La demencia de tipo Alzheimer se caracteriza por un inicio insidioso con deterioro gradual y progresivo de las distintas funciones cognitivas, apareciendo alteraciones tanto motoras como sensoriales.
Aquellos casos que tienen su comienzo antes de los 65 años se denominan como «comienzo precoz´´, mientras que los que se inician después son de «comienzo tardío´´.
Para medir la evolución del deterioro cognitivo de la persona, un método muy utilizado es la escala global de deterioro de Reisberg, pudiendo diferenciar diferentes fases:
Fase I: Ausencia de alteración cognitiva: alteraciones evidentes de la memoria en el día a día de la persona.
Fase II: Disminución cognitiva muy leve: se producen defectos en la memoria como olvidar nombres o lugares donde ha guardado objetos, o nombres conocidos. No hay alteraciones de la memoria en el trabajo o situaciones sociales.
Fase III: Defecto cognitivo leve: alteraciones en la memoria como olvidar citas importantes, las personas del entorno familiar detectan defectos en la equivocación de palabras y nombres, alteración del funcionamiento correcto en tareas rutinarias y desorientación en el espacio.
Fase IV: Defecto cognitivo moderado, estadio leve: Déficits en la realización de actividades de la vida diaria, errores de contabilidad, incapacidad para realizar tareas complejas. Este es el momento en el que la familia suele acudir a la consulta médica.
Fase V: Defecto cognitivo moderado- grave, estadio moderado: dificultad a la hora de vivir de forma independiente, confusiones de la vestimenta en relación con la estación del año o la ocasión, es común en esta fase presentar alteraciones emocionales, del sueño y algunas veces hiperactividad.
Fase VI: Defecto cognitivo moderado, estadio moderado- grave: Suelen presentar una disminución gradual para vestirse y asearse, también se ponen varias piezas de ropa o la ropa encima del pijama. Pueden presentar incontinencia urinaria y fecal. En esta fase casi siempre recuerdan su nombre. Siguen siendo capaces de distinguir entre las personas familiares y no familiares de su entorno. Suelen presentar cambios de personalidad y emocionales muy variables.
Fase VII: Defecto cognitivo muy grave, estadio grave: Aquí se produce una pérdida del lenguaje, de la coordinación de movimientos y de la actividad cognitiva. Se pierde la memoria y el recuerdo de las palabras se va reduciendo hasta olvidar su uso por completo. También se producen fallos en la psicomotricidad, inclinándose al andar de forma exagerada y perdiendo el equilibrio hasta dejar de andar. Además se ve alterado el patrón de sueño y la disminución en el reflejo de deglución. Son evidentes las manifestaciones de ansiedad, ideas delirantes y alucinaciones.