Virus Respiratorio Sincitial (VRS): una amenaza visible
Año tras año, y con la llegada del otoño, vuelve a resonar con fuerza la palabra bronquiolitis, captando la atención tanto del personal sanitario como de las familias.
Según asociaciones internacionales, la bronquiolitis se define como el primer episodio de dificultad respiratoria que afecta a lactantes y niños menores de dos años. Es debido, en su gran mayoría, a infecciones víricas, siendo el virus respiratorio sincitial (en adelante, VRS), el protagonista estrella. Llega a afectar a más del 75% de los niños en sus primeros dos años de vida. Este virus, que se propaga muy fácilmente a través del contacto con secreciones de otras personas infectadas, suele causar inicialmente clínica catarral leve pero, puede evolucionar hasta cuadros más graves con dificultad respiratoria y necesidad de soporte respiratorio.
El VRS es el causante de brotes epidémicos anuales que generan un elevado número de consultas a urgencias e ingresos en planta de hospitalización y cuidados intensivos. La mortalidad, en nuestro medio, es baja dada la accesibilidad al sistema sanitario y disponibilidad de recursos. Ahora bien, en países de baja renta, sigue siendo una causa importante de mortalidad.
No obstante, a pesar de que los niños tienen vías respiratorias pequeñas y un sistema inmunológico inmaduro lo que les hace ser los más vulnerables, el VRS no solo afecta a los más pequeños de casa sin que también puede causar un cuadro grave en mayores de sesenta años, pacientes con problemas de corazón, EPOC y trasplante de progenitores hematopoyéticos. Es por estos motivos que este virus y, en concreto, su prevención, se ha convertido en una preocupación de salud pública nacional e internacional.
Prevención primaria: lo que ya sabemos
Uno de los valiosos aprendizajes que hemos adquirido tras la experiencia de la pandemia de COVID en relación al contagio de infecciones respiratorias, es la importancia del lavado de manos y el distanciamiento social. El lavado frecuente de manos se ha convertido en una herramienta fundamental en términos de prevención, incluyendo la bronquiolitis causada por el VRS. Además, hemos aprendido que evitar aglomeraciones y, en particular, la asistencia a guarderías en momentos de brotes infecciosos, evitar el contacto con personas con síntomas de infección, ventilar bien los espacios, cubrirnos con la tos, etc… pueden reducir significativamente la propagación de enfermedades. Estos nuevos hábitos de higiene y prevención son un legado positivo que podemos aplicar para proteger a los más vulnerables. Mantener la lactancia materna tiene un efecto protector frente a la infección, y también evitar fumar durante el embarazo y delante del niño.
Por otro lado, otra estrategia de prevención utilizada ha sido el uso de anticuerpos monoclonales (conocidos coloquialmente como “defensas”), como es el caso de palivizumab, el cuál bloquea la entrada del virus en las células. Estaba indicado exclusivamente para recién nacidos y lactantes con condiciones médicas de alto riesgo para desarrollar cuadros graves por VRS (prematuridad, patología pulmonar grave, cardiopatías, etc…). Se debían inyectar 1 dosis cada 30 días durante 5 meses. Esto conlleva cumplir adecuadamente todas las dosis para evitar la desprotección, y la exposición hospitalaria a niños frágiles dado que se debía administrar en este entorno. Ahora bien, es importante tener en cuenta que el 95% de los ingresos por VRS se producen en niños sanos y, por lo tanto, que no han recibido prevención con palivizumab.
Es por eso que, aunque ha sido una buena opción para proteger a los pequeños más vulnerables, los esfuerzos en la investigación médica se han centrado en el desarrollo de herramientas de prevención que sean aplicables para una mayor proporción de población infantil.
La nueva herramienta contra el VRS: Nirsevimab
En noviembre de 2022, se aprobó tras haber realizado ensayos clínicos un nuevo anticuerpo monoclonal llamado Nirsevimab. Actúa bloqueando la entrada del virus a las células. En los ensayos clínicos realizados, se ha objetivado que es 50 veces más potente que el Pavilizumab para neutralizar el virus. Además, tiene una vida media más larga, confiriendo protección de, al menos, 5 meses, lo que permite que sea suficiente administrar una sola dosis intramuscular del fármaco para estar protegido durante toda la temporada de invierno.
Las indicaciones varían según comunidades autónomas y países. En Navarra, se ha aprobado la inmunización a todos los que hayan nacido entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre de 2023, plazo que podrá extenderse al primer trimestre de 2024, según la circulación del virus en nuestra comunidad en dicho momento. La administración de Nirsevimab puede hacerse desde el nacimiento, y debe ser previa al alta hospitalaria, para reducir la posibilidad de que el paciente haya entrado en contacto con el virus. Aparte de los recién nacidos, también se usará este anticuerpo para inmunizar a aquellos lactantes de alto riesgo que cumplen criterios para recibir inmunización contra este virus.
En cuanto a la seguridad, es un fármaco en general bien tolerado y seguro. La reacción adversa más frecuente, aunque solo se describe en menos del 1% de los casos, es la erupción cutánea leve en los 14 días posteriores a la inyección. Menos frecuente todavía es la aparición de fiebre y dolor en el lugar de la inyección.
Así pues y, en conclusión, la bronquiolitis causada por el VRS es una preocupación importante para todos. No debemos olvidar que las medidas básicas de prevención son imprescindibles. No obstante, para los más pequeños se dispone de una nueva herramienta de prevención muy útil que confiamos en que reduzca los casos graves de esta patología. Finalmente, se recomienda siempre consultar con un profesional de la salud para ampliar la información sobre las nuevas herramientas de prevención y recibir la mejor orientación sobre el manejo de esta patología.