Alergia primaveral: Polinosis


Ana Isabel Tabar

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Los pólenes son las diminutas células masculinas de las plantas que están floreciendo. Los pólenes de las plantas cuyas flores apreciamos, como las rosas, generalmente no provocan alergia. Sin embargo, muchos árboles, pastos y hierbas que alcanzan poca altura producen pólenes muy pequeños, secos y ligeros, para que se diseminen bien con las corrientes de aire. Son estos los que provocan los síntomas de alergia. La rinitis y el asma alérgica primaveral, de principios de primavera, con frecuencia son provocadas por pólenes de árboles tales como cupresáceas. Mayo y junio es la estación característica de alergia al polen de gramíneas y olivo, mientras que la alergia a pólenes de herbáceas, como la Salsola, se prolonga hasta el otoño.

Cada planta tiene un periodo de polinización, que no varía mucho de un año al siguiente. No obstante, las condiciones climatológicas pueden afectar al volumen de polen que el aire transporta en un momento dado. El clima puede influir en los síntomas de alergia en primavera. Con frecuencia, son mínimos en días lluviosos, nublados y sin viento, porque el polen no se desplaza en estas condiciones. El clima caluroso, seco y con viento, anuncia una mayor distribución del polen y con ello un incremento de la sintomatología.

El recuento diario en la estación de primavera nos permite relacionar los síntomas de los pacientes con el nivel de pólenes ambientales y determinar las especies involucradas.

Tratamiento de la Polinosis

El tratamiento de la alergia a pólenes empieza después de realizar un diagnostico etiológico correcto. El tratamiento actual incluye la evitación del alérgeno, farmacoterapia, inmunoterapia y educación del paciente. Su combinación aplicada a cada paciente mejora los resultados clínicos.

La evitación del alérgeno suele ser considerada la primera intervención y aunque a menudo no es completamente efectiva, reduce la necesidad de tratamiento adicional: utilizar gafas de sol, no pasear por el campo los días ventosos, protegerse para cortar el césped, etc.

El segundo nivel lo constituyen los fármacos empleados para controlar los síntomas del paciente. El tratamiento farmacológico es el primer paso para reducir la severidad de la enfermedad, pero constituye un tratamiento sintomático cuya efectividad se circunscribe al tiempo durante el que se administra.

La inmunoterapia (vacunas) representa el único tratamiento que es capaz de alterar el curso natural de las enfermedades alérgicas. Utilizando un producto adecuado y realizando una correcta indicación, la inmunoterapia puede reducir significativamente la severidad de la enfermedad y la necesidad de tratamiento farmacológico.

Sabemos también que la inmunoterapia realizada de forma óptima induce tolerancia clínica e inmunológica, eficacia a largo plazo incluso después de suspender el tratamiento, previene la progresión de la enfermedad y mejora la calidad de vida de los pacientes con asma y/o rinitis alérgicas a pólenes.

La Academia Europea de Alergia, EAACI, ha presentado recientemente un nuevo documento que revisa la práctica clínica de la inmunoterapia.

Entre las novedades en inmunoterapia subcutánea y en alergia a polen cabe destacar los estudios de régimen sencillo de tratamiento que acortan en gran medida el tiempo necesario para alcanzar la dosis de mantenimiento. Ya sea utilizando una pauta de inicio agrupada que permite en tres semanas alcanzar la dosis máxima del tratamiento; ya sea utilizando un régimen en seis inyecciones semanales previas a la primera estación.

Por tanto, y en lo referente a inmunoterapia subcutánea en su indicación en polinosis, las tendencias caminan irrevocablemente a regímenes cortos de tratamiento en su fase de inducción, con productos que han demostrado eficacia en disminución de síntomas y reducción de consumo de medicación en ensayos clínicos y a su administración en unidades con acceso rápido a tratamiento adecuado en el supuesto caso de presentarse una reacción.

Inmunoterapia Sublingual

En las dos últimas décadas y entre las diferentes formas de inmunoterapia no inyectada, la vía sublingual se ha revelado como una forma segura y eficaz de administrar el tratamiento. En los últimos años se han publicado mas de 100. La inmunoterapia sublingual se muestra un tratamiento efectivo en la reducción de síntomas y en la disminución de la necesidad de medicación en pacientes adultos y niños con rinitis alérgica por ácaros y pólenes.

Las preguntas pendientes de contestar al respecto de este tratamiento serían: dosis eficaz, pauta más adecuada en inicio y duración idónea del tratamiento, eficacia a largo plazo, ampliar los datos en niños, seguridad en los grupos de pacientes de alto riesgo (con asma ó poli sensibilizados) y, tal vez, estudios de coste/beneficio independientes.

Presente y futuro inmediato: Registro farmacéutico de la Inmunoterapia

La Inmunoterapia sublingual, gracias a su excelente perfil de seguridad, ha servido de plataforma para el despegue de dos de las líneas de investigación más apasionantes en la alergología actual: la inmunoterapia sublingual con registro farmacéutico (comprimidos ó liofilizados orales) que hoy ya es una realidad en Europa y en España desde hace un mes; y la inmunoterapia sublingual con alimentos, que ocupa a fecha actual recursos y tiempo de varios grupos de investigación.

Desde hace 6 años y hasta la actualidad se vienen efectuando numerosos ensayos clínicos con comprimidos orales de disolución rápida y en base a dos programas de investigación de dos compañías de inmunoterapia y en aras al desarrollo de inmunoterapia sublingual en registro farmacéutico y en su indicación en rinitis y en alergia a gramíneas. Tras los resultados de los estudios realizados en grandes grupos de pacientes y con diseño a doble ciego hemos asistido a la comercialización progresiva y desde finales del 2006 de uno de los productos ensayados en 10 países europeos ( en España en esta primavera) y es de esperar que el segundo producto se comercialice en el próximo año.

El tratamiento redujo los síntomas y el consumo de medicación, y los pacientes mejoraron su calidad de vida en los grupos activos. Los resultados han dado lugar, por tanto, al registro farmacéutico de esta nueva modalidad terapéutica, con las ventajas que esto conlleva: Indicaciones precisas, eficacia contrastada, perfil de seguridad conocido, composición cualitativa y cuantitativa fija, pautas establecidas, no posibilidad de realizar modificaciones en la ficha técnica sin autorización y comercialización de la dosis adecuada.

Futuro a corto plazo: Diagnóstico molecular.
Diagnóstico por componentes en polinosis y mejores resultados terapéuticos con inmunoterapia en consecuencia.

Las casas comerciales centran su debate en qué alérgenos mas incorporar al registro farmacéutico. Sin embargo, a los clínicos nos apremia incorporar las nuevas técnicas de diagnóstico por componentes en la Alergia a pólenes para resolver los problemas de reactividad cruzada versus polisensibilización que conlleva la utilización de técnicas diagnósticas como el prick a la luz de los resultados del Ensayo Clínico multicéntrico EXPO II , y de las investigaciones de la RED Vegetalia, Red de Investigación Corporativa de la que nuestro grupo forma parte y concebida para el estudio de enfermedades alérgicas producidas por alergenos vegetales (frutas y verduras) y pólenes. La inmunoterapia en pacientes con alergia a pólenes, hoy por hoy, es eficaz y sus riesgos conocidos, pero el margen de mejora a la luz de los últimos avances importante y en un futuro muy próximo: es una realidad a día de hoy que el Diagnóstico por componentes puede revolucionar el tratamiento de las enfermedades alérgicas en general y de la polinosis en particular.