El bronceado es un mecanismo natural de protección de la piel y las quemaduras solares causadas por la exposición excesiva a la luz ultravioleta (UV), pueden parecer solamente una irritación temporal, pero en realidad pueden causar daños que duran para toda la vida, debido a la “memoria” de la piel.
La exposición intensa y repetida a la luz UV que acaba en quemaduras, aumenta el riesgo de otros daños en la piel, como manchas oscuras, ásperas y piel seca o arrugada. También aumenta el riesgo de cáncer de piel como el melanoma.
Síntomas
• Enrojecimiento de la piel asociado a calor y dolor en la zona afectada.
• Dolor y sensibilidad.
• Hinchazón.
• Ampollas pequeñas llenas de líquido que pueden romperse.
• Dolor de cabeza, fiebre, náuseas y fatiga, si la quemadura por el sol es grave.
• Dolor en los ojos o sensación como si tuvieran arenilla.
• En las quemaduras más graves, el dolor aumenta y la piel se hincha pudiendo producirse ampollas.
Efectos adversos a largo plazo
• Por la radiación ultravioleta UVB puede aparecer en el futuro cáncer de piel.
• Por la radiación ultravioleta UVA envejecimiento acelerado de la piel con arrugas, manchas y un aspecto tosco e irregular.
• Puede afectar al sistema inmune (sistema defensivo), aumentando el riesgo de enfermedades infecciosas y limitando la eficacia de las vacunas.
Tratamiento
• Beba mucha agua.
• Coloque un paño frío y húmedo en la superficie quemada, varias veces al dia.
• • Si tiene dolor puede tomar algún analgésico o antiinflamatorio.
Si aparecen ampollas, no se aconseja reventarlas por riesgo de infección.
• Aplicar crema hidratante suave para evitar que la piel se seque.
• Manténgase alejado del sol.
Prevención
• Cremas.
• Vestimenta (sombrero, manga larga, pantalón largo).
• Horas de exposición.
• Usar gafas de sol.
• Tener cuidado con los medicamentos fotosensibilizantes.
• Proteger a bebes y niños menores de 2 años.