El sistema inmunológico es un sofisticado complejo de células y señales moleculares que nos defienden y protegen de enfermedades e infecciones. Sin embargo, este sistema no es perfecto y en algunos individuos “el sistema inmunológico puede confundirse de enemigo y atacar a la propia persona”. La palabra “auto” proviene del griego cuyo significado es “uno mismo”. Por tanto, en el término “enfermedad autoinmune” se engloban a aquellas patologías originadas por errores en el reconocimiento del agente perjudicial. Es decir, nuestro sistema inmunológico identifica erróneamente a nuestras propias células como patógenos externos infecciosos y las ataca.
Existen más de 80 enfermedades autoinmunes, que se expresan de diferentes maneras, aunque algunas tienen síntomas similares. Algunas de estas enfermedades son muy comunes, como determinadas enfermedades inflamatorias del tiroides (tioriditis), la diabetes mellitus tipo 1, la enfermedad de Crohn, o la esclerosis múltiple.
Enfermedades sistémicas autoimnunes
Hay otras donde la agresión al organismo es mucho más extensa afectando a distintos órganos y sistemas como piel, sistema nervioso, pulmón, aparato digestivo, aparato circulatorio. En éste grupo se incluyen enfermedades como lupus eritematoso, esclerodermia, dermatomiositis o vasculitis, a ellas les llamamos enfermedades sistémicas autoimnunes.
Éstas enfermedades son crónicas, si bien pueden haber fases de reagudización, en las que los síntomas empeoran y fases de remisión, en las que los síntomas mejoran o desaparecen.
Órgano específicas
SISTEMA ENDOCRINO:
• Tiroiditis autoinmunes.
• Menopausia autoinmune.
• Enfermedad de Addison.
• Diabetes Mellitus 1.
• Enfermedad de Graves.
• Orquitis autoinmunes.
SISTEMA HEMATOPOYÉTICO:
• Anemia perniciosa.
• Purpura trombocitopénica (autoinmunes).
• Neutropenia idiopática.
• Anemia hemolítica (autoinmunes).
SISTEMA NEUROMUSCULAR:
• Miastenia gravis.
• Esclerosis múltiple.
PIEL:
• Penfigoide.
• Penfigo vulgar.
• Psoriasis.
CARDIOPULMONAR:
• Goodpasture.
OJO:
• Uveitis (autoinmunes).
HIGADO:
• Cirrosis biliar primaria.
• Hepatitis autoinmune.
Enfermedades no órganos –específicas:
SISTÉMICAS:
• Lupus eritematoso sistémico.
• Dermato/Polimiositis.
• Esclerosis sistémica.
• Vasculitis necrosates sistémicas.
• Enfermedad mixta del tejido conectivo.
• Síndorme de Sjogren.
• Artritis reumatoide.
• Artritis psoriásica.
• Espondilitis anquilosante.
¿Qué clínica presentan?
La sintomatología de la enfermedad autoinmune es muy variada, y la misma enfermedad puede afectar a diferentes tejidos en cada paciente. Es complicado hacer una lista completa y exhaustiva de los síntomas asociados con estas enfermedades. Cada enfermedad autoinmune tiene una serie de peculiaridades y se manifiesta con unos síntomas específicos. Sin embargo, sí es posible nombrar, a título indicativo, algunos síntomas comunes a las enfermedades autoinmunes, tales como mareos, malestar general, irritabilidad, fatiga y fiebre.
La reacción del sistema inmune puede dirigir su respuesta hacia las células de la sangre, pero también a la piel, los músculos, las articulaciones o los tejidos que recubren y conforman los órganos.
Entre las patologías más conocidas se incluyen la enfermedad de Crohn, artritis reumatoide, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, lupus eritematosos sistémico, esclerodermia, hipotiroidismo…
Son enfermedades generalmente crónicas y, por tanto, pueden requerir tratamiento durante toda la vida. El desarrollo de éstas puede estar influenciado por los genes que hereda una persona así como por la forma en que el sistema inmune de la persona responde a determinados desencadenantes o influencias ambientales.
Se sabe que algunas enfermedades autoinmunes aparecen o empeoran por determinados desencadenantes como una infección vírica; la luz del sol no solo actúa como desencadenantes del lupus sino que empeora el curso de la enfermedad.
¿Cómo se diagnostica una enfermedad autoinmune?
El diagnóstico de las enfermedades autoinmunes, sobre todo en fases tempranas, es complicado debido a que inicialmente comparten sintomatología (dolores musculares, fatiga, fiebres bajas, malestar general) con otras enfermedades mucho más frecuentes en la población.
Gracias al desarrollo de pruebas diagnósticas de inmunodetección, podemos identificar mediante análisis de sangre, anticuerpos específicos contra tejidos que se ven atacados de forma errónea, lo que permite diagnosticar la mayoría de las enfermedades autoinmunes.
¿Cuál es su tratamiento?
El objetivo fundamental del tratamiento es “modular la actividad del sistema inmunitario”. Sin embargo, se ha de conseguir un equilibrio entre el control de la enfermedad y la capacidad para defenderse de posibles patógenos externos (bacterias, virus, etc.).
Los tratamientos aplicados son muy efectivos y consiguen, en la mayoría de los casos, hacer desaparecer la sintomatología de la enfermedad. Sin embargo, esto no significa que se haya curado la enfermedad, el paciente y su familia deben concienciarse de la necesidad de mantener el tratamiento de forma crónica. Las opciones de tratamiento disponibles se basan en la administración de fármacos, que, lógicamente, varían en función de la enfermedad autoinmune a tratar. Un objetivo, sin embargo, común a todas las opciones terapéuticas, es luchar contra la reacción anormal del sistema inmunológico, pero sin que ello afecte a su capacidad de reacción frente a las amenazas reales, como la agresión por agentes patógenos externos como virus y bacterias. Los fármacos utilizados son corticosteroides e inmunosupresores.
Resumen
En resumen diremos que el diagnóstico de una enfermedad autoinmune se basa en los síntomas del individuo, los hallazgos de la exploración física y los resultados de las pruebas de laboratorio. Los síntomas comunes de muchas de ellas, como la fatiga, son inespecíficos y por tanto pueden ser difíciles de diagnosticar, especialmente al principio de la evolución de la enfermedad. Los resultados de las pruebas de laboratorio pueden ayudar pero con frecuencia no sirven para confirmar el diagnóstico. Y resaltar que la mayoría de personas con enfermedades autoinmunes pueden desarrollar una vida completamente normal mientras cumpla con el tratamiento.