¿Qué es la neumonía?


Dr. José Antonio Cascante Rodrigo

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La neumonía o pulmonía se define como una inflamación de origen infeccioso del pulmón y se diagnóstica mediante los síntomas y la presencia de un infiltrado (mancha) pulmonar no presente previamente en la radiografía de tórax. Las neumonías se clasifican en dos grupos: las adquiridas en la comunidad, también denominadas ‘extrahospitalarias’ y las ‘Neumonías nosocomiales’, contraídas en el hospital, que son más graves y tienen una mayor mortalidad por estar causada por gérmenes mucho más agresivos.

Epidemiología

En España se producen anualmente 162 neumonías adquiridas en la comunidad por cada 100.000 habitantes año que generan unas 53.000 hospitalizaciones, así como unos costes directos de 115 millones de euros, sin contar con los costes indirectos derivados de la pérdida de horas de trabajo.

Factores de riesgo

Edad y enfermedades asociadas. Aunque existe una clara relación entre edad avanzada y riesgo de aparición de neumonía, en la actualidad se cuestiona si esta relación es de causalidad. La mayoría de los expertos cree que la edad, per se, tiene poco peso como factor de riesgo para la aparición de neumonías y tan sólo contribuiría a un exceso de nueve casos por 100.000 habitantes y año, mientras que la presencia de una enfermedad asociada, como la obstrucción bronquial, insuficiencia renal, enfermedades del hígado o del corazón incrementa el riesgo en 217 casos por 100.000 habitantes al año o en 979 si existe más de una. Entre el 60-80% de las personas de edad avanzada tiene al menos una enfermedad de las enumeradas, lo que justifica la aparición frecuente de neumonías en este grupo poblacional.

Tabaco. Los fumadores, independientemente del tipo de tabaco que consuman y de la profundidad de las inhalaciones que realicen, tienen un 90% más de probabilidades de tener una neumonía con respecto a la población no fumadora. El riesgo se incrementa a medida que aumenta el consumo diario de cigarrillos y con la cantidad de tabaco que el individuo ha fumado a lo largo de toda la vida. Así, los fumadores de 10-20 cigarrillos al día tienen un riesgo de presentar una neumonía que duplica al de los no fumadores y se triplica si se fuma más de 20 cigarrillos al día.

Alcohol. Varios trabajos han demostrado que la ingesta de más de 40-80 gramos de etanol al día, que equivale a una ingesta de entre ½ botella y una botella de 750 centilitros de vino, tiene más riesgo de tener una neumonía. Al igual, ocurre con el tabaco, existe una relación dosis dependiente: a mayor consumo de alcohol, mayor riesgo de neumonía.

Infecciones víricas. Las neumonías en los países mediterráneos son más frecuentes durante los meses de otoño e invierno. Esta predominancia estacional se debe a los virus respiratorios, incluido el virus de la gripe, que requieren de temperaturas relativamente bajas para su multiplicación y desarrollo. Estos virus a través de una alteración en los mecanismos de defensa del árbol broncopulmonar favorecen la aparición de neumonías.

Otros factores de riesgo. las alteraciones en el peso, tanto por exceso (obesidad) como por defecto (malnutrición), el contacto con niños en edad preescolar y los inmunosupresores como la cortisona favorecen la aparición de neumonía.

Tratamiento

El tratamiento de las neumonías bacterianas son los antibióticos. La elección de estos se fundamenta en tres aspectos básicos: gravedad de la neumonía, gérmenes más frecuentemente implicados y resistencia de los microorganismos en nuestro entorno, que a veces difiere, y mucho, con respecto a otros países, por lo que las recomendaciones terapéuticas aplicables a un país pueden no ser adecuadas para otro.

En España, aproximadamente el 80% de las neumonías se tratan de forma ambulatoria y no requieren ingreso hospitalario, que será necesario si la neumonía es grave, no evoluciona favorablemente o aparecen complicaciones. La duración del tratamiento antibiótico, salvo excepciones, será habitualmente de siete a diez días cuando la neumonía no requiere ingreso y de 10 a 14 días cuando lo precise. El principal síntoma de que la neumonía va evolucionando favorablemente es la desaparición de la fiebre, que por término medio lo hace a los tres días. Después de la desaparición de ésta, debemos continuar tomando el antibiótico a las dosis y durante el tiempo que nos ha prescrito el médico, para evitar que vuelva a reaparecer y que los gérmenes se hagan resistentes al tratamiento por no haber sido eliminados completamente.

Prevención de la NAC

La prevención de la Neumonía Adquirida en la Comunidad se puede efectuar mediante la lucha contra los patógenos que la causan, cuyo prototipo sería la vacunación especifica contra el neumococo, o bien intentando suprimir las condiciones de riesgo que favorecen la presentación de la neumonía, mediante la vacunación antigripal y la lucha contra el tabaquismo.

Lucha contra el tabaquismo

El cese del hábito tabáquico reduce progresivamente el riesgo de presentar una neumonía, aunque este riesgo no se equipara al de la población no fumadora hasta transcurridos al menos cinco años.

Vacunación antigripal

En España, la epidemia gripal afecta anualmente al 1-5% de la población y al 40-50% de las personas mayores de 65 años. La vacuna antigripal ha demostrado ser efectiva en prevenir o atenuar la enfermedad viral tanto en individuos jóvenes como en mayores. Su eficacia depende de la similitud entre la secuencia viral del virus circulante con la del contenido en la vacuna. Reduce el número de neumonías y la necesidad de hospitalización aproximadamente a la mitad y la mortalidad en un 68%. Está indicada en individuos mayores de 65 años y en adultos y niños con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, metabólicas como la diabetes, renales o estados de inmunodeficiencias (incluidos los causados por fármacos y el VIH), así como en trabajadores sanitarios, y en general, en las personas que puedan transmitir la gripe a población de alto riesgo.

Vacuna del neumococo

Existen dos tipos de vacunas frente al neumococo: la ‘23 valente’, que contiene polisacáridos frente a los 23 serotipos que causan el 90% de las infecciones neumocócicas y que estaría recomendada en personas con edades comprendidas entre los 2 y los 65 años, que presenten alguna inmunodeficiencia o tengan diabetes, enfermedad pulmonar, cardiaca o insuficiencia renal y sistemáticamente en los individuos mayores de 65 años. La vacuna ‘heptavalente conjugada’ está indicada en niños menores de 2 años. La vacuna antineumocócica puede administrarse simultáneamente con otras vacunas, como la de la gripe, pero en distintos sitios. Previene la meningitis y la neumonía en la que el neumococo pasa a la sangre, que se asocia a mayor gravedad, pero no parece disminuir el número total de neumonías.