Desde finales del siglo XX, la implantología ha sufrido una autentica revolución tecnológica, siendo uno de los principales avances el uso generalizado de ordenadores capaces de trabajar con imágenes en tres dimensiones. De esta forma se han desarrollado sistemas de cirugía asistida por ordenador, fáciles de utilizar, que se han podido aplicar a la implantología dental, en forma de programas informáticos y sistemas de navegación quirúrgica.
Aunque la aparición del primer sistema de cirugía guiada en implantología data del año 2003, su uso combinado para la planificación de la estética dental y facial ocurre en escasas ocasiones. En nuestro caso, la experiencia acumulada en los últimos 10 años, nos permite decir, que hoy somos más ambiciosos en los objetivos estéticos y funcionales de nuestros tratamientos, porque podemos planificar de forma precisa, realizando escáner óseo en la propia consulta, en cualquier periodo del tratamiento, incluyendo las posibles dudas intraoperatorias. Somos capaces de transferir la planificación a la cirugía, con un margen de error mínimo, ejecutando tratamientos altamente complejos en tiempos reducidos y con un impacto postoperatorio mínimo.
Es un hecho bien conocido que para lograr el éxito en implantología resulta esencial la colocación precisa de los implantes, especialmente en aquellos casos en los que los pacientes presentan problemas de hueso o altos requerimientos estéticos. Conscientes de estos factores, el colectivo profesional ha instaurado una nueva corriente de pensamiento que disminuya las distorsiones de los métodos de diagnóstico convencionales y los inconvenientes de una planificación tradicional basada exclusivamente en las radiografías panorámicas, y ha incorporado a la especialidad dos notables tendencias en las actuaciones quirúrgicas, que son la mezcla de la cirugía guiada con la planificación estética facial y dental integral.
El paciente debe conocer que para su cantidad de hueso, encía y problemas estéticos, existe un numero y una disposición de implantes “perfecta” que puede reproducirse en quirófano si los medios técnicos de la consulta y la experiencia del cirujano lo permiten.
Antes de centrar la atención en los dientes, es necesario evaluar los elementos que forman la composición facial. El examen lateral y frontal del paciente, incluido el análisis de la posición de los ojos, nariz, barbilla y labios, permite la identificación de los puntos y de las líneas de referencia que son imprescindibles en la rehabilitación estética. En una cara armoniosa se pueden reconocer ciertas líneas que unidas crean una especie de geometría regular. Sin embargo, la presencia de diferencias moderadas o de irregularidades leves no compromete el resultado estético final y puede incluso proporcionar un aspecto naturalmente agradable. Las indicaciones proporcionadas por los labios del paciente y su perfil pueden sugerir la forma y el tamaño ideales de los dientes anteriores, por ejemplo, unos labios gruesos indicarían una colocación ideal de implantes para reconstruir los dientes con un predominio de los anteriores, siendo este predominio moderado en los casos de labios finos.
Una sonrisa agradable se puede definir como aquella que exponga totalmente los dientes superiores, junto con 1-3mm, aproximadamente de encía rosa. También la anchura de la sonrisa es un criterio importante, siendo el clínico quien debe de valorar las dimensiones del pasillo labial lateral, variando en caso de necesidad las inclinaciones de los ejes de los dientes.
Estética facial y dental
La fonética es una función que se ve fuertemente influida por la relación entre los dientes, los labios y la lengua, pero también se puede ver afectada por la presencia de prótesis inadecuadas. La pronunciación de los sonidos m,e,f,v,s, son una ayuda valiosa para tener en cuenta al planificar el tratamiento protésico.
Por último recordar que la salud de los tejidos blandos (encías) contribuye fuertemente a hacer que las restauraciones con implantes dentales parezcan lo más naturales posibles. Hasta aquí hemos hablado de la importancia de la cirugía guiada, del diagnostico y de la planificación, de la experiencia del cirujano y la tecnología con la contamos (escáner y software informático). Hemos analizado como una colocación exacta del implante junto a una planificación minuciosa, permite un resultado estético facial y dental agradable para el paciente; pero una vez más nos falta analizar las características del diseño, superficie y conexión del implante que colocamos. No todos los implantes dentales son iguales, la comunidad científica internacional acepta que factores como, el diseño y la configuración especial del hombro y conexión del implante, permiten un resultado estético superior, conservando el hueso del paciente y por lo tanto obteniendo un resultado positivo a largo plazo. El material que cubre al titanio, o la manera de tratarlo condiciona que los tiempos de cicatrización sean menores. Por último dependiendo de la calidad de hueso del paciente existe implantes con una capacidad de autorosca mayor que otros, condicionando la estabilidad primaria (grado de fijación al hueso), imprescindible para poder decidir con criterio científico cuando se pueden colocar dientes inmediatos
Como conclusión final, nos gustaría trasmitir que la cirugía guiada por ordenador es una técnica antigua y conocida, en permanente evolución y que nunca debería ser utilizada como arma de “marketing” para la captación de pacientes, ya que el resultado final, con la colocación de dientes inmediatos, sin que haya existido una planificación guiada de la estética facial, puede conseguirse mediante tratamientos convencionales sin generar costes y exploraciones radiológicas adicionales a nuestros pacientes. Es decir, la cirugía guiada y mínimamente invasiva con una planificación facial integral que debe realizarse si el paciente la desea, pero no existe una evidencia científica de que sus resultados sean mejores al resto de las técnicas existentes correctamente realizadas, eso si, aportan rapidez, confort, estética al tratamiento, teniendo como desventaja el incremento de los costes para el paciente.