El niño con miedos y ansiedad


Dr. César Soutullo Esperón, Director, Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica, Clínica Universidad de Navarra. Dra. Ana Figueroa Quintana, Psiquiatra infantil y adolescente. Hospital Perpetuo Socorro. Las Palmas de Gran Canaria. Hospital General de La Palma. Servicio Canario de Salud, Breña Alta, La Palma.

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Marina tiene 5 años, al irse a dormir, cuando sus padres apagan la luz, se pone nerviosa y tensa, no puede respirar, suda, le palpita el corazón y piensa que puede entrar un ladrón por la ventana. Siente mucho miedo a la oscuridad, no aguanta más, llora, no puede dormir y corre a la habitación de sus padres.

Andrés, de 8 años, empezó a decir que no quería ir al colegio. Convencido de que haría el ridículo ante sus compañeros, tenía un miedo atroz a que se riesen de él, “pensarán que soy tonto”, y prefiere quedarse callado, también en los recreos, antes que hablar con otros.

Leyre tiene 11 años, de pequeña lloraba mucho al dejarla en el colegio, pero acabó acostumbrándose. Desde hace varios meses, especialmente los domingos por la noche y lunes por la mañana se queja de dolor de tripa, vomita, o le duele la cabeza. Los viernes está mejor. Su madre le ha llevado a múltiples médicos que no han encontrado causas físicas de sus problemas de estómago y de cabeza. Cuando Leyre está en el colegio pasa todo el tiempo pensando en sus padres, en que algo malo les pasará y que no volverán a por ella. Sus profesores dicen que está muy inatenta en clase y sus notas han bajado.

Marina, Andrés y Leyre tienen síntomas de ansiedad, como otros muchos niños, porque son los síntomas psiquiátricos más frecuentes en niños y adolescentes.

La ansiedad es una sensación de miedo o alerta ante una situación potencialmente peligrosa (una araña, la altura, un examen o algo nuevo para el niño). Por eso, es normal sentir miedo en ciertas circunstancias. La ansiedad puede ayudar al niño a superar una situación difícil, e incluso mejorar su rendimiento, por ejemplo, estudiar más el día antes de un examen por miedo a suspender.

Los miedos normales cambian con la edad: los niños pequeños temen separarse de los padres o a la oscuridad; los niños de primaria temen hacer el ridículo ante sus compañeros, a hacerse heridas y a fenómenos naturales como las tormentas; y los adolescentes se preocupan por su popularidad y su rendimiento académico. Los “miedos normales” disminuyen con el tiempo, cuando el niño va dominando la situación, hasta que desaparecen.

Si no se disipa y la ansiedad continúa, aumenta o interfiere en la vida cotidiana del niño, puede tratarse de un trastorno o ansiedad patológica. Entonces la ansiedad hace que bajen las notas, aparezca una sensación de “nerviosismo” todo el tiempo, enfados frecuentes, quejas físicas, evitar ir a sitios (fiestas, extraescolares, campamentos), sufrimiento interno, etc. Los trastornos de ansiedad son problemas médicos reales, no son una invención o un capricho del niño, o de sus padres. Son frecuentes. Y son tratables.

Es importante tener información científica, reciente y contrastada sobre qué es la ansiedad, sus causas, cuando se convierte en un trastorno psiquiátrico y cómo tratarlo. En su libro para padres “Convivir con Niños y Adolescentes con Ansiedad”, el Dr. César Soutullo y la Dra. Ana Figueroa repasan las ideas fundamentales sobre los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes.

Definición y tipos

  • Los trastornos de ansiedad son problemas médicos con origen biológico cerebral, en la amígdala y la corteza prefrontal las regiones cerebrales responsables de los síntomas de ansiedad. Se han descrito desde hace siglos en países y culturas diferentes.
  • Hay varios tipos de trastornos de ansiedad: generalizada, por separación, ataques de pánico, fobias (agorafobia, fobia específica, fobia social), trastorno de estrés post-traumático y trastorno obsesivo-compulsivo.

¿Qué síntomas tiene la ansiedad?

Son diferentes según la edad y nivel de desarrollo del niño: Síntomas psicológicos: Temor o miedo recurrente, persistente o intenso, o evitación de situaciones. Síntomas físicos (son muy frecuentes): dolor de cabeza, de estómago, naúseas, vómitos, sensación de ahogo, diarrea, taquicardia. Síntomas motores: agitación, nerviosismo, tics. Problemas del sueño: insomnio, pesadillas.

Causas

  • Tienen en parte un componente genético (heredabilidad del 20%). Con frecuencia la madre o el padre del niño con ansiedad también sufren ansiedad. Los padres pueden “modelar” o incluso fomentar que su hijo evite ciertos lugares, actividades o cosas. Esto no ayuda al niño, pero en ningún caso significa que el trastorno de ansiedad del hijo sea culpa de los padres. A nadie se le ocurriría afirmar que una madre que sufre diabetes o cáncer es culpable de que su hijo también lo padezca. Los trastornos de ansiedad en los niños NO son culpa de los padres.
  • Factores ambientales como la muerte de un ser querido, el abuso o abandono y otros, pueden desencadenar y mantener en el tiempo un trastorno de ansiedad.

Impacto de la enfermedad

  • Pueden llegar a provocar un deterioro grave en la vida familiar, social y académica del niño. En la consulta hemos valorado niños que llevan años sin ir al colegio por síntomas de fobia social. La ansiedad puede tener consecuencias muy negativas.
  • Se diagnostican con una entrevista clínica estructurada, por un psiquiatra o un psicólogo infantil con experiencia clínica.
  • Sin tratamiento tienden a persistir, cuando el niño se convierte en adolescente o adulto.

Tratamiento

  • Con tratamiento, que es seguro y muy eficaz, tienen buen pronóstico, incluye varios elementos: psicoeducación, psicoterapia y manejo conductual de los síntomas, y medicación.
  • La psicoterapia cognitivo conductual es la más estudiada y la más eficaz en trastornos de ansiedad. Consiste en ayudar al niño a afrontar la situación temida (por ej., hablar en público o dormir solo), poco a poco, para que vaya ganando confianza en sí mismo y lo afronte cada vez con menos ansiedad. La clave: afrontar el miedo, no evitarlo.
  • Cuando la ansiedad provoca mucho sufrimiento o tiene un impacto negativo en el día a día del niño, puede ser necesario tomar medicación durante un tiempo. La medicación facilita el afrontar lo temido, porque disminuye la intensa ansiedad que el niño siente en una situación (por ejemplo, al dormir fuera de casa) a un nivel “tolerable”.
  • El riesgo de tener efectos secundarios de la medicación es mucho menor que el riesgo de sufrir consecuencias muy adversas si su ansiedad no se trata.
  • Si la ansiedad de niño no se trata puede tener un trastorno de ansiedad más grave, depresión, uso de drogas, evitar actividades en las que hubiera podido aprender o pasárselo bien, etcétera. Las consecuencias de no tratar la ansiedad pueden ser irreparables

Es labor de todos los profesionales de la salud mental infantil y adolescente detectar y tratar cuanto antes a los niños con trastornos de ansiedad; sin buscar culpables, sólo soluciones.
Portada del libro Convivir con Niños y Adolescentes con Ansiedad


Soutullo C, Figueroa A.
Convivir con niños y adolescentes con ansiedad.
Editorial Médica Panamericana, 2010.
ISBN: 9788498353297.
Páginas: 158
Encuadernación: Rústica
Medidas: 13cm x 19cm
Precio: 16,00 Euros