Emesis gravídica


Ainara Pascal Sangari, Irantzu Lizarraga Buldain e Isabel Subiza Jiménez

Print Friendly, PDF & Email
Se denomina emesis gravídica a las náuseas y vómitos que presentan algunas mujeres cuando están embarazadas. Su alta incidencia, de hasta un 85%, hace que sea un tema de especial relevancia en el abordaje de la sintomatología propia del embarazo.

Debemos recalcar que estos vómitos, aunque suelen resultar molestos para la mujer que los padece, no tienen ninguna repercusión fetal.

Características

En la emesis gravídica, los vómitos son alimenticios, y son precedidos por náuseas. La ingesta de alimentos o ciertos olores, así como un estado de hipoglucemia, pueden propiciar la aparición de estas náuseas. Los vómitos son más frecuentes durante el primer trimestre de embarazo, de predominio matutino y no afectan al estado general de la mujer.
La forma severa de este cuadro, lo constituye la hiperémesis gravídica (presente en el 0.3-2% de los casos). En esta situación, los vómitos son excesivos, constantes e incoercibles, pudiendo producir una pérdida de peso considerable, así como alteraciones hidroelectrolíticas y/o cetonuria. La gravedad del cuadro, puede requerir el ingreso de la gestante para tratamiento farmacológico y reposición hidroelectrolítica.

Etiología

No se conoce con exactitud la causa de la emesis gravídica. Se cree que las modificaciones físicas y psicológicas que tienen lugar en la mujer embarazada pueden desencadenar su aparición.

a) Factores psicológicos: Clásicamente, se ha considerado que los factores psicológicos debían tener un papel fundamental en su génesis. Se ha pensado que el miedo al embarazo, parto y/o a la maternidad y el cuidado del recién nacido, así como un rechazo inconsciente al embarazo, podían ser los causantes de los vómitos. Esta teoría justificaría el hecho de que las mujeres con embarazos no deseados y las que tienen antecedentes de conflictos familiares, padezcan en mayor proporción emesis gravídica.

b) Factores hormonales: Actualmente cobra más fuerza la teoría hormonal, ya que diversos estudios han relacionado el aumento de la hormona HCG (gonadotropina coriónica humana) con la emesis gravídica. Los niveles sanguíneos de HCG aumentan rápidamente durante las primeras semanas de gestación, alcanzando su pico máximo hacia la 10ª semana, para descender posteriormente. Esta elevación de HCG, coincide en el tiempo con la máxima frecuencia de aparición de los vómitos. Este hecho explicaría por qué en las situaciones en las que los niveles de HCG son superiores (embarazos múltiples, enfermedad trofoblástica gestacional…), la emesis gravídica se presenta con mayor frecuencia.

Recomendaciones

Estas sencillas pautas higiénico-dietéticas, pueden ayudar a la gestante a aliviar las molestias:
• Para facilitar la digestión y evitar la hipoglucemia, conviene realizar 5 ó 6 comidas al día, de pequeño volumen.
• Comer despacio, masticando bien los alimentos.
• Se debe aumentar la ingesta de carbohidratos (arroz, pan, pasta…), proteínas (carne, pescado, huevos…), frutas y verduras.
• Evitar los alimentos ricos en grasas (fritos, rebozados…), que hacen la digestión más lenta y provocan pesadez.
• Comer alimentos cocinados al vapor, a la plancha o al horno.
• En general, los alimentos fríos o a temperatura ambiente sientan mejor que los alimentos muy calientes. Los sólidos a su vez, sientan mejor que los líquidos.
• Si las náuseas se producen por la mañana, nada mas despertarse, comer algún alimento sólido antes de levantarse de la cama (galletas, pan, tortitas de arroz…).
• Conviene reposar después de las comidas, pero no tumbada completamente.
• Beber líquido entre horas y a pequeños sorbos.
• Alejarse de los olores fuertes y de los que resulten desagradables.
• Evitar el consumo de tabaco.
• Vestir con ropa holgada, que no comprima el abdomen.
• Los vómitos y las náuseas producen fatiga, es conveniente el reposo físico y mental.