La vigilancia activa es un tratamiento ACTIVO para el cáncer de próstata (de muy bajo/bajo riesgo), que implica un consentimiento informado por parte del paciente y la aplicación de unos protocolos de seguimiento muy estrictos, con el fin de retrasar/evitar otros tratamientos activos que pueden llevar asociados efectos secundarios importantes y que podrían reducir la calidad de vida del paciente.
La vigilancia activa NO es un tratamiento paliativo, ni pasivo, que solo incluya el seguimiento del paciente de forma rutinaria.
Justificación de la vigilancia activa en el cáncer de próstata
El cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en el varón, y su incidencia aumenta drásticamente con la edad. En autopsias realizadas en varones fallecidos por otras causas, la prevalencia de esta enfermedad entre los 40-50 años fue de un 15% mientras que en mayores de 79 años fue de un 60%. Sin embargo, esta alta frecuencia de la enfermedad va asociada a una alta prevalencia de “cáncer de próstata indolente”, que es aquel que no generará ni morbilidad ni mortalidad en el paciente.
Por otro lado, los tratamientos curativos actuales para el cáncer de próstata (Cirugía y Radioterapia principalmente) generan una gran morbilidad asociada, principalmente en forma de disfunción eréctil, incontinencia e infecciones del tracto urinario.
Estos dos planteamientos: Alta frecuencia de cáncer de próstata indolente y alta morbilidad de los tratamientos curativos, justifican la adopción de esta estrategia terapéutica, avalada por todas las sociedades científicas nacionales e internacionales, que pretende en última instancia reducir la morbilidad asociada al tratamiento curativo de esta enfermedad y aumentar la calidad de vida de los pacientes diagnosticados de cáncer de próstata de bajo/muy bajo riesgo.
Me han diagnosticado cáncer de próstata, ¿puedo beneficiarme de esta estrategia terapéutica?
Como hemos comentado anteriormente, la vigilancia activa SOLO puede aplicarse en aquellos pacientes diagnosticados de cáncer de próstata de bajo o muy bajo riesgo (las últimas guías clínicas abren la puerta al riesgo intermedio, aunque solo en determinados supuestos) y que sean candidatos a un tratamiento activo (cirugía o radioterapia).
Su médico le indicará si es usted candidato a esta estrategia.
¿En qué consiste la vigilancia activa?
La vigilancia activa es un protocolo de seguimiento, estricto, que implica tanto la realización de pruebas no invasivas (analíticas de sangre, resonancias magnéticas o tactos rectales) como invasivas (biopsias de próstatas periódicas) de forma programada y ordenada.
Aunque existen unos criterios más o menos propuestos, no existen protocolos de seguimientos ni criterios absolutos de inclusión-exclusión universalmente establecidos, y cada institución elabora los suyos propios. De forma muy general:
• Los pacientes se incluyen en el programa cuando son diagnosticados de cáncer de próstata de bajo/muy bajo riesgo y son candidatos a un tratamiento curativo.
• El protocolo suele incluir analíticas de sangre trimestrales/semestrales, tactos rectales y pruebas de imagen anuales y biopsias de próstata anuales/trienales.
• Los pacientes son excluidos del programa y propuestos para un tratamiento activo con cirugía o radioterapia cuando existe progresión de la enfermedad o por deseo explícito del paciente. También pueden ser excluidos del programa y propuestos para observación cuando hayan surgido otras comorbilidades que contraindiquen un tratamiento curativo en el paciente.
No obstante, estos son solo algunas consideraciones básicas, y existen otros criterios tales como edad, antecedentes de cáncer de próstata en la familia, raza o la capacidad del paciente para participar en estos programas que pueden tenerse en cuenta a la hora de incluir o excluir al paciente en esta estrategia.
Su médico le indicará el protocolo de seguimiento de su Hospital, la periodicidad de las pruebas y las visitas, y los criterios de inclusión-exclusión que tengan establecidos.
AUTORES
Francisco Javier García Alarcón. Médico de Servicio de Urología. Hospital San Jorge de Huesca
Carmen Jimeno Griñó. Residente Medicina Interna. Hospital San Jorge. Huesca
Melody García Domínguez. Residente Cirugía General. Hospital San Jorge. Huesca
Lara Aparicio Juez. Residente Urología. Hospital San Jorge. Huesca
María Marín Ibañez. Enfermera del Servicio Medicina Intensiva. Hospital San Jorge. Huesca
Mariela Olivari Montoya. Enfermera especialidades médicas. Hospital San Jorge .Huesca
María José Anoro Casbas. Supervisora enfermería especialidades médicas. Hospital San Jorge. Huesca
Antonio García Domínguez. Residente Servicio Cirugía General y del Aparato Digestivo. Hospital Universitario Severo Ochoa. Leganés. Madrid
Alejandra Utrilla Fornals. Médico Interno Residente Servicio Cirugía General y del Aparato Digestivo. Hospital San Jorge. Huesca
Paula Omedas Bonafonte. Residente Medicina Intensiva. Hospital San Jorge. Huesca