Los patrones de consumo alimentario en España se han modificado sustancialmente en los últimos años, como consecuencia de la demanda y las inquietudes de los consumidores. Una de estas nuevas tendencias emergentes es la aparición y uso cada vez más extendido de alimentos de conveniencia, entre los que se encuentran los productos de cuarta gama, que responden a una necesidad de disminuir el esfuerzo y el tiempo empleado en la preparación de los alimentos. Así, hoy en día, estos alimentos forman parte de los menús de muchas personas, algo quizás impensable hace unos cuantos años.
Pero, ¿qué se entiende por “alimento de cuarta gama”?
Son alimentos frescos, que tras su recolección se han limpiado, pelado, troceado y envasado y se encuentran listos para su consumo inmediato sin que haya sido añadido ningún tipo de conservante o aditivo. Son productos mínimamente procesados que no han sido sometidos a ningún tratamiento térmico, por lo que deben mantenerse en refrigeración. De esta forma, el producto mantiene todas sus propiedades naturales, pero con la diferencia de que ya viene preparado para su consumo directo. Generalmente tienen un periodo de caducidad corto, de unos 7 a 10 días. Pasada esta fecha de caducidad no es recomendable su consumo.
No todos los alimentos son adecuados para su presentación como cuarta gama; los más idóneos son los productos vegetales, y en concreto las hortalizas (lechugas, escarolas, canónigos, zanahorias, espinacas, rábanos, etc.), así como las frutas (sandía, uvas, manzanas, piña, mango, pera o limón).
¿Cómo se elaboran en la industria alimentaria?
Las frutas y hortalizas son recolectadas cuando alcanzan los requerimientos de madurez, que establece cada fabricante. Normalmente, una vez recolectadas son enfriadas rápidamente para que no pierdan calidad. Se realiza posteriormente una selección del producto. A continuación, se realiza la fase de limpieza (lavado), después se cortan y se envasan en bolsas o recipientes de plástico, en atmósfera modificada utilizando una mezcla de gases, generalmente con niveles bajos de oxígeno, que retrasa la maduración del producto.
El envase se mantiene a temperatura de refrigeración, ya que el frío (único método de conservación en estos productos) evita la proliferación de los posibles microorganismos que puedan estar presentes en las verduras. La temperatura adecuada oscila entre 1° y 4°C. Así, los alimentos de cuarta gama se envasan tras unos rigurosos estudios de calidad y selección. Y por supuesto, la presentación y el formato utilizado también constituyen un punto importante. La venta de estos productos se realiza necesariamente en envases tales como bolsas de plástico, bandejas recubiertas por una película de plástico y tarrinas. Estos tipos de envases impiden pérdidas de humedad y de esta forma se evitan también posibles mermas de vitaminas y minerales de los productos envasados. De todas formas, el envase de mayor aceptación es la bolsa de plástico, ya que transmite mayor frescura. Además, se pueden mezclar en el mismo envase diferentes tipos de vegetales. En cuanto al formato, son productos que se pueden encontrar en tamaño familiar o individual.
Un poco de historia…
En España los alimentos de cuarta gama se introdujeron en los años 80 concretamente en Navarra donde se instaló una fábrica de procesado. Después se extendieron rápidamente a otras comunidades autónomas, adquiriendo una importancia relevante en el sector hortofrutícola. Comenzaron teniendo su principal destinatario en el sector de la hostelería (restaurantes, cafeterías, etc.), aunque poco a poco su consumo se ha ido extendiendo a los hogares.
Y desde entonces han ido teniendo una importancia creciente por dos motivos: el primero es que cada vez dedicamos menos tiempo a la preparación de las comidas, por lo que estos productos son muy demandados, ya que, ofrecen comodidad, ahorro de tiempo y una presentación saludable. El segundo motivo, es que hablamos de frutas y hortalizas, alimentos que son claves en la dieta mediterránea. Además, se sabe que el consumo de frutas y hortalizas en la dieta diaria tienen un efecto muy beneficioso para la salud, ya que son una excelente fuente de vitaminas, minerales y fibra.
Aspectos nutricionales y de seguridad
Desde el punto de vista nutricional, estos alimentos tienen las mismas características que sus homólogos sin procesar, ya que los cortes mecánicos y cuidadosos a los que se someten en la industria alimentaria minimizan la pérdida vitamínica al máximo. De hecho, está demostrado que las frutas y hortalizas frescas recién cortadas o mínimamente procesadas, no pierden sus propiedades en su proceso de elaboración y conservación, y mantienen sus nutrientes importantes, como las vitaminas.
En relación a la seguridad de los alimentos de cuarta gama, el envase es el elemento más importante para evitar una contaminación del producto. Este envase ha de estar intacto y en perfectas condiciones. Sin embargo, una vez se haya abierto el envase los vegetales pierden la protección de la atmósfera modificada, por lo que hay mayor posibilidad de contaminación.
Para garantizar la inocuidad de los productos de cuarta gama es importante no romper la cadena de frío bajo ningún concepto. Si en el punto de venta los envases muestran signos de condensación de agua, esto sugiere que el producto no se ha conservado adecuadamente.
Algunas recomendaciones para el consumidor de productos de cuarta gama
Respecto a la manipulación del producto por parte del consumidor, es necesario mantener hábitos de higiene adecuados y conservar los productos a la temperatura de refrigeración necesaria.
Los principales consejos a la hora de comprar alimentos de cuarta gama son los siguientes:
- Comprobar la fecha de caducidad del producto.
- Verificar el estado del envase.
- Mantener la temperatura de conservación del alimento.
¿Qué hay que tener en cuenta en casa?
Fundamentalmente que hay que almacenar el producto a la temperatura aconsejada, es decir, en el frigorífico; consumirlo durante su vida útil, es decir, desecharlo si ya ha pasado la fecha de caducidad; y por supuesto, mantener la limpieza de las manos y de los utensilios durante su manipulación.
En definitiva, se puede afirmar que los alimentos de cuarta gama están aportando valor al consumo de frutas y hortalizas gracias a que los consumidores valoran cada vez más aspectos como:
- El ahorro en tiempo de preparación al estar ya envasados y listos para consumir.
- La información relevante sobre la vida útil del mismo, gracias a la impresión de la fecha de consumo.
- La posibilidad de encontrar una amplia variedad de vegetales en un mismo envase.
- La compra de estos productos en cualquier época del año.