Citología, ¿cuándo y para qué?


Marta Benito Vielba, Ligia Gil Melgosa, Verónica Gómez García, Cristina Luna Álvarez, Victoria Pallarés Arnal y Marta Castellá Segarra

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La citología vaginal o test de Papanicolau es una prueba que sirve para diagnosticar las lesiones precursoras o el propio cáncer de cérvix o cuello uterino (CCU). El cuello uterino es la parte más baja del útero y que desemboca en la parte superior de la vagina.

El cáncer de cérvix es una patología cuya causa es la infección por el virus del papiloma humano (VPH), una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes. Existen múltiples serotipos de virus del papiloma humano, sin embargo, los serotipos 16 y 18 son los responsables del 70% de los cánceres de cérvix. La persistencia del virus durante tiempo puede acabar ocasionando lesiones precursoras que con los años de evolución pueden acabar generando un cáncer de cérvix uterino.

¿Cómo se realiza la citología?

La citología es una técnica muy sencilla que dura unos segundos y que, normalmente, forma parte de la revisión ginecológica. Se realiza colocando a la paciente en posición ginecológica y colocando un espéculo vaginal para visualizar el cuello uterino. Una vez visualizado el cuello se realiza un raspado con un cepillo recogiendo muestra de la parte externa e interna del cuello uterino e introduciendo la muestra en un bote con líquido conservante. La muestra recogida se envía a laboratorio y permite determinar la existencia de la infección por el virus de papiloma humano de alto riesgo para desarrollar cáncer de cérvix, así como analizar si dicha infección ha producido alguna lesión en el cuello del útero.

¿Es necesaria alguna preparación para la citología?

La citología no requiere una preparación especial pero sí que hay que tener en cuenta unas consideraciones generales:
• La paciente no debe estar con la menstruación en el momento de realizar la prueba.
• Debe indicar a su médico si está tomando tratamientos hormonales.
• En las 48 horas previas a la toma la paciente debe evitar las relaciones sexuales, las duchas vaginales, el uso de espermicidas y cremas vaginales.

¿Qué es el cribado de cáncer de cérvix?

El objetivo del cribado de cáncer de cérvix es reducir la mortalidad cáncer de cérvix por un lado identificando a las mujeres sin síntomas que ya tienen lesiones por virus del papiloma humano que pueden progresar a un cáncer de cérvix y por otro lado detectando aquellos cánceres en estado muy iniciales que todavía pueden curarse con tratamiento.

¿Cuáles son los beneficios del cribado de cáncer de cérvix?

Los principales beneficios del cribado son:
• Reducir la incidencia y mortalidad por CCU. Conseguir la curación de mujeres tratadas tras ser diagnosticadas gracias al programa de cribado que, en su ausencia, habrían desarrollado y/o muerto por CCU.
• Mejorar de la calidad de vida gracias a la posibilidad de realizar tratamientos menos agresivos de lesiones premalignas o CCU inicial detectados por el cribado.
• Beneficiar psicológicamente a las mujeres al saber que el resultado de una prueba de cribado negativa ofrece un intervalo de seguridad libre de enfermedad (riesgo mínimo de desarrollar un CCU o lesiones precursoras de alto grado).

¿Cuándo deben empezarse a realizar citologías?

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC) establecen que el cribado de cáncer de cuello uterino mediante citología debe comenzarse a partir de los 25 años de edad independientemente de la edad de inicio de las relaciones sexuales, de si la paciente está vacunada frente al virus del papiloma humano o de la existencia de otros factores de riesgo.
La prueba a realizar dependerá de la edad de la paciente:
• Entre los 25 y los 29 años se realizará citología cada 3 años.
• Entre los 30 y los 65 años se realizará determinación del virus del papiloma humano cada 5 años.

¿Cuándo deja de ser necesario hacerse citologías?

El cribado de cáncer de cuello de útero finaliza a los 65 años si el cribado previo ha sido negativo y correcto. Puede ser necesario prolongarlo en el tiempo en pacientes que han tenido infección por el virus del papiloma humano o lesiones derivadas del mismo.

¿Cómo debe interpretarse el resultado de una citología?

Si el resultado es negativo significa que las células que han sido analizadas son normales. En cambio, si el resultado es positivo, significa que existen células anómalas en general debidas a la infección por el virus del papiloma humano.

¿Qué hay que hacer si la citología sale alterada?

Existen distintos grados de alteración de las citologías. En función del grado de alteración de la citología y el tipo de virus del papiloma humano que tenga la paciente puede ser necesario realizar una colposcopia. La colposcopia consiste en la visualización ampliada del cérvix uterino, la vulva o la vagina con el objetivo de detectar lesiones derivadas de la infección por el virus del papiloma humano. Para su detección pueden utilizarse distintas sustancias como el ácido acético o el lugol que permiten identificar las lesiones con mayor facilidad. En caso de sospecharse la existencia de alguna lesión de alto grado que pueda requerir tratamiento estará indicada la toma de una biopsia. En función del resultado de dicha biopsia el ginecólogo puede indicar el seguimiento en unos meses o puede indicar la realización de una conización en caso de diagnosticarse lesiones precursoras de alto grado.

AUTORES

Marta Benito Vielba, Ligia Gil Melgosa, Verónica Gómez García, Cristina Luna Álvarez, Victoria Pallarés Arnal y Marta Castellá Segarra.

Facultativo Especialistas de Ginecología y Obstetricia. Hospital de Barbastro. Huesca.

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