La gripe es una enfermedad infecciosa aguda del sistema respiratorio (nariz, garganta, bronquios y ocasionalmente los pulmones) causada por un virus que es de fácil y rápida transmisión y contagio.
Generalmente ocurre una epidemia estacional invernal, es decir, cada año entre los meses de noviembre y marzo nos enfrentamos a una temporada en la que puede producirse una gran actividad y circulación del virus de la gripe.
El virus de la gripe pertenece a la familia de los Orthomyxoviridae y existen tres tipos de virus: A, B y C.
El virus tipo A es el mas agresivo y el responsable de las epidemias estacionales. Tiene la capacidad de cambiar continuamente bien sea por mutación o reordenación genética para evitar de esta manera la inmunidad adquirida por el huésped. Por eso las vacunas que se administran durante la campaña de la gripe cambian de un año a otro, ya que se van fabricando con las cepas del virus mutado en el hemisferio invernal correspondiente. Las vacunas tienen incluidos los subtipo A (H1N1) y A (H3N2) y una cepa del virus tipo B.
¿Cómo se transmite?
La gripe estacional se propaga fácilmente y puede extenderse con rapidez.
La principal fuente de infección es el contacto directo con personas enfermas, ya que el virus se encuentra en las gotitas que son inhaladas por estos al hablar, toser, estornudar… y entrar en contacto con la persona sana y potencialmente enferma. El virus entra en la nariz, garganta, pulmones de la persona sana, se instala en las mucosas y comienza a multiplicarse; infectando a la persona y causándole los síntomas y haciendo que la persona a su vez sea contagiosa.
Otro medio de transmisión pero menos frecuente es el contacto indirecto; es decir, tocar una superficie que contenga el virus de la gripe (mostrador, la mano de otra persona, una barandilla, el pomo de una puerta) y posteriormente tocarse la boca o la nariz.
Las personas enfermas son capaces de transmitir la enfermedad desde un día antes de presentar síntomas hasta 7 días después de comenzar con los sintomas. Los niños pueden transmitir la gripe hasta más de 7 días después de comenzar la enfermedad.
Existen personas que pese a entrar en contacto con el virus no padecen los síntomas pero si que son igualmente contagiosas. (Hasta el 30% de los casos).
¿A quienes afecta?
La gripe afecta a todas las personas sin diferencia de sexo, edad o etnia.
Pero existen grupos de personas que por sus características de salud son más propensos al contagio y/o agravamiento de patología previa con el contagio.
Grupos de población de más riesgo:
• Personas con edad igual o superior a 65 años. (En especial aquellas que están institucionalizadas).
• Adultos y niños (mayores de 6 meses) institucionalizados y con enfermedades crónicas.
• Adultos y niños (mayores de 6 meses) con enfermedades crónicas cardiovasculares (excepto hipertensión arterial aislada) y / o pulmonares (fibrosis quística, asma, EPOC).
• Adultos y niños (mayores de 6 meses) con:
-Obesidad mórbida
-Enfermedades metabólicas, incluída diabetes mellitus.
-Hemoglobinopatías y anemias.
-Asplenia (ausência del bazo).
-Enfermedad neuromuscular grave.
-Enfermedad hepática crónica.
Procesos con disfunción cognitiva (demencias, S. Down, etc).
-Implante coclear (o pendiente de él).
-Inmunosupresion (farmacológica, transplante, VIH…).
• Niños entre los 6 meses y los 18 años en tratamiento prolongado con ácido acetil salicílico.
• Mujeres embarazadas ( en cualquier trimestre del embarazo).
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de la gripe comienzan desde 1 a 4 días tras entrar en contacto con el virus.
A las pocas horas de entrar el virus en contacto con la mucosa de las vías respiratorias provoca que estas se inflamen y congestionen, provocando dolor y malestar.
El cuadro clínico inicial mas común comienza de forma brusca con dolor de cabeza, congestión nasal, molestias de garganta, malestar general, dolores musculares y articulares, tos seca, cansancio, fiebre alta y escalofríos.
La fiebre y los dolores musculares suelen durar entre 3 días a 5 días, en algunos casos pueden durar incluso una semana.
La falta de energía y el cansancio pueden durar hasta 15 días.
En esta época hay que saber diferenciar entre gripe y catarro común, ya que aunque los síntomas puedan ser parecidos no son la misma enfermedad y están producidos por diferentes virus.
¿Existe tratamiento?
Hay que diferencias entre tratamiento preventivo y tratamiento sintomático.
Como tratamiento preventivo existen diferentes vacunas en el mercado que de forma gratuita dispensa la Seguridad Social. Siendo administrada en los Centros de Salud correspondientes, en algunos lugares de trabajo o Instituciones. Es un método preventivo, tanto de padecer la enfermedad como de transmitirla, convirtiéndose una herramienta eficaz para reducir los contagios.
Hay que recordad que al ser un proceso infeccioso vírico el uso de antibióticos no esta aconsejado para curar la gripe. Cuando un médico nos receta los antibióticos es porque considera que al estar enfrentándonos ya a un proceso infeccioso (vírico como es la gripe) pueden aparecer bacterias oportunistas que sobreinfecten el organismo; de ahí que nos den los antibióticos.
Una vez que hemos comenzado a incubar la gripe y a padecer sus síntomas lo único que se puede hacer es un tratamiento sintomático. Tratar los molestos síntomas. Como medidas generales para aliviarlos está el descanso y el reposo, para disminuir los dolores articulares y musculares; el uso de humidificadores para evitar el ambiente seco de la calefacción y que así se sequen las mucosas respiratorias; aumento de la hidratación para fluidificar las mucosidades e hidratar al organismo.
El tratamiento farmacológico que se suele emplear en estos casos siempre tiene que estar prescrito o recomendado por su médico o farmacéutico, ya que la automedicación podría empeorar algunas de sus patologías previas o interactuar con alguno de los medicamentos que toma de forma habitual.
Normalmente los fármacos que se usan en estos procesos son antitérmicos (para bajar la fiebre o intentar evitar subidas), antitusivos (evitar o disminuir la tos o suavizarla), mucolíticos (ablandar el moco y ayudar a su expulsión), antigripales (son fármacos que tienen varios de los tipos de medicamentos antes comentados).
Si pese al tratamiento considera que en lugar de mejorar está empeorando, el proceso se alarga mas de una semana o aparecen complicaciones asociadas a su patología previa debe acudir al medico para que le explore y valore su situación, por si considera, como profesional que es, algún otro tratamiento o prueba complementaria.
Dentro de las complicaciones que pueden aparecer están:
• Empeoramiento o agravamiento de las patologías base (enfermedades previas)
• Neumonía
• Pulmonía
• Insuficiencia respiratoria (falta de oxigeno)
• Bronquitis
• Síndrome de Reye (complicación neurológica en muy raras ocasiones)
• Sinusitis
• Otitis
• Guillain – Barré (complicación neurológica en muy raras ocasiones)
¿Tiene cura?
Como hemos comentado a lo largo de todo el artículo el virus de la gripe tiene una gran capacidad de mutación, haciendo imposible poder exterminarlo por completo, por lo que no tiene cura. Los únicos métodos que tenemos para evitarlo son medidas higiénicas y las vacunas.
¿Gripe o catarro?