¿A qué llamamos escroto agudo?
El escroto agudo se caracteriza por la aparición de dolor escrotal agudo e intenso que puede asociarse a fiebre, síntomas vegetativos (sudoración, mareos,…), dolor abdominal y signos de inflamación. En función de la sintomatología asociada se establece el diagnóstico.
Múltiples causas pueden relacionarse con esta entidad, pero las más frecuentes y que trataremos en este artículo son la torsión testicular y la orquiepididimitis.
Torsión testicular, la importancia de un diagnóstico precoz
La torsión testicular es una urgencia en urología. Tiene una incidencia de 1/4000 varones menores de 25 años y es típica en adolescentes. Es la causa más frecuente de pérdida del testículo en esta edad.
El origen de la torsión testicular es una oclusión venosa que consecuentemente produce una oclusión arterial dando lugar a isquemia testicular (falta de aporte sanguíneo al testículo), y esto último es lo que produce el dolor.
Los factores desencadenantes de la torsión testicular y que pueden preceder a la misma son: erección nocturna (en un 50% de pacientes aproximadamente), factores anatómicos, frío, ejercicio físico, coito, defecación, antecedente de criptorquidia, traumatismos o antecedentes de episodios previos de dolor transitorio.
Los síntomas que nos hacen identificar una torsión son un dolor muy intenso escrotal de aparición brusca, frecuentemente con testículo ascendido u horizontalizado. Se puede asociar con naúseas y vómitos, síndrome febril y no suele aparecer sintomatología irritativa urinaria (aumento de la frecuencia miccional, dolorosa e incompleta expulsión de orina o sensación de no haber orinado totalmente).
El diagnóstico es clínico, pero suele confirmarse realizando una ecografía doppler, donde se evidencia la ausencia de flujo.
El tratamiento es quirúrgico, pudiendo realizar un intento de detorsión manual previa. Habitualmente, si el testículo es todavía viable, se realiza una orquidopexia, que consiste en fijar el testículo para que no pueda volver a torsionarse y si ya no es viable, se realiza orquiectomía, que consiste en extracción del testículo afectado. Habitualmente se realiza la orquidopexia o fijación del testículo no afecto, para prevenir su posible torsión en un futuro. Es vital el tiempo que transcurre desde el inicio de los síntomas hasta que se lleva a cabo la actuación quirúrgica ya que de ello depende la viabilidad del testículo. Pasadas 24 horas, el testículo es casi imposible de recuperar. Habitualmente, si transcurren menos de 6 horas, suele ser viable. Si existen dudas sobre su viabilidad, la tendencia es a la conservación testicular ya que la función hormonal puede mantenerse a pesar de no presentar función germinal.
Orquiepididimitis
La orquiepididimitis es la inflamación del testículo y/o epidídimo, asociado a dolor y tumefacción de la zona, que aparece de forma progresiva en días. Suele ocurrir en varones en la edad media de la vida.
Su etiología es habitualmente infecciosa, pero en ocasiones puede relacionarse con otro tipo de enfermedades (Enfermedades autoinmunes como Sarcoidosis, Behçet, Schönlein-Henoch), o puede ser secundaria a fármacos como amiodarona.
La aparición de fiebre asociado a dolor, calor, enrojecimiento y aumento de tamaño testicular, a veces, con exudado uretral, suelen ser característicos de este tipo de afección. Para completar su diagnóstico, se realiza sedimento y cultivo de orina y, en ocasiones, si existen dudas del diagnóstico o se sospecha una complicación, se puede realizar una ecografía escrotal.
El tratamiento se realiza a base de reposo, elevación del escroto portando slip ajustado durante unos días, analgesia, antiinflamatorios y antibiótico, éste último en la mayoría de ocasiones, ya que suele ser de causa infecciosa.
Otras causas de dolor intraescrotal
Hay otras afecciones que pueden asociar dolor, pero son mucho menos frecuentes y más típicas en niños, como serían la torsión de apéndice testicular y epididimario.
Otra de las afecciones en escroto es el hidrocele, que es la acumulación de líquido intraescrotal y se manifiesta por molestias, aumento de tamaño y tumefacción progresiva.
Una entidad de importancia es el tumor testicular, cuya manifestación más frecuente es la aparición de un nódulo indoloro, aunque en un 20% de pacientes puede manifestarse con dolor.