Síndrome de la pantalla de visualización


Noelia García Pascual, Nerea Fernández Hualde y Nerea Tainta Lasarte. Enfermeras de AP zona básica de Noáin

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Con la nueva situación de pandemia que estamos viviendo, hemos aumentado el uso de ordenadores en nuestras actividades laborales, con el teletrabajo o educativas y recreativas en el caso de los niños.

Las molestias visuales y oculares que nos producen el uso de las pantallas es lo que denominamos síndrome de la pantalla de visualización.

¿Cuáles son los factores predisponentes?

Los reflejos, los brillos, una insuficiente resolución de la pantalla o una mala iluminación en la habitación, son los factores que predisponen a este síndrome.

¿Cuáles son los síntomas?

La persona comienza con visión borrosa, irritación, sensación de arenillas, sequedad ocular, lagrimeo sensación de tensión ocular, visión doble y fotofobia. Con todo esto, al tiempo, aparecen dolor de cabeza, mareos, vértigos, dolores musculares de cuello, espalda, muñeca y mano.

En el caso de niños y adolescentes, estudios recientes han demostrado que el uso continuado durante largas horas de pantallas, está aumentando el número de miopes en la población infantil.

Además, ha aumentado el sedentarismo y con ello el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y obesidad; tienen menos estimulación cognitiva y disminuyen las horas de sueño empobreciendo sus relaciones sociales y personales.

¿Qué podemos hacer en los centros escolares?

• Mantener el monitor a una distancia entre 50 y 70 cm de la vista, utilizar una pantalla con buena resolución y contraste y situar la pantalla en posición baja con relación al usuario formando un ángulo de 30 grados con respecto a sus ojos.
• Recibir si es posible una iluminación poco intensa e indirecta en las aulas.
• Asegurar unos correctos sistemas de aire acondicionado y calefacción, airear las clases para conseguir un ambiente térmico agradable.
• Hacer pausas de 15 minutos cada 2 horas aprovechando para caminar un rato y cambiar de postura.
• Mirar a lo lejos durante diez o quince segundos de vez en cuando para relajar los músculos, parpadear intencionadamente por lo menos cada 5 minutos y si fuese necesario utilizar lágrimas artificiales sin conservantes.

Si las molestias visuales no disminuyen se debe consultar con el médico o el especialista, en este caso el oftalmólogo, para valorar otro tipo de causas.

Recordemos que la OMS recomienda no exponer a pantallas a menores de 2 años. Entre los 2 y los 5 años no exponerlos más de una hora al día y entre los 5 y los 17 años no más de 2 horas al día sin hacer excepciones los fines de semana.