La Polimialgia Reumática (PMR) es una enfermedad Reumática Inflamatoria de origen desconocido, que afecta principalmente a personas mayores de 65 años (en muy pocas ocasiones afecta a personas menores de 50 años) y que ocasiona dolor y rigidez en cintura escapular y pelviana (zona de los hombros y de las caderas).
Esta enfermedad se relaciona con otro trastorno inflamatorio llamado “Arteritis de Células Gigantes “(ACG). La ACG puede provocar dolor de cabeza, dificultades de la vista, dolor mandibular y sensibilidad en el cuero cabelludo.
Es posible tener ambas enfermedades juntas.
¿Qué sintomas se presentan?
Los signos síntomas de la polimialgia reumática suelen producirse en ambos lados del cuerpo y pueden incluir los siguientes:
• Dolor en los hombros.
• Dolor en el cuello, parte superior de los brazos, glúteos, caderas o muslos.
• Rigidez en las zonas afectadas, particularmente por la mañana o después de estar inactivo por un largo tiempo.
• Amplitud de movimiento limitada en las zonas afectadas.
• Dolor o rigidez de muñecas, codos o rodillas.
También es posible la aparición de signos/síntomas generales como Fiebre, Cansancio, Malestar general inespecífico, Pérdida de apetito, Pérdida de peso involuntaria y Depresión.
¿Cuáles son las causas?
Se desconoce la causa exacta de la Polimialgia Reumática. Hay factores que parecen contribuir a causar este trastorno:
• Factores relacionados con el sistema inmunitario.
• Factores Genéticos: algunos genes y variaciones genéticas pueden incrementar la susceptibilidad.
• Exposición ambiental: los casos nuevos de PMR tienden a presentarse en ciclos y pueden manifestarse de manera estacional. Esto sugiere que quizás haya un desencadenante ambiental, como un virus. Sin embargo, no hay un virus específico que haya demostrado ser la causa de la PMR.
• El propio proceso de envejecimiento.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para la polimialgia reumática incluyen los siguientes:
• Edad: afecta casi exclusivamente a los adultos mayores. Se produce con mayor frecuencia entre los 70 80 años de edad.
• Sexo: las mujeres son dos o tres veces más propensas a manifestar el trastorno.
• Raza: es más frecuente en las personas de raza blanca cuyos ancestros vienen de Escandinavia o norte de Europa.
¿Qué complicaciones ocasiona?
Los síntomas de la PMR pueden afectar considerablemente la capacidad de realizar las actividades cotidianas, tales como:
• Levantarse de la cama, levantarse de una silla o salir del coche.
• Peinarse o asearse.
• Vestirse.
Estas dificultades pueden afectar la salud e interacciones sociales así como la actividad física de quien la padece.
¿Cómo se diagnostica?
En primer lugar precisa de una exploración física incluyendo exploración neurológica y articular, valorando la movilidad de todas y cada una de las articulaciones incluyendo la columna vertebral.
En cuanto a pruebas complementarias:
• Análisis de Sangre: en la analítica se buscaran marcadores de inflamación como la Velocidad de Sedimentación Globular (VSG) y la Proteína C Reactiva (PCR). Una elevación de estos dos parámetros es muy sugestiva de PR sin embargo, no todas las personas con esta enfermedad tienen niveles elevados
• Estudios de diagnóstico por imágenes: la ecografía cada día se usa más para distinguir la polimialgia reumática de otras enfermedades con síntomas similares como la artritis reumatoide. La Resonancia Magnética también puede identificar otras causas de dolor en el hombro y cambios en las articulaciones.
Diagnóstico diferencial
Los principales diagnósticos diferenciales de la polimialgia reumática son:
• Artritis Reumatoide.
• Patología del Hombro : capsulitis, artritis de hombro.
• Espondilosis cervical.
• Polimiositis y Dermatomiositis.
• Fibromialgia.
• Neoplasias.
• Enfermedades Infecciosas.
• Enfermedad de Parkinson.
¿Cuál es el tratamiento?
La polimialgia reumática generalmente se trata con una dosis baja de un corticoide oral, como la prednisona. Es probable que se empiece a sentir alivio del dolor y la rigidez en los primeros dos o tres días.
Dado que no existe una prueba complementaria que confirme el diagnóstico de la PMR , la respuesta al tratamiento con corticoides se utiliza en la práctica como una prueba dianostica para confirmar una sospecha de dicha entidad.
Tras 2 a 4 semanas de iniciado el tratamiento, según valoración médica, se puede comenzar a disminuir de forma gradual la dosis según la evolución de síntomas y la monitorización analítica ( seriación de VSG y PCR en analíticas cada 2-4 semanas).
El objetivo es mantener una dosis tan baja como sea posible sin provocar una recaída en los síntomas.
La mayoría de las personas con diagnóstico de PMR necesitan continuar con el tratamiento con corticoides durante al menos un año.
Las personas que comienzan con dosis más altas o disminuyen la cantidad de medicamento demasiado rápido tienen más probabilidad de tener una recaída al disminuir los corticoides.
Las recaídas o brotes se tratan mediante un aumento de la dosis de medicamento por un tiempo, para luego disminuirla nuevamente.
¿Cuáles son los efectos secundarios de estos farmacos?
El consumo de corticoides a largo plazo puede ocasiones efectos secundarios graves. El medico prescriptor observará con atención la aparición de los mismos para realizar ajustes de dosis o añadir tratamientos para controlar las reacciones al tratamiento.
Algunos posibles efectos secundarios incluyen:
• Aumento de peso.
• Pérdida de densidad ósea y debilitamiento de los huesos (osteoporosis).
• Presión arterial alta ( hipertensión).
• Diabetes.
• Opacidad en la lente del ojo (cataratas).
Es posible que su médico indique el consumo de dosis diarias de suplementos de calcio y vitamina D para ayudar a prevenir la pérdida ósea inducida por el tratamiento con corticoides.
Estilos de vida que pueden mejorar los sintomas y los efectos secundarios del tratamiento
• Mantén una alimentación san: comer bien puede ayudar a prevenir problemas potenciales como el adelgazamiento de los huesos, la tensión arterial alta y la diabetes. Pon énfasis en el consumo de frutas y verduras frescas, carnes magras y pescado así como limita en consumo de sal, azúcar y bebidas con alcohol.
• Asegúrate de consumir calcio y vitamina D suficientes (1200 miligramos de calcio y 800 Unidades internacionales (UI) de vitamina D por día.
• Ten actividad física con regularidad: La actividad física aeróbica regular, como caminar, puede ayudar a evitar la pérdida ósea, la tensión arterial alta y la diabetes. También beneficia al corazón y los pulmones.
• Además para muchas personas la actividad física mejora el estado de ánimo y la sensación general de bienestar.