La ansiedad está considerada como un mecanismo de defensa ante situaciones o procesos que intuimos como amenazantes. Este mecanismo es común en todas las personas. Es un estado de alerta y respuesta de anticipación ante cualquier riesgo.
La ansiedad no constituye un problema para la salud puesto que se trata de un proceso adaptativo, y debe disminuir cuando desaparece la causa que la produce. Sin embargo, en algunas personas, estos mecanismos adaptativos funcionan de forma alterada, convirtiéndose en fuente de sufrimiento e incapacidad.
Días previos a la operación
• Es importante que haya leído y entendido la información recibida por parte de los profesionales sanitarios sobre la operación.
• Debe entender que lo que ha decidido es la mejor opción.
• Es recomendable buscar apoyo en familiares o amigos. Hablar de la operación puede ayudarle a relajarse.
• No se recomienda buscar información en internet sobre: la operación, experiencias de otras personas, etc., puede crearle falsas emociones aumentando así la ansiedad.
• Intente distraerse ayudándose, en la medida de lo posible, de pequeños paseos, pasatiempos, lectura, etc.
• En momentos de mayor ansiedad puede utilizar “técnicas de relajación” como: ejercicios de control de la respiración, utilización de música relajante, masajes, aromaterapia (oler cosas agradables), etc.
Día anterior a la operación
• Levantarse temprano el día antes de la operación ayuda a anticiparse a posibles inconvenientes que puedan surgir en la preparación.
• Intente no realizar actividades de riesgo o que le produzcan demasiadas agujetas.
• Se aconseja no dejar cosas pendientes para última hora, ya que, acumular trabajo ocasiona tensión.
• Cenar temprano para realizar la digestión antes de acostarse. Será recomendable una cena ligera y nutritiva, evitando alimentos muy grasos y copiosos, lo que ayudará a conciliar mejor el sueño.
Día de la intervención
• Si se encuentra en casa, levántese y prepárese con tiempo, las prisas aumentan la ansiedad.
• Asegúrese de si puede o no desayunar y si debe administrarse algún medicamento antes de la operación.
• Comprobar la documentación que se debe llevar.
• Deberá ducharse con agua y jabón secando después muy bien los pliegues.
• Después del aseo no deberá usar cremas, ni desodorantes, ni colonias, ni maquillajes.
• Las uñas deberán ir sin esmaltes.
• Además, antes de entrar al quirófano, deberá quitarse: dientes postizos o cualquier otra pieza que se pueda quitar de la boca, audífonos (avisar si es muy sordo), pendientes, anillos, pulseras y relojes, cadenas o collares, piercing de cualquier parte del cuerpo.
• Si fuera necesario y/o dependiendo de la operación, deberá quitarse también: horquillas y/o pasadores del pelo, calcetines o medias, ropa interior, bragas o calzoncillos, sujetador. Tampoco llevar tampones (sólo en el caso necesario se usarán compresas).
• En caso de que el paciente sea incontinente puede ir con pañal.
Conclusión
La ansiedad no es perjudicial para la salud si conseguimos un buen manejo de la misma. Para ello es aconsejable seguir las recomendaciones y pautas descritas por el equipo profesional que le atiende. Aprendiendo a gestionar la ansiedad, evitamos complicaciones futuras.