“Cariño, tienes que cepillarte los dientes…”
Esta frase podría ser de las más repetidas todos los días en las familias. Pero si analizamos un poco este sencillo acto podemos ver cosas interesantes.
En nuestras consultas, muchas veces nos piden los padres o tutores que transmitamos a los pequeños la importancia de un buen hábito del cepillado, el cuidado que deben tener con los dientes (aunque sean de leche), la importancia que tiene para la salud general, los peligros de una dieta muy rica en carbohidratos en la formación de las temidas caries, etc. En fin, una serie de mensajes al respecto, que intentamos trasmitir con el mayor interés.
En todo caso, hay que tener en consideración que uno de los aspectos más importantes en toda formación es transmitir con el ejemplo, cosa que no siempre se cumple. Otro aspecto a considerar, es el hecho de que un mensaje que se trasmite una vez en un lapso corto de tiempo, en la consulta, con frecuencia se olvida. De ahí, la importancia de los responsables de los niños de repetir el mensaje, perseverar en la acción; otras veces empezamos con mucho ánimo y después de unos días la motivación cae y con ello el hábito….
Otros aspectos como la edad en la que salen los dientes o ¿cuándo ocurre el recambio dentario?, sin olvidar los malos hábitos como morderse las uñas, respirar por la boca o chuparse el dedo, deben estar presentes en los responsables de los niños. Se debe contactar con los profesionales cuando se observe algo que pueda parecer que no marcha bien. Es mejor “pecar” por exceso, que por defecto, mejor consultar cuando salen las dudas que “esconder la cabeza”.
En una ocasión comenté a una madre que aunque era nuestra labor ayudar a la formación del cuidado bucodental, “no deberíamos hacerlo”, ya que ello podría conllevar a una disminución de el volumen de trabajo en las consultas. La mujer ojiplática no podía creer lo que decía, obviamente estaba tratando de llamar su atención y que se tomara en serio el tema, porque hay obligaciones que no se pueden “derivar” y deben ser asumidas con responsabilidad.
El adquirir un hábito bueno, cepillarse los dientes, se hace a base de repeticiones, lo que conlleva un esfuerzo y traerá como resultado el desarrollo de una virtud.
Detrás de este sencillo acto se esconden valores como el esfuerzo personal de quien se está formando, el orden, la disciplina, el desarrollo de rutinas buenas, un aporte a la autoestima, etc., es decir, factores que contribuyen a la buena formación de las personas.
Desde Sannas Dentofacial trabajamos permanentemente en la educación de los pacientes niños y adultos, deseamos que el estado de salud oral alcanzado en los tratamientos perdure en el tiempo, y de esta forma, contribuir al bienestar de las personas con una buena salud general como base.
Se avecinan tiempos de muchos dulces, dietas ricas en carbohidratos, períodos vacacionales en los cuales “da pereza” cepillarse… nuestra recomendación, no bajar la guardia, se puede comer de todo, en su justa medida y sin descuidar los buenos hábitos.