La patología cerebrovascular o ictus constituye uno de los principales problemas de salud pública, ya que es la segunda causa de mortalidad en todo el mundo según datos de la Organización Mundial de la Salud.
En España también es la segunda causa de mortalidad, pero esto varía según el sexo, ya que en la mujer es la primera causa. Además esta patología es la principal causa de incapacidad, por lo que supone a la larga importante sobrecarga social y económica en cuidados crónicos.
Se han avanzado cada día más en terapias de tratamiento médico del ictus agudo, principalmente la fibrinolisis tanto por fármacos como más recientemente la terapia endovascular, así como de los cuidados en las denominadas Unidades/Áreas de Ictus, que han hecho que las cifras de mortalidad disminuyan en los últimos años, aunque el envejecimiento cada vez mayor de la población, hace difícil que el descenso sea más significativo todavía.
Código Ictus
Pero todo ello tiene sentido cuando hay una identificación precoz de los síntomas para activar todas las cadenas de actuación.
Para ello, hay que empezar desde la difusión en la población general así como la formación en primaria y otras especialidades, de los síntomas a detectar y de los criterios de derivación.
Entre los síntomas principales por los que se debe consultar: asimetrías faciales, que normalmente van acompañadas de otros síntomas como suele ser alteración o bien en la emisión del lenguaje o de la articulación, déficit motor que suele ser unilateral de brazo o pierna o de ambos, y asociación o no de déficit sensitivo.
Se ha demostrado que la pronta identificación de los síntomas junto con una activación precoz para iniciar protocolo de actuación, el denominado Código Ictus, se relaciona con un mejor pronóstico y menor secuelas a largo plazo.
Entre los tratamientos médicos describimos brevemente cada uno de ellos, entre los que son subsidiarios el Ictus tipo isquémico, y no el hemorrágico.
• Fibrinolisis intravenosa: cuya ventana terapeútica, tras ensayos clínicos , son las 4 horas y media desde el inicio de los síntomas (conocida de manera exacta), junto con realización de técnicas de neuroimagen, en las que no exista contraindicación, se aplica el tratamiento, bajo indicación de un neurólogo/a , ya sea por estar de guardia de presencia en los hospitales de referencia o a través de telemedicina en los hospitales comárcales.
En el caso de Ictus de hora de inicio desconocido o ictus del despertar (los que se denomina al despertar el paciente con los síntomas, que se traduce también como hora desconocida), también se puede aplicar terapia con fibrinolisis intravenosa, pero utilizando técnicas de neuroimagen que se denominan dinámicas como es el TC de Perfusión donde se valoran mapas de perfusión, y nos informan , si existe tejido cerebral salvable a pesar de no conocer la hora del inicio de los síntomas.
• Tratamiento endovascular: cuya ventana terapeútica es aún mayor y puede oscilar entre las 6-16 horas (en algunos casos hasta 24 horas, y excepcionalmente 48 horas), y puede estar asociada o no a la fibrinolisis intravenosa. En un paciente que ha presentado un ictus agudo, tanto si se conoce hora de inicio como no, se utiliza las técnicas de imagen dinámicas comentadas anteriormente, además del denominado AngioTC: prueba que sirve para valorar el árbol vascular arterial, pudiendo valorar la presencia o no de trombos, sobre los cuales se puede aplicar esta terapia.
Dicha terapia es invasiva ya que requiere la presencia de anestesista y radiólogo intervencionista que hace abordaje vía arterial de un catéter, valorando el árbol aterial in situ para confirmar la presencia de trombo, y en el mismo acto utilizar la terapia que consiste o en fibrinólisis intraraterial o en trombectomía mecánica.
Cuidados en las Áreas de Ictus
La otra parte que no por ser la segunda nombrada, es la menos importante, son los cuidados que se aplican en las denominas Unidades /Áreas de Ictus.
La diferencia radica en que las Unidades son camas específicas para ingresos de Ictus agudos tanto con tratamiento o sin él (con una serie de criterios), con personal de enfermería exclusivo para esas camas, y con neurólogo de guardia habitualmente, que se encuentran monitorizadas para controlar registros como TA, alteraciones en la frecuencia, niveles de oxígeno, que en fase aguda deben estar controladas y que mejoran el pronóstico de la enfermedad. Este tipo de Unidades presente en hospitales de referencia.
Y las denominadas áreas de ictus son también camas monitorizadas, sin enfermería propia (es el mismo personal que atiende otras patologías ingresadas) y sin neurólogo de guardia (más en hospitales comarcales).
Cada uno de ellos aplicando unos protocolos que es cada comunidad autónoma suelen estar unificados.