La donación consiste en la cesión gratuita de los órganos y tejidos para que puedan ser utilizados en una persona enferma. La donación es uno de los gestos de solidaridad y altruismo que nos queda en la sociedad moderna. Muchos enfermos necesitan de un órgano o tejido para seguir viviendo y otras personas se los donan después de morir de forma anónima y generosa. Además, todos podemos estar hoy en la situación de necesitar un órgano y mañana ante la oportunidad de poder donarlo.
Nuestra sociedad es un ejemplo de solidaridad independientemente de la cultura o la religión de las personas que la componen. Prueba de ello es que España es el país del mundo con mayor tasa de donación. Esto nos proporciona el privilegio de tener mayor posibilidad de obtener un trasplante en caso de necesitarlo. Sin embargo, cada día hay más personas que necesitan de un trasplante para poder seguir viviendo y la realizad es que aún hay enfermos que fallecen a la espera de recibir un órgano. En España las actividades relacionadas con la donación de órganos y el trasplante están regidas por el Real Decreto 1723/2012 que garantiza la solidaridad, la gratuidad, el altruismo, la equidad y la confidencialidad en todo el proceso.
Tipos de Donantes de órganos y tejidos
Existen dos tipos de donantes según la procedencia del órgano o tejido: donante vivo y donante fallecido. La donación de órganos de pacientes fallecidos supone la gran mayoría en España.
• Donante vivo es aquella persona que realiza la donación en vida. Este tipo de trasplantes se realiza con la garantía de que la extracción no va a representar ningún problema de salud para el donante. Los donantes vivos más habituales son los de riñón, hígado, sangre de cordón umbilical y de médula ósea. El órgano procedente del donante vivo siempre irá dirigido a una persona concreta, que suele ser del entorno familiar, aunque no es imprescindible.
• Donante fallecido se denomina así a la persona que dona sus órganos o tejidos para que sean extraídos tras su fallecimiento. Los donantes fallecidos pueden ser por muerte encefálica (destrucción irreversible del cerebro) o donantes en asistolia (parada cardiaca irreversible). Estos donantes tienen que fallecer necesariamente en un hospital. Los órganos que se pueden donar son riñones, hígado, corazón, pulmones y páncreas. En cambio para ser donante de tejidos (fundamentalmente córneas, huesos y piel) no es absolutamente necesario fallecer en un hospital, pues los tejidos se pueden extraer aún habiendo pasado unas horas desde el fallecimiento.
Los donantes en muerte encefálica deben fallecer, concretamente, en unidades de Cuidados Críticos que disponen de los medios técnicos necesarios para mantener artificialmente la ventilación pulmonar y la circulación del donante. Cuando se cumplen todos los criterios legales de muerte cerebral es posible declarar y certificar la muerte de una persona que mantiene circulación sanguínea y el funcionamiento de algunos órganos porque está conectada a un respirador artificial y recibe la medicación necesaria para mantener función cardiaca. El diagnóstico de muerte cerebral precisa que tres médicos, distintos a los que van a participar en la extracción o trasplante, comprueben la ausencia completa de respuesta cerebral mediante exploración de reflejos de troncoencéfalo y pruebas instrumentales demostrativas de destrucción completa del cerebro. En estas circunstancias, los órganos se mantienen perfundidos y oxigenados hasta el momento de la extracción en quirófano.
En los donantes en asistolia, el fallecimiento se debe a una parada cardiorrespiratoria irreversible pese a maniobras de reanimación avanzadas. En estos casos se mantiene la perfusión de algunos órganos hasta el momento de la extracción mediante perfusión y enfriamiento con la ayuda de una sofisticada tecnología.
El proceso de la donación
El sistema de donación y trasplante está organizado a tres niveles: nacional, autonómico y hospitalario, siendo este último la clave del proceso, ya que es aquella figura encargada de la detección, el mantenimiento del donante y el que contacta con las familias para consultar la voluntad del fallecido con respecto a la donación.
En el proceso de donación y trasplante participan un gran número de profesionales. Puede considerarse como una cadena, con posibilidad de romperse por cualquier eslabón, no alcanzándose así el objetivo final, el trasplante de órganos que tiene como objetivo salvar vidas.
Una vez confirmada la muerte del donante el siguiente paso e realizar una evaluación de todos los datos clínicos, analíticos, así como antecedentes personales y familiares para valorar que no exista contraindicación médica para la donación (riesgo de enfermedades transmisibles por infección grave o neoplasia) y evaluar qué órganos y tejidos son aptos para trasplante.
Desde que se produce la muerte hasta la extracción de órganos y tejidos, es muy importante que pase el menor tiempo posible, ya que se produce en el donante una serie de alteraciones secundarias al fallecimiento que dificultan el mantenimiento de la función de los órganos del cadáver. Se precisa una estrecha vigilancia por parte de los profesionales de cuidados intensivos para que los diferentes órganos lleguen al trasplante en las mejores condiciones posibles.
Uno de los pasos más delicados de este proceso es la entrevista de solicitud de donación, en la que el coordinador de trasplantes habla con la familia para conocer la voluntad del fallecido con respecto a la donación. Cuando el coordinador se acerca a una familia que acaba de perder a un ser querido, es preciso tener en cuenta la necesidad de establecer una relación de ayuda con ellos.
En los casos que la muerte ha sido violenta y/o accidental, un juez debe autorizar la continuidad del proceso de forma que no interfiera en el seguimiento de la causa judicial.
Cuando el coordinado hospitalario tiene recogidos todos los dato del donante y dispone de la autorización familiar y/o judicial, llama a la oficina central de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Aquí están centralizadas las listas de espera a nivel nacional de los pacientes a la espera de un trasplante, salvo los renales, ya que la distribución renal sigue unos criterios locales. Desde la ONT se realiza la distribución de los órganos, en base a unos criterios clínicos y territoriales basados en la equidad, justicia, gratuidad y confidencialidad
Una vez aceptados los órganos por los distintos equipos, desde la ONT se coordina el transporte de éstos con la mayor diligencia posible.
¿Y qué puedo hacer?
En los procedimientos de donación, los ciudadanos juegan un papel fundamental y pueden participar de forma directa a través de los siguientes medios:
• Expresando a sus familiares y allegados su voluntad de ser donante si llega el caso de fallecimiento, o bien dejando constancia en el documento de voluntades anticipadas.
• Donando, en vida, uno de los riñones o un fragmento de hígado a un familiar que lo necesite.
• Solicitando la tarjeta de donante de órganos o bien a la ONT (http://www.eresperfectoparaotros.com), o bien a ALCER NAVARRA (Tel. 948278005).
• Haciéndose donante de médula ósea y de cordón umbilical.
• Mediante el consentimiento a la donación cuando pueda ser consultado sobre la voluntad de familiares fallecidos.