Fimosis


Marta Burbano Herráiz, Amaia Arrizabalaga Solano, Inés Giménez Andreu, Ana Aldaz Acin, Elena Sánchez Izquierdo, María Soto Palacín y María Jesús Gil Sanz

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En este artículo, se hablará de la circuncisión como tratamiento de la fimosis en niños, sin entrar en la práctica de esta cirugía por cuestiones religiosas ni como programa para prevenir el VIH como se realiza en África.

Para comenzar, debemos esclarecer qué es la fimosis. La fimosis consiste en la estrechez de la abertura del prepucio que impide descubrir el glande total o parcialmente. El diagnóstico es visual, con una inspección por un profesional médico donde se comprueba la falta de retracción prepucial, valorando el grado de estrechez. Además, se puede valorar posibles complicaciones como infección, balanitis o tumor peneano.

Al final del primer año de vida, la retracción completa del prepucio por detrás del glande es posible en aproximadamente el 50% de los niños, llegando a alcanzar el 89% a la edad de los 3 años. Conforme aumenta la edad del niño esta cifra aumenta, siendo la incidencia de fimosis del 8% en niños de entre 6-7 años y tan solo del 1% en varones de 16 a 18 años.

La fimosis puede ser primaria (en la que no hay una causa subyacente) o secundaria (patológica) a una cicatrización, como por ejemplo en la balanitis xerótica obliterante. Se debe distinguir la fimosis de la adhesión normal de la piel al glande, fenómeno que es fisiológico, con retracción parcial del prepucio que deja el meato visible.

Entre las posibles causas de fimosis destacan: que la punta del prepucio sea demasiado estrecha para pasar sobre el glande, que la superficie interna del prepucio esté fusionada con el glande o que el frenillo del pene sea demasiado corto como para permitir la retracción completa del prepucio.

La separación del prepucio del glande se produce de forma paulatina por la acumulación de los desechos epiteliales acumulados (smegma) y las erecciones. En los casos en los que la retracción es incompleta, es desaconsejable la retracción prepucial forzada puesto que puede provocar una cicatrización (y consecuentemente una fimosis secundaria o patológica). A su vez, puede causar una parafimosis, una situación de emergencia donde la retracción del prepucio demasiado estrecho detrás del glande puede constreñirlo, provocando un compromiso vascular de la zona. El edema severo del prepucio ocurre a las pocas horas, dependiendo de la tirantez de la punta del prepucio, haciendo la reducción más difícil. En la mayoría de los casos, la compresión manual del glande con la colocación de tracción distal sobre el prepucio edematoso permite la reducción del anillo parafimótico.

¿Cómo y cuándo se trata?

El tratamiento conservador es una opción para la fimosis primaria, sobre todo teniendo en cuenta que esta fimosis solo permanece en el 1% de varones mayores de 16 años. Otra alternativa es aplicar una pomada con corticoide unas 2 veces al día durante 4-8 semanas para proporcionar mayor elasticidad a la piel, siendo un tratamiento efectivo, seguro y menos invasivo. Este es el tratamiento de primera línea antes de recurrir a la cirugía.

La cirugía es otra alternativa posible y está indicada en fimosis secundaria o patológica o en aquellas fimosis primarias que no responden a otros tratamientos, fimosis que provocan infecciones de orina recurrentes o balanitis, etc.

¿En qué consiste la circuncisión?

Consiste en la extirpación de la parte del prepucio que impide descubrir el glande. Se trata de una intervención sencilla, que se realiza sin necesidad de ingreso, necesita apenas unos días de reposo y no suele presentar complicaciones. Además de su rápida curación, esta intervención quirúrgica presenta otros beneficios importantes como reducción de riesgos de infecciones de las vías urinarias, disminución de probabilidades de cáncer de pene y enfermedades de transmisión sexual.

Un abordaje quirúrgico alternativo a la circuncisión es la prepucioplastia; este enfoque permite la preservación del prepucio. Inicialmente, las apariencias posoperatorias son similares a las de un procedimiento de incisión dorsal, pero con la retracción regular del prepucio después del procedimiento, y que se resuelve en un prepucio retráctil normal.

AUTORES

Marta Burbano Herráiz, Amaia Arrizabalaga Solano, Inés Giménez Andreu, Ana Aldaz Acin, Elena Sánchez Izquierdo, María Soto Palacín. Médicas Residentes de Urología. Hospital Universitario Miguel Servet

María Jesús Gil Sanz. Jefa del Servicio de Urología. Hospital Universitario Miguel Servet