mantenidas elevan la presión arterial instantáneamente. Los trabajos que incluyen esas actividades elevan la presión arterial, y la exposición prolongada a ello puede causar que se mantenga alta incluso después de la jornada laboral, siendo un importante factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. La actividad física durante el ocio también puede implicar levantar objetos pesados, pero durante períodos de tiempo más cortos y en condiciones controladas.
Tiempo de recuperación: El trabajo requiere estar físicamente activo entre 7 y 12 horas diarias durante varios días consecutivos, sin tiempo de descanso suficiente. Largos períodos de actividad física sin una adecuada recuperación, pueden causar fatiga, agotamiento e incrementar los niveles de inflamación, pudiendo así aumentar el riesgo de lesiones y enfermedades cardiovasculares.
Otros factores a tener en cuenta: El control limitado sobre las tareas laborales, la velocidad que requiere el trabajo a nivel de producción, el horario, la ropa de protección, factores estresantes psicosociales y el entorno circundante, y en el caso de trabajadores al aire libre, no tener control sobre el clima, la sombra y la hidratación etc., pueden contribuir a los efectos perjudiciales de la actividad física ocupacional. Es importante mencionar la respuesta a nivel psicológico en cada situación; mientras la actividad física ocupacional puede generar estrés o contribuir a su aumento, la actividad física durante el ocio ayuda a disminuirlo.
Por lo tanto, la actividad en el trabajo no proporciona los mismos beneficios físicos y mentales que la actividad física durante el ocio/deporte. El objetivo de este artículo, a parte de informar sobre los beneficios y los efectos perjudiciales de la actividad física en cada situación, es animar a los lectores a practicar algún deporte o actividad física en su tiempo libre; ya no es válida la respuesta “no me hace falta hacer deporte, en el trabajo me muevo mucho”.