Rinitis alérgica, ¿sólo en primavera?


Marien Navarro Elizondo. Médica de Familia. C.S.Tarazona

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Los pacientes con rinitis alérgica (RA) pueden sufrir síntomas y acudir a la consulta de su médico de atención primaria en cualquier época del año. La asociación entre primavera y alergia al polen no es del todo cierta, ya que un porcentaje de pacientes tienen síntomas en otras estaciones.

La RA tiene una prevalencia poblacional del 20-30%, lo que hace que sea un motivo frecuente de consulta médica. En algunos casos los pacientes se automedican, así que posiblemente esa prevalencia esté subestimada.
Los síntomas de la RA son similares a los de los catarros o resfriados, por lo que puede ser diagnosticada erróneamente como un «resfriado común largo», en particular durante los meses fríos del otoño y el invierno. Aunque la RA se considera una patología banal, puede generar gran malestar, causar problemas de sueño y reducir considerablemente la productividad laboral y el rendimiento escolar, ocasionando importantes costes sanitarios y sociales.

Desestacionalización

La temporalidad en la presentación de esta patología ha ido cambiando en las últimas décadas. De ahí que convenga extender la sospecha de alergia a los aeroalérgenos fuera de la época primaveral y estar alerta para identificar a estos pacientes en cualquier época del año. No obstante, en nuestro entorno, la primavera sigue siendo la principal estación en la que los pacientes con RA manifiestan un mayor malestar.
La desestacionalización o extensión de los síntomas de RA fuera de la primavera se ha atribuido a varias causas:

• Variaciones en la botánica.
La plantación masiva de especies de árboles ignorando el riesgo de que produjesen sensibilización alérgica fue durante mucho tiempo una práctica habitual para embellecer ciudades y pueblos. En los años setenta y ochenta estuvo de moda plantar plátanos de sombra y de paseo como árboles ornamentales en calles y plazas; los plátanos polinizan a finales de invierno y comienzo de la primavera, sobre todo en los meses de marzo y abril. También la plantación de cipreses (incluyendo el Cupressus arizonica) en jardines, parques y viviendas unifamiliares de barrios residenciales ha experimentado un enorme aumento; su estación de polinización es el invierno, así que muchos pacientes que viven en zonas donde hay cipreses están comenzando a presentar síntomas de RA en la época invernal.

• Cambio climático.
Fenómenos como el calentamiento global, la escasez de lluvias y la desertización están cambiando la flora en algunas regiones. Esto explicaría el aumento de la sensibilización a plantas del grupo de las malezas, que extienden su polinización al verano y el otoño, además de la primavera.

• Contaminación ambiental.
La contaminación hace que los pólenes expresen proteínas que los hacen más alergénicos para el sistema inmunitario que los generados por las mismas plantas cuando están en lugares menos contaminados. Muchos de estos alérgenos son proteínas de defensa de la planta, que son sintetizadas cómo sistema de protección frente a agentes agresivos como los contaminantes.

• Alérgenos perennes.
Entre ellos destacan los ácaros del polvo doméstico en zonas con alta humedad ambiental. Los ácaros están presentes todo el año y son una causa común de rinitis y asma alérgica en zonas costeras o de alta pluviosidad, siendo en algunas regiones la primera causa de RA. Otros alérgenos perennes son las esporas de los hongos, que también pueden ocasionar síntomas de RA fuera de la primavera. A veces la presencia de productos como pinturas, pegamentos o polvo de madera en el
entorno laboral o de las aficiones de los pacientes también puede explicar los síntomas de rinitis en cualquier estación. Y finalmente, otros alérgenos perennes cuya sensibilización se incrementa progresivamente año tras año son las mascotas en los domicilios.
Hay que conocer la presencia de alérgenos perennes en su entorno, ya que en muchas ocasiones esa información dará la clave del diagnóstico. En estos casos, al disminuir o retirar del domicilio la exposición al agente, mejorarán o incluso desaparecerán los síntomas de la RA.

Tratamiento y cómo debe realizarse

Los síntomas de la rinitis son un motivo de consulta muy frecuente en atención primaria. También lo son las infecciones respiratorias. Los principales síntomas en ambos casos son el picor de nariz, los estornudos, la rinorrea y la congestión nasal. Muchas veces diferenciar su origen no resulta fácil; en esta tarea podrá ayudarnos tener en cuenta los siguientes factores:

• Duración de los síntomas.
Es uno de los datos clave para el diagnóstico diferencial, ya que las infecciones respiratorias suelen durar pocos días, habitualmente una semana o menos, mientras que en la RA la duración suele ser superior: los síntomas a menudo se prolongan durante semanas o meses, dependiendo de la polinización de las plantas a las que sea alérgico el paciente, o bien pueden ser continuos y persistentes, si se trata de alérgenos perennes como los ácaros, los hongos o los animales domésticos.

• Asociación a síntomas generales.
Las infecciones respiratorias muchas veces se acompañan de fiebre, malestar general y en algunos casos dolores osteomusculares. Estos síntomas son menos frecuentes en la RA.

• Asociación a síntomas conjuntivales.
El 75%de las RA se acompañan de conjuntivitis alérgica, de manera que si el paciente nota prurito, enrojecimiento conjuntival, sensación de arenilla en los ojos o lagrimeo, habría que sospechar el origen alérgico de los síntomas. Los síntomas conjuntivales en las infecciones respiratorias pueden estar presentes, pero suelen ser menos llamativos.

• Relación con la exposición a alérgenos.
Es común que los pacientes con RA experimenten un empeoramiento de los síntomas en las zonas donde se encuentran los alérgenos a los que están sensibilizados, y que mejoren al alejarse de ellas. Esta relación no siempre es fácil de demostrar, porque las reacciones no se producen de forma inmediata tras la exposición, sino varias horas después de ella, lo que puede crear confusión en la anamnesis.

• Coexistencia de síntomas de asma.
En todos los casos de rinitis hay que evaluar la presencia de tos, opresión torácica, sibilancias y dificultad respiratoria con esfuerzos o con el reposo nocturno. El 19-38% de los pacientes con RA tienen también síntomas de asma, aunque no debe olvidarse que el asma no alérgica tiene en las infecciones respiratorias uno de sus principales desencadenantes.
Como las RA son procesos crónicos recurrentes, cuando el paciente ha tenido varias exacerbaciones puede aprender a identificar los síntomas sugestivos de RA y a diferenciarlos de los de origen infeccioso; poner en conocimiento de su médico esta información permitirá seleccionar de forma colaborativa los tratamientos más adecuados para cada ocasión.