Patologia del suelo pélvico: prolapso de órganos pélvicos


Ligia Gil Melgosa, Verónica Gómez García, Cristina Luna Álvarez, Marta Castellá Segarra, Victoria Pallarés Arnal y Marta Benito Vielba

Print Friendly, PDF & Email
La patología de suelo pélvico que con más frecuencia se atiende en las consultas de ginecología es el prolapso de órganos pélvicos y la incontinencia urinaria. Aunque es una patología muy frecuente son muchas las pacientes que no consultan al especialista.

Prolapso de órganos pélvicos

El prolapso de órganos pélvico se da como consecuencia de un fallo en las estructuras de soporte, por lo que descienden y se desplazan a través de la vagina los órganos pélvicos, incluyendo el útero, la vagina, la uretra, la vejiga, el recto, el colon sigmoide e incluso el intestino delgado.
Es una patología muy común que afecta a más del 50% de las mujeres que han tenido hijos, la incidencia aumenta con la edad y entre un 6 y un 20% necesitarán corrección quirúrgica. La lesión de los tejidos pélvicos suele producirse en los partos, aunque existen otros factores de riesgo como la obesidad, factores congénitos, alteraciones del colágeno, enfermedades respiratorias crónicas, actividades asociadas a valsalva repetido, etc.…
La paciente con prolapso de órganos pélvicos consulta por sensación de bulto genital que puede asociar otras disfunciones de suelo pélvico, como disfunciones urinarias, defecatorias, sexuales o de dolor pélvico crónico y afectar a la calidad de vida en mayor o menor grado.
Para definir el órgano que esta prolapsado en cada caso utilizaremos la nomenclatura clásica de cistocele (vejiga), uretrocele (uretra), histeroptosis (útero), rectocele (recto), enterocele (intestino) o prolapso de cúpula vaginal en pacientes histerectomizadas.

El prolapso se va a clasificar en cuatro grados, tomando de referencia el himen:
• Grado 1: el compartimento prolapsado está en la mitad de camino al himen.
• Grado 2: a la altura del himen.
• Grado 3: sobrepasa el himen
• Grado 4: prolapso total del compartimento.

Para el diagnóstico es preciso una anamnesis detallada y una exploración física minuciosa. Se precisarán pruebas complementarias específicas, en aquellas ocasiones que se sospeche alguna disfunción concomitante.
El tratamiento dependerá esencialmente de la clínica y de la afectación de la calidad de vida. Sólo de trataran los prolapsos sintomáticos y de grado 2 o superior. El tratamiento podrá ser conservador o quirúrgico.

Tratamiento conservador

Será de elección en los casos que el prolapso no afecte a la calidad de vida, no produzca clínica o haya contraindicación para la cirugía.
Será necesario minimizar los factores de riesgo: obesidad, estreñimiento, aumentos crónicos de la presión abdominal, tabaquismo, etc.…).
Los ejercicios de la musculatura de suelo pélvico han demostrado eficacia. La paciente los puede realizar sola una vez que se los hayan explicado de forma adecuada o podrá ser derivada a unidades especializadas de rehabilitación o fisioterapia de suelo pélvico.
Las pacientes que presenten de forma concomitante atrofia vulvovaginal se beneficiaran de tratamiento con estrógenos locales.
En casos individualizados se pueden utilizar pesarios vaginales. Son dispositivos de plástico o silicona extraíbles, que se colocan en el interior de la vagina y sirven para dar soporte a las estructuras prolapsadas.

Tratamiento quirurgico

Está indicado cuando el prolapso es muy sintomático y afecta la calidad de vida. Con el tratamiento quirúrgico se restaura la funcionalidad, manteniendo la longitud y el eje de la vagina. La misión del tratamiento quirúrgico es conseguir el mejor resultado anatómico y funcional.
El abordaje suele ser vaginal, aunque también se puede realizar por cirugía abdominal abierta o laparoscópica. Existen diferentes técnicas según el compartimento prolapsado. Deberán aplicarse medidas encaminadas para prevenir las recurrencias del mismo.

AUTORES

Ligia Gil Melgosa, Verónica Gómez García, Cristina Luna Álvarez, Marta Castellá Segarra, Victoria Pallarés Arnal y Marta Benito Vielba.
Servicio de Ginecología y Obstetricia, Hospital de Barbastro