Fascitis plantar


Daniel Marín Puyalto, Paul Vicente Alonso de Armiño y Marta Sancho Rodrigo. FEA de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital San Jorge. Huesca. Marta Molinedo Quílez e Iraia Berasategi Noriega. MIR de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital San Jorge. Huesca

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La fascitis plantar es un proceso degenerativo crónico, más que inflamatorio, que afecta a la fascia plantar.

La fascia plantar es un tejido fibroso organizado en bandas que se extiende desde el talón hasta los dedos.

Afecta hasta al 7% de la población aunque es más frecuente en corredores.
Se produce entre los 40-60 años y a edades más tempranas en deportistas.
Su causa es desconocida aunque con frecuencia se asocia a la presencia de espolón calcáneo.
Algunos de los factores de riesgo para desarrollarla son sobrepeso, diabetes, artritis reumatoide, pies planos o cavos, carga de pesos prolongada, microtraumatismos y realización de deporte con mal entrenamiento o uso de zapatos inadecuados.

Diagnóstico

El diagnóstico es clínico y se basa en la presencia de dolor en la zona media de la planta del pie, de manera progresiva, más intenso por la mañana con los primeros pasos o después de un periodo de inactividad.
Produce dolor a la palpación en la zona de la inserción de la fascia plantar y se reproduce con la extensión del primer dedo del pie.
Habitualmente no es necesaria la realización de otras pruebas y aunque en la radiografía es frecuente encontrar un espolón calcáneo esto puede ocurrir hasta en un 25% de pacientes asintomáticos, por lo que su existencia no debe considerarse para hacer el diagnóstico.
La ecografía y la resonancia magnética se reservan para casos en que existan dudas diagnósticas.

Tratamiento

La fascitis plantar es un proceso insidioso que en la mayoría de los casos cede espontáneamente entre 1 y 2 años después de comenzar la clínica, independientemente de los tratamientos utilizados.
Como medidas generales se recomienda reposo, corrección de los errores de entrenamiento, selección apropiada del calzado tanto para caminar como para hacer deporte y mantener un peso adecuado.

• Fisioterapia y ejercicios de estiramiento de la fascia plantar: 1, 2 y 3.

• Antiinflamatorios orales o tópicos: únicamente utilizados junto con otros tratamientos.
• Férulas: Su uso puede ayudar al control del dolor a corto y medio plazo.


• Infiltración con corticoides: No debe ser considerado como tratamiento de primera línea, ya que aunque mejoran el dolor tienen riesgo de rotura de la fascia plantar, infección y daño muscular.
• Cirugía: Se reserva para pacientes con fascitis plantar crónica que no se resuelve con ningún otro tratamiento. Lo más frecuente es la realización de una fasciotomía percutánea, que consiste en la sección parcial de la fascia plantar mediante pequeñas incisiones.