La alimentación en los recién nacidos es una actividad compleja, que requiere una coordinación eficaz entre los procesos de succión, deglución y respiración.
Además de un buen acoplamiento boca-pecho con ambos labios evertidos para adaptarse en todo el contorno de la areola y que estos hagan un masaje en la zona de los senos lactíferos, los niños deben ser capaces de efectuar cuatro movimientos con la lengua:
• La lengua se proyecta por delante de la encía inferior (se extiende).
• La porción anterior de la lengua envuelve el pezón y parte de la areola, y los presiona suavemente contra la encía superior y el paladar (se eleva, movimiento que más influye en la lactancia).
• La lengua se puede mover hacia los lados (lateralización).
• El movimiento ondulante de la lengua y la mandíbula produce un efecto de émbolo, que permite que la leche extraída vaya al fondo de la boca (peristaltismo).
Una de las causas para no poder realizar estos movimientos correctamente, y sus posibles consecuencias es la presencia de un frenillo lingual corto o anquiloglosia, una anomalía congénita. Esta anomalia mantiene la lengua sujeta al suelo de la boca, impidiendo en diferente medida los movimientos de la misma que permiten al bebé mamar de manera placentera y eficaz.
¿Cómo afecta el frenillo lingual corto a la lactancia?
Las más importantes son: dificultad para iniciar y mantener la lactancia materna (afecta tanto a la madre como al niño), problemas en la articulación del lenguaje y alteraciones de los dientes.
#Consecuencias para la madre
• Pezones doloridos y grietas, por la fricción y mal agarre.
• Mal drenaje de los conductos. Junto con las grietas, pueden favorecer la aparición de infección en la mama, mastitis.
• En algunos casos, disminución de la producción de leche al no tener una estimulación eficaz.
• Tomas largas.
#Consecuencias para el bebé
• Mal agarre al pecho: cabeceo, ruidos al mamar, irritabilidad. El niño se suelta frecuentemente.
• Tomas largas y cansadas.
• Mayor ingesta de leche del inicio de la tetada, rica en lactosa y mayor dificultad de digerir. Como consecuencia, más problemas digestivos como regurgitación, cólicos y gases.
• Menor ingesta de leche con escasa ganancia de peso.
• Alteración en la mordida cuando se produce la salida de los dientes.
• Problemas relacionados con el habla.
¿Cuándo recurrir al tratamiento quirúrgico?
El frenillo no tiene ninguna función específica cuando está situado fuera de la lengua por lo que seccionarlo, si es necesario, no perjudica en nada al bebé.
El tratamiento definitivo es el quirúrgico. Se trata de cortar el frenillo (frenotomía o frenectomía). Debe hacerse lo antes posible para evitar un destete precoz. No es necesaria anestesia para llevarla a cabo.
Por otro lado, la intervención puede mejorar la movilidad de la lengua, pero no asegura la corrección estética del defecto.
¿El tratamiento quirúrgico es eficaz?
Es eficaz siempre que sea bien indicado, para ello cada binomio madre-hijo con problemas en la lactancia debe ser valorado de manera individual y determinar que el acortamiento del frenillo lingual es la causa de las dificultades con la lactancia.
La frenotomía ha resultado un procedimiento rápido, fácil y sin complicaciones y en determinadas situaciones ayudar a disminuir el dolor materno y a aumentar la cantidad de leche que se produce, aunque no hay suficiente evidencia de calidad que respalden el uso de esta técnica.
Recomendaciones
La evidencia actual indica que a pesar de la presencia de frenillo lingual corto o anquiloglosia, la mayoría de los bebés son capaces de alimentarse al pecho con éxito. Esto se debe a la capacidad del pecho materno de variar su forma. Si un niño tiene frenillo lingual corto, pero aumenta de peso y la madre no tiene dolor, no hace falta ninguna intervención.
En cambio, si hubiera dificultades, la puérpera debe acudir a una consulta de lactancia como intervención inicial. La matrona como especialista en lactancia observará una toma verificando que el bebé tiene la boca bien abierta con los labios hacia fuera, la nariz y el mentón tocando el pecho con gran parte de la areola dentro de la boca, ambos muy pegados, buscando la alineación oreja-hombro-cadera del bebé. Cambiar la postura, puede facilitar el agarre más profundo del bebé, logrando que abra más la boca, (postura de amamantamiento biológico), y otra medida que también puede valorarse es la utilización de pezoneras, porque dan firmeza al pezón durante el enganche y las pausas de succión.