Alergia alimentaria


Dra. Blanca García Figueroa

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Que los alimentos son indispensables para la vida es algo obvio, pero en no pocas ocasiones son también motivo de enfermedad. La alergia alimentaria es uno de los motivos por los que los alimentos pueden alterar nuestra salud. Se trata de una situación clínica frecuente. Se estima que en Europa en torno al 2% de los adultos y hasta el 10% de los niños son alérgicos a algún alimento.

¿Qué es la alergia alimentaria?

Es una respuesta inadecuada del sistema inmune que se “defiende” de elementos inocuos de nuestra dieta, dando lugar a un diverso repertorio de síntomas. Así mientras algunas personas alérgicas a un alimento experimentan sólo síntomas leves en relación a su ingestión como picor en la boca o garganta, otras pueden experimentar reacciones graves con dificultad respiratoria, mareo o pérdida de consciencia que entrañan riesgo vital. Entre estos extremos podemos encontrar un amplio espectro de síntomas cutáneos (erupciones, hinchazones, picor), síntomas de nariz-ojos (estornudos, moquita, congestión, enrojecimiento ocular, picor) y digestivos (náuseas, dolor abdominal, vómitos, diarrea).

¿Qué alimentos pueden causar alergia?

Cualquier alimento puede causar alergia, pero sin duda no con igual probabilidad. La frecuencia con la que los distintos alimentos originan reacciones alérgicas depende de su propia naturaleza y de los hábitos dietéticos de la población, que a su vez varían con la edad (no es igual la dieta de los niños pequeños que de los adultos) y con la distribución geográfica (los hábitos dietéticos en el área mediterránea son diferentes de los de la población anglosajona). En España los alimentos que con mayor frecuencia ocasionan reacciones alérgicas en los niños pequeños son el huevo, la leche y los pescados. A partir de los 7 años son las frutas y frutos secos los alimentos más frecuentemente implicados. Concretamente es el melocotón el causante más frecuente, en cuya temporada de cosecha nos encontramos.

¿Qué alimentos y qué circunstancias ocasionan reacciones graves con mayor frecuencia?

Aunque cualquier alimento puede ocasionar una reacción severa, los que con mayor frecuencia lo hacen son: cacahuetes, frutos secos de cáscara, semillas, frutas, leche, huevos, pescados, mariscos y cereales. La falta de identificación del alimento responsable en la comida, es el principal factor de riesgo. El perfil típico sería un individuo que previamente ha tenido una reacción con ese alimento y que lo vuelve a ingerir de forma inadvertida.

Ciertos factores dependientes del paciente parecen colocar a algunos individuos en una posición de mayor riesgo para padecer reacciones de mayor severidad. Los más importantes de los identificados hasta ahora son los antecedentes de una reacción grave previa, historia de asma, especialmente si está mal controlado y tratamiento con fármacos betabloqueantes.

¿Qué tienen que ver unas alergias con otras?

La misma genética que predispone a padecer alergia alimentaria también predispone a sufrir alergia respiratoria a lo largo de la vida. Por ese motivo son más frecuentes estas condiciones en determinadas familias.

Por otra parte algunas de las sustancias (alérgenos) que ocasionan la reacción alérgica en algunas personas se encuentran en más de un alimento. Esto es más probable entre alimentos del mismo grupo, de forma que por ejemplo sea frecuente que los alérgicos a un pescado, un marisco, un fruto seco o una fruta de hueso lo sean a todos o casi todos. Pero también ocurre en ocasiones entre alimentos de distintos grupos (por ejemplo frutas-frutos secos-hortalizas) e incluso entre alimentos y agentes causantes de alergia respiratoria. Éste es el motivo de que algunas personas alérgicas a los ácaros del polvo tengan asociada alergia a mariscos y de que muchas personas alérgicas a pólenes también lo sean a ciertas frutas o frutos secos.

¿Qué se debe hacer en caso de sospechar una alergia alimentaria?

Además de evitar el alimento sospechoso comprobando que su evitación hace desaparecer los síntomas atribuidos a la alergia, debería consultarlo con su médico. Él es la persona más adecuada para valorar la conveniencia de realizar un estudio especializado y realizará la recomendación de los alimentos que debe evitar hasta que la valoración alergológica tenga lugar. La piedra angular en el tratamiento de la alergia alimentaria es la dieta de eliminación. Éste tipo de dietas no están exentas de dificultades e inconvenientes, de forma que instituir una dieta de eliminación debería ser considerado como prescribir una medicación, ya que comporta una determinada relación riesgo-beneficio. Esta decisión debe ser individualizada, para cada alimento en cada paciente, debiendo estar sustentada por un diagnóstico sólido y preciso.

¿Cómo se tratan las alergias alimentarias?

Aunque en los últimos años se están explorando algunas otras vías de tratamiento como la inmunoterapia con alimentos y/o la desesibilización específica, cuyos resultados son prometedores, la pieza clave del tratamiento es la evitación del o de los alimentos causantes.

Para ello hay que ser muy cuidadoso con la alimentación, pues muchos alimentos alergénicos pueden aparecer en numerosos productos de forma enmascarada o con denominaciones desconocidas y así ser ingeridos inadvertidamente. Estas transgresiones involuntarias pueden ocasionar reacciones, en ocasiones graves. Cuanto más severa haya sido la reacción o a más alimentos se sea alérgico, más probable es que se produzcan implicaciones sociales. El miedo a una nueva reacción incluso más severa, tras la ingestión de mínimas cantidades del alimento ocultas en otros alimentos o por una nueva alergia atenaza a muchas personas, especialmente padres llevándoles a una sobre protección real o aparente de su hijo y a un distanciamiento social del paciente y su familia (los alimentos no sólo constituyen elementos imprescindibles en el desarrollo y supervivencia somática del individuo, sino que son piezas centrales de nuestra cultura y desarrollo social). Por otra parte no hemos de olvidar la repercusión económica y doméstica en general de un miembro de la familia con alergia alimentaria (el tiempo requerido para realizar la compra de comestibles y preparar comidas especiales se puede incrementar drásticamente).

La OMS aconseja que desde las administraciones públicas se potencie, utilice y se colabore con las asociaciones de ciudadanos específicas porque éstas representan un recurso complementario al propio sistema sanitario, tanto público como privado. Es especialmente conveniente en enfermedades con impacto social y enfermedades crónicas. La Asociación Navarra de Alérgicos y Asmáticos (ANAYAS) agrupa a pacientes y familiares de pacientes con enfermedades alérgicas en general incluyendo la alergia alimentaria, que son patologías de alto impacto social. Aporta apoyo y asesoramiento a las personas afectadas y sus familias, además de hacer una importante labor de educación sanitaria en el ámbito escolar, de asesoría a comedores escolares y de concienciación general. Su teléfono es 636329619.