Síndrome premenstrual y anticoncepción hormonal vaginal


Claudia Giménez Molina, María Jesús Puente Luján, Leticia Álvarez Sarrado y Virginia Giménez Molina

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Una gran parte de la población femenina en edad fértil tiene algún síntoma físico o emocional durante la fase premenstrual. En la mayoría de los casos, se trata de síntomas leves, pero alrededor del 5-8% de estas mujeres sufren un síndrome premenstrual grave llegando a mermar su calidad de vida.

Los síntomas más comunes son distensión abdominal, tensión e hipersensibilidad mamaria, torpeza, estreñimiento o diarrea, dolor de cabeza, deseo incontrolable por la comida y menor tolerancia a estímulos externos (como el ruido o las luces), dificultad para concentrarse, anhedonia, ansiedad, depresión o labilidad afectiva entre otros.

El diagnóstico de este trastorno se lleva a cabo cuando la paciente tiene síntomas psicológicos o somáticos que:

  • Aparecen durante la fase lútea del ciclo menstrual.
  • Afectan al funcionamiento diario normal, en el colegio, trabajo o incluso en las relaciones interpersonales.
  • Se resuelven con el inicio de la menstruación.

La fisiopatología del trastorno disfórico menstrual o del síndrome premenstrual está siendo objeto de investigaciones en estos momentos. Se cree que un metabolito de la progesterona, la alopregnanolona, interactúa con los receptores GABA-A provocando todos estos síntomas, aunque el mecanismo exacto por el cual esta sustancia contribuye a generar síntomas negativos se desconoce.

 La anticoncepción hormonal combinada puede ser un tratamiento eficaz para los síntomas del síndrome premenstrual o trastorno disfórico premenstrual. El tratamiento oral requiere un compromiso de la paciente puesto que debe tomarse todos los días y de forma muy recomendable a la misma hora. La vía vaginal presenta beneficios frente a la vía oral como por ejemplo:

  • No reduce la eficacia anticonceptiva en el caso de presentar vómitos o diarreas.
  • Menor número de olvidos, puesto que el anillo vaginal solo precisa el cambio una vez al mes frente al parche que sería necesario recambiarlo cada semana y frente a la vía oral que habría que tomarla todos los días.

El anillo vaginal no solamente es utilizado por ser un buen método anticonceptivo, sino que también aporta varios beneficios no contraceptivos como control del ciclo, mejoría de la dismenorrea, menor sangrado durante los días de menstruación o mejoría de los síntomas premenstruales.

Varios estudios han demostrado que la utilización de dispositivos vaginales anticonceptivos no aumentan el riesgo de infecciones vaginales.

Siempre recomendaremos a la paciente la utilización del doble método puesto que los anticonceptivos hormonales combinados independientemente de la vía de administración no protegen de las diferentes enfermedades de transmisión sexual.

 

AUTORES

Claudia Giménez Molina. F.E.A Ginecología y Obstetricia, Hospital San Jorge Huesca.

María Jesús Puente Luján. F.E.A Ginecología y Obstetricia, Hospital Miguel Servet, Zaragoza.

Leticia Álvarez Sarrado. F.E.A Ginecología y Obstetricia, Hospital Reina Sofía, Tudela.

Virginia Giménez Molina. Residente Pediatría, Hospital Miguel Servet, Zaragoza