La fotoprotección no es una acción, es una actitud.
La fotoprotección no consiste únicamente en ponerse una crema. Existen tres frentes para hacerla efectiva:
1. Evitar una exposición excesiva: buscar zonas de sombra y evitar las horas de máxima irradiación (horas centrales del día).
2. Ropa: Utilizar sombreros o gorras, pañuelos, gafas de sol, camisetas, etc.
3. Productos fotoprotectores que salvaguarden de la radiación ultravioleta: hay que aplicar una cantidad generosa y tener en cuenta que su objetivo no debe ser mayor tiempo de exposición.
Los adolescentes presentan las mayores tasas de quemaduras solares.
En un reciente estudio realizado en 270 adolescentes de entre 14 y 17 años de la Costa del Sol, el 74% de los mismos refirió quemaduras solares en el último verano. Los adolescentes mostraron conocimientos adecuados en torno al sol y al cáncer de piel, sin embargo, evidenciaron conductas muy deficitarias de protección solar junto a unas actitudes positivas frente a la exposición solar y al bronceado. Estos datos coinciden con los hallados en otros estudios en adolescentes llevados a cabo en Europa, EEUU y Australia.
Las quemaduras solares a estas edades comportan un riesgo elevado de desarrollo de cáncer de piel en la vida adulta, especialmente de melanoma, y un envejecimiento prematuro.
Los antioxidantes orales protegen contra los UVA y menos contra los UVB.
Los complementos alimenticios antioxidantes (vitaminas C y E, carotenoides y Polypodum -del reino vegetal-), son el refuerzo necesario para mejorar la fotoprotección a todos los niveles, especialmente cuando se practica deporte o se trabaja al aire libre. Sin embargo, el fotoprotector oral no puede sustituir al cosmético en ningún caso, pues resultaría insuficiente para proteger de la radiación solar.
Recientes estudios demuestran que los antioxidantes orales protegen más frente a la radiación ultravioleta A, y menos contra la UVB, por lo que serían insuficientes contra las quemaduras.
Sol y deporte: Los riesgos de la falta de fotoprotección entre deportistas.
Diversos estudios relacionan la práctica de deportes al aire libre con un mayor riesgo de cáncer cutáneo.
Circunstancias como la sudoración durante el ejercicio dificultan la aplicación de cremas dolares y favorecen la actitud de quitarse ropa lo que aumenta el nivel de exposición solar.
Es necesario fomentar una cultura de fotoprotección entre quienes practican deportes al aire libre porque se trata de una población predominantemente joven donde una sobreexposición solar puede condicionar un mayor riesgo de cáncer de piel a largo plazo.
El 85% de los tejidos utilizados en ropa deportiva ofrecen una muy alta protección frente a la radiación UV.
u Tejidos utilizados en ropa deportiva:
• El 85% de los tejidos utilizados en la confección de camisetas deportivas 100% poliéster ofrecen una protección muy alta o excelente frente a diferentes efectos biológicos de la radiación UV.
• El tipo de entramado bicapa confiere niveles de cobertura muy altos que se correlacionan con la fotoprotección del tejido. El efecto reflectante de los tejidos monocapa con brillo iguala el nivel de fotoprotección de los tejidos bicapa.
• El grosor del tejido aumenta el factor de protección ultravioleta (FPU).
• Mientras que el color y el uso no modifican el FPU, refiriéndose estas siglas al índice de protección solar en la ropa de este tipo de tejidos, el sudor aumenta significativamente los valores de protección solar.
u Ropa de calle:
• Si las fibras están unidas estrechamente entre sí el FPU es mayor.
• Generalmente los tejidos sintéticos tipo poliéster o denim (vaquero) tienen valores más altos de FPU que tejidos naturales como algodón o lino.
• La humedad de forma genérica disminuye el FPU. Una camiseta u otra prenda protege 3 veces menos si está mojada que si está seca.
• Los colores oscuros confieren mayor protección que las claras, aunque son más calurosas por el efecto de los infrarrojos. No obstante, el color blanco también protege y muchas prendas blancas tienen agentes blanqueantes ópticos que absorben la radiación UV.
• Existen tintes que se pueden asociar al lavado, los cuales contienen fotoprotectores y aumentan el FPU.
Preguntas más frecuentes sobre la radiación solar
¿Qué radiación emite el sol?
Se trata de un flujo de energía en forma de ondas electromagnéticas de diferentes frecuencias: luz visible, infrarroja y ultravioleta. El ojo humano sólo detecta la luz visible.
¿Qué formas de radiación solar recibimos?
La directa es la que viaja en línea recta desde el sol hasta la superficie de la Tierra y es la que proyecta la sombra de los objetos.
La difusa es la radiación que se dispersa por efecto de moléculas y partículas en la atmósfera. Esta radiación no produce sombra porque no tiene una dirección definida. El porcentaje de radiación difusa es mayor en latitudes altas, con nubes, contaminación y en invierno
La reflejada es el producto de la reflexión por el suelo. Dependiendo de la superficie el porcentaje varía entre 4% (asfalto) hasta 80% (nieve). El césped refleja el 25% de la radiación.
¿Qué tipos de radiación ultravioleta existen?
Existen 3 tipos de radiación ultravioleta (UV) según su longitud de onda:
UVC: Es la más nociva debido a su gran energía. Afortunadamente, el oxígeno y el ozono de la estratosfera absorben todos los rayos UVC, por lo cual nunca llegan a la superficie de la Tierra. Está entre 100 y 290 nanómetros.
UVB: Es biológicamente muy activa pero la capa de ozono absorbe la mayor parte de los rayos UVB provenientes del sol. Sin embargo, el actual deterioro de la capa aumenta la amenaza de este tipo de radiación. Como efectos a corto plazo es la responsable de quemaduras y del bronceado diferido. A largo plazo favorece el envejecimeinto cutáneo y desarrollo de cáncer de piel. Está entre 290 y 320 nm.
UVA: La radiación UVA es la menos nociva y la que llega en mayor cantidad a la Tierra (un 95%), pero uan sobreexposición también resulta perjudicial. Casi todos los rayos UVA pasan a través de la capa de ozono. Es la responsable del bronceado inmediato de la piel. A largo plazo también favorece el envejecimeinto cutáneo y desarrollo de cáncer de piel. Está entre 320 y 400 nm.
¿La radiación afecta sólo a los humanos?
No, afecta a todo el reino animal y vegetal. El exceso de UVB inhibe el crecimiento de las plantas, por lo que el agotamiento de la capa de ozono podría causar la pérdida de especies vegetales.
Se dice que un poco de sol es bueno. ¿Cuáles son sus ventajas?
Estimula la síntesis de vitamina D, la cual previene el raquitismo y la osteoporosis, aparte de otros efectos sobre la modulación del crecimiento celular, la inflamación y la inmunidad; produce vasodilatación por lo que reduce la tensión arterial y favorece la circulación sanguínea periférica. Por su efecto de inmunosupresión local, mejora diversas enfermedades inflamatorias cutáneas como la psoriasis y el eccema, entre otras.
¿Es cierto que mejora el humor?
Sí, produce una sensación placentera derivada de la liberación de endorfinas. La radiación ultravioleta hace que las células de la epidermis, los queratinocitos, generen una proteína denominada pro-opiomelanocortina (POMC), esta a su vez genera otras 2 moléculas: la beta-endorfina y la hormona estimuladora de los melanocitos que favorece la producción de melanina en respuesta al estímulo de la RUV, con el consiguiente bronceado.
Quizá por eso se relaciona a los países cálidos con la alegría y la juerga y a los países fríos con la seriedad y la depresión.
¿Cómo influye la época del año?
En verano la radiación solar recorre un trayecto más corto a través de la atmósfera para llegar a la superficie de la Tierra, por lo que tiene mayor intensidad. Pero, en primavera, sobre todo en latitudes bajas, también podemos recibir una importante cantidad de radiación ultravioleta si realizamos actividad al aire libre durante largos periodos (montar en bicicleta, a caballo o patinar).
¿Se debe tomar el sol?
La exposición directa al sol, sobre todo en condiciones de alta irradiación (cielo despejado, en verano, en horas centrales del día) no es recomendable. Si realizamos una vida normal recibiremos la radiación ultravioleta necesaria para cubrir nuestras necesidades metabólicas (síntesis de vitamina D).
¿Cómo influye la superficie donde me encuentre?
La zona donde nos expongamos da un resultado variable: no es lo mismo la nieve, que refleja hasta el 85% , que la arena (17%), el agua (5%), la hierba (25%), o el asfalto (4%).
¿Qué significa el Índice UV?
El índice ultravioleta es una medida de la intensidad de la radiación ultravioleta que llega a la superficie de la Tierra. Este índice figura ya en todos los periódicos de EEUU y países muy soleados. Incluso programas de radio en España ya avisan de los días de máxima radiación UV. El índice UV Solar Mundial representa una estimación del promedio de la radiación ultravioleta (UV) solar máxima en la superficie de la Tierra. El cálculo de este índice permite valorar el grado de daño para la piel según las distintas longitudes de onda UV, y hace el promedio de las variaciones de la radiación por periodos de 10 a 30 minutos. Se acostumbra a expresar como una predicción de la cantidad máxima de radiación UV perjudicial para la piel que incidirá en la superficie de la Tierra al mediodía. El índice tiene un valor mínimo de 0 y no tiene valor máximo. Cuanto más alto es el índice, más alta será la probabilidad de que la exposición a los rayos UV perjudique a la piel y a los ojos, y menor el tiempo que tardará en provocarlo. En muchos países próximos al ecuador, el índice UV puede llegar a 20 durante el verano. En Europa, el índice no acostumbra a superar 8, aunque en las playas puede ser más alto.
Este índice UV se subdivide en: exposición baja ( inferior a 2), exposición moderada (3-5), exposición alta (6-7), exposición muy alta (8-10) y exposición extremadamente alta (superior a 11).
¿Por qué es peligroso quemarse?
El daño intenso más inmediato es la quemadura solar. Esto se produce porque la cantidad e intensidad de la radiación recibida no es adecuada para el tipo de piel. La piel responde a la agresión de la radiación UV mediante la oxidación y producción de pigmento (melanina) que nos da el tono bronceado. Cuando la exposición solar supera la capacidad de la piel para generar este mecanismo de defensa, entonces se produce la quemadura y la piel se pone roja, hinchada y pueden aparecer ampollas. Si no se cura bien, puede dejar una cicatriz de por vida.
Una historia de quemaduras, especialmente en la infancia, es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel. ¡De ahí la importancia de evitarlas desde pequeño!
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¿Es peligroso recibir cualquier tipo de radiación ultravioleta artificial?
No. De hecho en dermatología se emplean equipos de fototerapia (dispositivos de radiación ultravioleta artificial) para el tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias (psoriasis, eccema, vitíligo) e incluso linfomas cutáneos (micosis fungoide) pero esta exposición está controlada por personal médico, por lo que no se puede comparar con el uso de cabinas de bronceado.
¿Qué es el fototipo y cuántos hay?
Se conoce como fototipo a la capacidad de la piel para responder a la radiación UV, y en función del mismo se adoptarásn las medidas de protección. Su clasificación oscila entre I y VI.
Fototipo y tiempo de exposición
El tiempo de exposición necesaria para la aparición de quemaduras (en minutos) para el tipo de piel I es de 10 minutos. Para el II de 15 a 20, para el III de 30, para el IV de 30 a 45 y para el V de 60 minutos.
¿Cómo surgió el fotoprotector solar?
La industria de los protectores no comenzó en realidad hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos beligerantes necesitaron cremas para la piel a fin de proteger a sus tropas estacionadas en el Pacifico y otros lugares de clima extremo. Asimismo, la práctica de tomar baños de sol hasta que el cuerpo adquiere un tono dorado o bronceado es un fenómeno moderno, de hace 50 años. La actitud predominante en ese momento era que, tras haber tomado suficientemente el sol, el bañista se colocaba bajo una sombrilla. Sin embargo, los soldados que peleaban en tierras de África o en las Filipinas, que trabajaban en las cubiertas de los portaviones o que podían encontrarse a bordo de una balsa, no podían gozar de la sombra a su antojo. Para ello, utilizaban el llamado aceite de parafina rojo, el primer protector solar de la historia, derivado del petróleo. Las fuerzas aéreas de los Estados Unidos lo distribuían entre sus aviadores, en previsión de que pudieran ser derribados en territorios tropicales. Igualmente, por los años 50, se puso de moda el bronceado, dicen que debido a Coco Chanel, que utilizó a sus modelos muy morenas. El doctor Benjamín Green se valió de la tecnología que él había ayudado a desarrollar para crear una loción cremosa, de un blanco puro, aromatizada con esencia de jazmín. El producto, llamado Coppertone®, permitía al usuario conseguir una coloración cobriza de su piel. Lanzado al mercado, el Coppertone® contribuyó a difundir la moda del bronceado en todo el mundo.
¿Qué es el factor de protección solar?
El factor de protección solar (FPS) hace una estimación del tiempo que necesita la piel producir una quemadura, estando protegida.
Por ejemplo: si una persona puede exponerse al sol el primer día 10 minutos sin tener quemaduras, un FPS de 15 utilizado adecuadamente la protegerá del sol durante 150 minutos (10 x 15); si una persona es capaz de estar 20 minutos sin quemarse, la elección de un fotoprotector 8 le supondrá una protección 8 veces superior.
¿Qué tipos de cáncer de piel hay?
Hay muchos tipos de cáncer de piel pero más del 90% se pueden agrupar en cáncer cutáneo no melanoma y melanoma.
uCáncer cutáneo no melanoma: engloba los 2 tipos más frecuentes que se conocen como carcinoma basocelular y carcinoma epidermoide.
uCarcinoma basocelular: es el cáncer cutáneo más frecuente. Se trata de un tumor que suele crecer lentamente, tiene capacidad de invasión local (puede afectar a vasos, nervios, músculo y hueso) pero excepcionalmente se disemina.
uCarcinoma epidermoide: es el segundo tipo de cáncer cutáneo más frecuente. Presenta un espectro que va desde formas muy superficiales con muy buen pronóstico hasta formas invasivas capaces de producir invasión local y metástasis ganglionares y viscerales.
uMelanoma: es el cáncer cutáneo más agresivo pero menos frecuente comparado con los 2 anteriores. Si se diagnostica en fases preoces la curación es superior al 95% pero si el tumor ha crecido en profundidad entonces existe mayor riesgo de metástasis.
Consejos y recomendaciones
Para obtener un resultado óptimo de la utilización de un fotoprotector, es necesario seguir cuatro normas básicas:
• Aplicar el fotoprotector media hora antes de la exposición.
• Hacerlo sobre la piel bien seca.
• No escatimarlo.
• Repetir la aplicación según sea necesario.
Respetadas estas normas, también será necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Evitar las pulverizaciones de agua durante las exposiciones.
2. Evitar los perfumes y las colonias alcohólicas que contienen esencias vegetales, porque son fotosensibilizantes.
3. Elegir el fotoprotector más indicado atendiendo al fototipo.
4. Utilizarlo, aunque esté nublado.
5. No exponerse al sol entre las 11 y las 15 horas.
6. Protegerse la cabeza con un sombrero o gorra con visera; los ojos con gafas adecuadas, y los labios con protector labial.
7. Estar en movimiento. No es nada aconsejable tumbarse al sol y mantenerse inmóvil durante horas.
8. Beber agua o líquidos para evitar la deshidratación.
9. Determinados medicamentos pueden provocar reacciones a la exposición solar.
Recuerde: hay que empezar por un FPS alto, sobre todo la primera semana de exposición solar, e ir rebajándolo en los días posteriores.