Uno de los apartados que más relevancia ha adquirido en el campo de la implantología dental es el tratamiento del fracaso de los implantes dentales. Aunque la tasa de éxito de los implantes se sitúa alrededor del 90% de los casos, el elevado número de pacientes tratados desde hace más de diez años lleva a que existan más casos que necesitan ser intervenidos de nuevo.
De hecho, se calcula que cerca de un 25% de los pacientes experimenta patologías similares a las de los dientes naturales, como la enfermedad periodontal, que pueden derivar en la pérdida de los implantes.
En Clínica Bustillo estamos especializados en este ámbito. Resulta importante señalar que el fracaso de los implantes no se produce por un supuesto rechazo del organismo, ya que están hechos de materiales completamente biocompatibles. El detonante de dicho fracaso suele ser la pérdida de las propiedades de la masa ósea que acoge al implante. Al deteriorarse el hueso, los implantes pierden estabilidad y no pueden cumplir con su función.
De acuerdo con esta realidad, hemos desarrollado protocolos propios de regeneración ósea para devolver la estabilidad a la zona afectada y llevar a cabo una nueva restauración dental. Al mismo tiempo, hemos diseñado un detallado plan de mantenimiento de implantes dentales, en el que se incluye una técnica pionera, GalvoSurge, para la limpieza por irrigación de los restos biológicos que se acumulan en los distintos componentes que forman parte del implante.
Actualmente, menos de diez clínicas en el mundo ofrecen este sistema, que asegura una completa limpieza, ayuda a conservar las piezas en estado óptimo y contribuye a prevenir la peri-implantitis.
Causas del fracaso de los implantes
En el fracaso actúan diversos factores, no existe una sola causa. En primer lugar, puede deberse a un diagnóstico o tratamiento inadecuados. Quizá no se ha calibrado bien la densidad ósea, algo que influye en la estabilidad primaria del implante (funcionalidad plena del implante desde el primer momento), tal vez la colocación ha sido inexacta, o los materiales y componentes no poseen la calidad necesaria para asegurar una larga duración.
Evidentemente, se trata de una operación quirúrgica que siempre puede desencadenar consecuencias negativas que se deben subsanar: la aparición de infecciones, deficiencias en la integración ósea, afecciones en el tejido blando que rodea al implante o, incluso, lesiones en los nervios. Las complicaciones postoperatorias tienen que abordarse de inmediato para asegurar la viabilidad del tratamiento.
Vías para evitar el fracaso
La conducta de los pacientes es decisiva en la aparición de patologías peri-implantarias. Cabe la posibilidad de que manifestaciones inconscientes como el bruxismo, el estrés, o problemas de maloclusión no diagnosticados favorezcan un deterioro del tratamiento. Pero, sobre todo, está la actitud negligente y despreocupada sobre la salud dental la que conduce a nuevos fracasos.
Las personas olvidamos que la colocación de implantes es fruto del deterioro de las piezas naturales. Después de un tratamiento de implantología, si seguimos incurriendo en la falta de higiene bucal, o en hábitos nocivos como el tabaquismo y la alimentación deficiente, es muy probable que suframos enfermedades implantarias.
Del mismo modo en que acudimos regularmente al odontólogo a revisar nuestra salud bucal en general, también tenemos que seguir un protocolo de mantenimiento de implantes dentales. En Clínica Bustillo, los pacientes reciben un documento en el que se recoge el tratamiento realizado y los productos y materiales utilizados en el proceso, cada uno de ellos con su correspondiente código de trazabilidad.
Es un recurso de gran utilidad para la conservación y futuras intervenciones, en su caso. En consonancia, cada paciente dispone de un programa individualizado de mantenimiento que incluye visitas periódicas para valorar el estado de los implantes y cuestiones clave como la estabilidad mecánica, el estado de hueso y encía, y la oclusión.
La duración de un implante, una responsabilidad compartida
Como en cualquier área de la medicina, el médico tiene que hacerse responsable del tratamiento que ha realizado. Un acto médico no es un producto con garantía, pero el profesional debe comprometerse con los futuros problemas que puedan surgir. De hecho, el carné del paciente que damos en Clínica Bustillo es una muestra de la responsabilidad y transparencia con la que trabajamos.
A la vez, como ya hemos apuntado, el paciente tiene mucho que hacer para favorecer la durabilidad de los implantes. Mejoran las técnicas, los materiales, o aparecen nuevos sistemas de mantenimiento como el método GalvoSurge que hemos mencionado. Sin embargo, nunca son suficientes si las personas renuncian a implicarse en el cuidado de su salud.