¿Cómo podemos prevenir la enfermedad?


María Marín Ibáñez. Enfermera del Centro de Salud de Mosqueruela. Teruel

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La prevención de la enfermedad son todas aquellas medidas dirigidas a prevenir la aparición de la enfermedad o a detener su avance, reduciendo las secuelas de la misma una vez establecida. Se puede clasificar en diferentes niveles de actuación preventiva según el momento en que se aplique la medida con respecto a la historia natural de la enfermedad.

Tipos de prevención

  • Primaria: es el conjunto de medidas dirigidas a evitar que aparezca la enfermedad. Se actúa sobre los factores de riesgo, disminuye la incidencia de la enfermedad. Incluye actividades de promoción de la salud (dirigidas a personas) y de protección de la salud (dirigidas al medio ambiente). Por ejemplo: vacunas, consejos de hábitos saludables, campañas contra el consumo de…
  • Secundaria: son las medidas dirigidas a la detección precoz de la enfermedad con el fin de comenzar el tratamiento lo antes posible y así retrasar la evolución de la enfermedad. Diminuyen la prevalencia poblacional. Incluyen pruebas de cribado, autoexamen y exámenes de salud. Por ejemplo: autoexamen mamario, test de sangre oculta en heces…
  • Terciaria: son las medidas dirigidas al tratamiento y rehabilitación de una enfermedad ya establecida, evitando la aparición de complicaciones y discapacidades. Intentan mejorar la calidad de vida. Diminuyen la prevalencia de invalideces. Por ejemplo: rehabilitación cardiaca en pacientes con un infarto agudo de miocardio, control de infecciones respiratorias en pacientes con EPOC…

Otros autores definen otros dos niveles de prevención de la enfermedad

  • Primordial: son aquellas medidas orientadas a evitar la aparición de factores de riesgo en individuos. Persiguen mejorar los hábitos de salud de la comunidad. Por ejemplo: educación para la salud en colegios sobre el consumo de tabacos.
  • Cuaternaria: son las intervenciones destinadas a reducir las consecuencias de la atención sanitaria. Persiguen reducir iatrogenias y evitar el encarnizamiento terapéutico. Atenúan o reducen las consecuencias de la actuación. Por ejemplo: aplicación de frío local tras administración de vacunas.